Humorista, guionista, actor, productor e, incluso, director de cine. La polifacética trayectoria de Chris Rock (57 años) ha dado para muchas anécdotas e historias, pero quizás ninguna ha tenido tanto recorrido como la acontecida en la última gala de los Oscar. La riada inagotable de artículos, comentarios y memes confirma que logros como cuatro premios Emmy y tres Grammy hayan pasado a un segundo plano: Rock ya es más conocido por ser el hombre al que abofeteó Will Smith (53) que por todo lo anterior.
Probablemente este episodio ha dado más sentido al título a la serie que él mismo protagonizó entre 2005 y 2009, 'Todo el mundo odia a Chris', ya que la broma que desencadenó todo, en la que se hacía referencia a la alopecia de Jada Pinkett (50), ha sido reprobada de forma casi unánime.
Sin embargo, detrás de cada acción siempre hay una explicación. A muchas personas les extrañó la reacción del propio Chris Rock, quien pareció aguantar de forma estoica la bofetada de Will Smith. "¡Guau! Will Smith me ha dado una buena", se limitó a comentar sin apenas perder la compostura antes de asegurar que no volvería a bromear sobre Jada Pinkett. Pero, ¿respondió todo a una cuestión de diplomacia? Indagando un poco sobre la vida de Chris Rock se encuentra un aspecto que explicaría de forma más exhaustiva su reacción.
Revelación
Fue el propio Rock quien habló de ello de forma pública en una entrevista para The Hollywood Reporter en 2020. A raíz de la sugerencia de un amigo, el humorista se puso en manos de un psicólogo con el objetivo de comprobar si tenía Síndrome de Asperger. No, no era así, pero las pruebas sí dejaron un diagnóstico: Trastorno de aprendizaje no verbal.
La Fundación Cantabria Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad (Fundación CADAH) lo define como "un trastorno de base neurobiológica que se caracteriza por una disfunción específica en las habilidades motrices, de coordinación y por dificultades en las relaciones sociales, en sujetos con una inteligencia general y habilidades lingüísticas óptimas". Esta acepción explicaría que, en la entrevista anteriormente mencionada, Chris Rock asegurara que "todas estas cosas son geniales para escribir chistes, pero no son geniales para las relaciones personales. Siempre lo he asociado a ser famoso. Cada vez que alguien me respondía de una forma negativa, pensaba 'da igual, están respondiendo así a algo que tiene que ver con quién creen que soy'. Ahora me doy cuenta de que era yo".
Como bien explicaba el humorista, este problema tiene un gran impacto en el área socio-emocional, ya que suele deparar en aspectos como no darse cuenta de las reacciones de otras personas, transmitir información de un modo que no esté aprobado en las convenciones sociales, escasa expresividad corporal y facial, o dificultad para adaptarse a los cambios.
En este sentido, desde la Universidad Internacional de Valencia apuntan que estaríamos ante un trastorno del aprendizaje "desconocido y seguramente infradiagnosticado hasta la actualidad". Esta misma institución pone el acento en la necesidad de detectar señales de alerta desde los primeros años del paciente para evitar problemas académicos y sociales, problemas tales como dificultad para hacer dibujos o cierta torpeza motriz.
En el caso de tener un diagnóstico validado por un profesional durante la etapa infantil, es fundamental que tanto el centro educativo como la familia caminen de la mano, teniendo en cuenta determinadas orientaciones como evitar los dobles sentidos a la hora de explicar alguna cuestión, dotar al niño de cierta responsabilidad para que se sientan útiles, propocionarle referentes, o valorar los logros que vaya adquiriendo, independientemente de su magnitud.
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