"Ya no es que no haya hecho gracia, es que duele mucho y enfada. Hay mucha tensión y malestar en estos momentos", asegura a EL ESPAÑOL una fuente de contrastada credibilidad sobre la situación familiar que vive Ana Soria (23 años).

Todo ocurrió el pasado miércoles, cuando una revista del corazón destacó en su portada el "distanciamiento" que vive la pareja formada por Soria y el diestro Enrique Ponce (50). Se deslizó que, si bien no había crisis entre ellos, sí que hacían vida "más separados que nunca". 

En esa línea, la publicación contó con el testimonio de Rosa, la abuela de Ana Soria, quien incidió en el "muchísimo" tiempo que hacía que no veía a su nieta ni al torero de Chiva. Además, aseveró que Ana Soria "está estudiando fuera", dejando entrever que la pareja ya no vive en Almería.

Unas declaraciones contundentes y un tanto duras de las que este periódico conoce sus consecuencias. Llueve sobre mojado, pues no es la primera vez que algún miembro de la familia Soria se desmarca del silencio que se impuso en torno a la joven Ana. De hecho, en agosto de 2020, cuando estalló el romance, José Luis, otro abuelo de la pareja de Ponce, atendió a la prensa en su negocio. 

Entonces, hubo una llamada de atención, y ahora, según explican a este medio, ha existido otra, más severa y rotunda. Ana Soria quiere e implora silencio, y no se la está respetando desde dentro de su familia. En efecto, en 2020 ya se produjo un cisma familiar y hubo "una importante brecha". Tenso panorama que a día de hoy no ha vuelto a ser el mismo, y menos con las últimas manifestaciones. 

"En todas las familias hay cosas y esta no es una excepción. La prensa ya sabe dónde ir para conseguir información", informa quien bien lo sabe. Por otro lado, EL ESPAÑOL ha podido confirmar que, en efecto, Ana y Enrique están atravesando una etapa en la que no viven "todo lo unidos que les gustaría".

Ella está inmersa en plenos exámenes de Derecho, y Enrique se encuentra entrenando para su despedida de los toros. Además, entre semana, sus viajes Almería-Madrid son muy frecuentes para atender sus obligaciones como padre. Ve a sus hijas "dos veces a la semana". A veces, "pasa varios días" en su finca La Cetrina, donde generalmente disfruta de sus hijas. En esos planes, de momento, no está Ana Soria. 

Ese es el único distanciamiento. El emocional no existe: "Están estupendos y ya están haciendo planes para el verano, como pareja y entre amigos". En otro orden de cosas, este periódico ha podido conocer que la pareja tiene pensado acudir a su primer evento oficial. Un acontecimiento muy especial en el que Ponce, por fin, dará el paso de presentar en sociedad a la mujer que le devolvió la ilusión en el pandémico 2020. 

Será en la boda de Miguel Báez, El Litri, (53) y la aristócrata sevillana Casilda Ybarra de Fontcuberta. El casamiento tendrá lugar a finales de mayo, en Sevilla, y será de marcado carácter íntimo. Una celebración sin gran pompa ni boato, una suerte de encuentro entre amigos y familiares. Un enclave perfecto para que Ana Soria y Enrique Ponce vayan de la mano. 

La carrera de Ana Soria 

Pocos apostaban por la vida académica de la joven Ana Soria, pero lo cierto es que ha ido demostrando el tesón y la seriedad con la que está emprendiendo su futuro como abogada. De la joven estudiante se ha dicho en los últimos tiempos que había abandonado los estudios, que no se la veía por el campus de Almería.

Pues bien, Soria ha conseguido en este "año y medio" no sólo demostrar que continúa en serio con su carrera de Derecho, sino que "ha recuperado las asignaturas que tenía pendientes de otros cursos". Alguien que quiere a Soria asegura que está sacando "unas notas de escándalo" y que será "una buena abogada". Contrariamente a lo que se ha publicado, aún no ha hecho prácticas, pero está buscando "un despacho en Almería, de confianza".

Cabe recordar que se especuló con el hecho de que Baltasar Garzón (66), amigo de la familia y padrino del hermano de Soria, hubiera incluido en su plantilla a la joven. No fue verdad, aunque no se desmiente la gran admiración que siente Ana por la labor jurista de Garzón. 

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