Vestida de impoluto blanco, con una increíble sonrisa de carmín pintada en sus labios y con su bolso Kelly de Hermès apoyado en el suelo. Porque ella no es supersticiosa y porque la suerte es para los mediocres y no para Vicky Martín Berrocal (49 años), que es sinónimo de poderío, de fuerza, de garra, de pasión.
Su día tiene 24 horas, como el de los demás, aunque no lo parezca. A su trabajo en la moda, en la televisión y las redes sociales ahora hay que añadir un plus. La diseñadora onubense presenta sus nuevas fragancias: Alba, Agua, Tierra, Aire, Eterna y Alma.
Con motivo de este nuevo éxito para Vicky, EL ESPAÑOL se cita con la empresaria y con ella habla sobre moda flamenca, amor y la figura de la mujer, el súmmum de la inspiración para sus obras, tanto en la costura como en la creación de una fragancia. En definitiva, en la vida.
¿A qué huele Vicky Martín Berrocal?
Huele a verdad, a seguridad. No sé cómo huele la seguridad, pero huele. A rojo, a coraje, a ganas, a fuerzas, a tantas cosas.
A mucho poderío.
Y a esas mujeres que han vivido conmigo, a esas mujeres en las que me inspiro, las que creen que no son, y lo son. A esas mujeres que muchas veces vienen con complejos, con inseguridades, que se hacen chicas y que no se ven con los ojos con los que yo las veo. Al final, entendí que tres perfumes no se podían tener y que eso no hablaba de mi mundo. Mi mundo es muy amplio y, entonces, tenía que tener un universo de perfumes. Hoy es un día, después de un año y medio de trabajo, increíble: poder estar aquí y poder haber lanzado esos perfumes que, al final, cada uno viene de una parte de mí: de mis raíces, de la pureza, de la verdad. Alba viene de la pasión, la sensualidad que defiendo siempre, que es Eterna. Viene del sentirme libre, que es Aire, no tener ataduras. Alma, es lo más profundo de ti. Y Agua, que es sur, mi mar. Hay tantas cosas que hablan de mí y habla de tantas mujeres...
¿Cuánta importancia tiene la mujer en su vida? Usted, que siempre ha afirmado que su mayor inspiración son su madre, su hermana y su hija, y que su trabajo desde hace casi 20 años es vestir a la mujer.
La mujer todavía no es consciente de lo que es. Hay mujeres que cree que son chicas, se hacen pequeñas por cualquier cosa y no son conscientes que son poderosas desde que nos paren. Las mujeres somos irrepetibles, somos únicas, hacemos las grandes labores. La profesión más complicada que hay es ser madre. Nadie te enseña. Te enseñan a todo en la vida, pero no a ser madre. ¡Y lo somos! Llevamos to palante. Y una casa y tu pareja y la batalla y lo difícil que es vivir y el día a día. Las mujeres podemos con todo. Me encantaría dar discursos para que la mujer entienda podemos con todo.
Lleva muchos años centrada en la costura, en la novia, pero ¿tiene ganas de volver a la moda flamenca?
Sí. Lloro y todo, ¿eh? Lloro al hablar de eso. Me fui en 2015. Eran mis 10 años en la moda y fue un desfile muy especial para mí. Nadie sabía que me iba, lo sabía yo. Salió desde to' mis aentro', lo más yo, la más pura, la más pasional, la más entregada, la más perfeccionista y la más soñadora.
Fueron sus primeras impresiones como artistas, ¿no? Contaba grandes historias y hacía importantes homenajes como el que hizo a su padre cuando falleció.
Sí, sí, totalmente... Pero el último desfile fue algo demasiado especial. Después de ese desfile me costaba mucho pensar que pudiera hacer otro mejor y que pudiera contar algo nuevo. Llevar los elementos del flamenco al lujo más lujo me removió. Me emocionó mucho hacerlo. Dije 'me tengo que ir, no puedo hacer nada más, ¿yo voy a volver a hacer una flor de flamenca en oro o un fleco en oro o una bata de cola con flores de Swarovski?' Hace dos días le tuve que decir adiós a Paqui, mi patronista desde hace 12 años, y en la última parte del texto que puse en Instagram. Mira, venía en el AVE llorando... (rompe a llorar).
Vicky, todavía se emociona... ¿qué ha supuesto Paqui para usted?
Todo. Ha sido lo que iba detrás de mí. Cuando yo diseño, ella va detrás. Ella interpretó mis sueños y no me soltó nunca. En los momentos complicados me daba la mano y me decía 'aquí estoy yo'. Era la patronista, la modista, la directora, la dependienta, la que subía a las oficinas, era el alma de todo esto. El otro día pensé 'no se va mi patronista, se va la patronista de todas vosotras'. Ella se fue en paz y ha dejado a su sucesor, un chico joven con todas las ganas del mundo, que lleva ya un año y pico trabajando con ella y se lo ha enseñado todo, porque ella no se ha quedado nada para ella. Me ha costado mucho trabajo porque me lleva a ese último desfile.
¿Veremos flamenca pronto entonces?
Te voy a contar algo. Hace un año me entró el gusanillo, pero para hacer lo que quiero hacer no se necesita sólo un año. Hay fechas que han marcado mi vida. Yo empecé en 2005 con la flamenca, la novia en el 2010. Pero la flamenca es de donde salgo de verdad. Entonces, yo creo que al haberme ido en 2015, 2025 podría ser una fecha increíble. Pero es una locura porque nunca sabes lo que puede pasar. Es muy loco, pero yo vivo de locuras. El artista, al final, se inspira también en el desasosiego y te tiene que dar mucho aquí, en las tripas. Es una locura pensar en 2025, pero sería algo maravilloso para celebrar mis 20 años en la moda.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, viste mucho de Victoria Colección. Ella levanta todo tipo de pasiones, ¿cree que puede afectar en positivo o en negativo a su firma?
Me gusta ella. He sido muy libre siempre a la hora de hacer. Hemos llegado aquí por mi libertad. Yo no me fijo en nada más. Me fijo en ella, ella confía en mí. No hablo de política, ni izquierdas ni derechas. Hablo de una mujer que tiene un coraje brutal, una mujer valiente, una mujer con la que España y las mujeres se identifican, una mujer que ha creído en ella, una mujer que le ha dado igual ocho que ochenta y que ha peleado por lo que ella ha pensado que era lo mejor para Madrid. Isabel Díaz Ayuso es una mujer rotunda y que confía. Eso nos ha dado mucho tanto a esta ciudad como a España entera. No conozco a nadie que haya dicho nada despectivo o negativo de Isabel Díaz Ayuso. Jamás. Da igual de qué partido seas.
¿Hay alguna mujer a la que desee vestir y todavía no lo haya hecho? Muchos diseñadores se ponen de meta a la reina Letizia.
Nunca lo he pensado. No, pero si un día quiere vestirse de mí... Ella da visibilidad en el mundo y es importante para la moda española. Para mí y para todos. Ese sueño que se me quedó pendiente en 2015 cuando cerré Vicky Martín Berrocal de flamenca, me quedó el sueño de Penélope Cruz. Yo quería vestir a Penélope de flamenca. Pero como la vida me sorprende... es alucinante que siete años después de crear un traje, Pedro Almodóvar me busque para vestir a Penélope de flamenca y entienda que tenía que ser yo. Es alucinante. Se cumplió. Tengo sueños, tengo sueño, pero los grito hacia dentro. A mí me apasionaría vestir a Sofía Loren. Es la representación de la mujer en todo lo que somos.
¿A qué huele el hombre que enamora a Vicky Martín Berrocal?
(resopla y guarda cinco segundos de silencio) Vaya preguntita... Es muy complicado.
Complicado es dejarla a usted sin palabras.
¡Eso sí que es complicado y lo has hecho! (risas) Pero podría ser que oliese un poco a lo que soy yo. Es difícil tener a un compañero de vida y que te emocione y al que entregarse si no tuviera nada que ver con mi mundo. Tiene que oler a mi mundo, a un toque de locura, a verdad, a compromiso, tiene que ser un tío con personalidad, tiene que haber un toque de timidez...
Porque el desparpajo ya lo pone usted, ¿no?
Yo también soy un poco tímida, fíjate, a veces... Tiene que haber sentido del humor, tantas y tantas cosas...
¿Los últimos viajes que ha hecho a Lisboa tienen que ver con João, su expareja? ¿Hay una nueva oportunidad entre ustedes?
Bueno, está mi vida allí. Está mi mudanza, está todo. Yo lo he dicho y yo no miento y, además, no me escondo de nada. El hombre más importante de mi vida después de Manuel ha sido João. Yo me casé con Manuel y, desde él, nadie tiró de mí como para dejarlo todo. Yo dejé mi país, imagínate. Yo pensé que era el definitivo, el hombre que me había enseñado amar de esa manera. Yo concebía el amor desde la ansiedad y la batalla, pero encontré que el amor era otra cosa. Él me enseñó. Hay muchas cosas que me unen y me llevo bien con toda la gente con la que he estado en mi vida.
¿Hay buena relación?
Hay buena relación.
Pero ¿relación romántica?
No, no, no. Yo estoy enfocada en mi vida, en mis amigos, en mis tradiciones, en disfrutar de las cosas mías, de las que dejé, de una playa, de un Cái, de un amigo con una guitarra, de un flamenco, de una tarde de toros y todo lo que representa España.
¿Qué le queda por hacer a Vicky Martín Berrocal?
Me gustaría pensar que me queda mucho. Y una cosa te voy a decir: el perfume tenía que estar. El perfume es lo primero que llega de una mujer y lo último que se va.
[Más información: Vicky Martín Berrocal, Eugenia Osborne o cómo vivir la Feria de Abril sin vestirse de flamenca]