Después de la tempestad, parece que llega la calma a la vida del presentador de televisión Santi Millán (53 años). La filtración del vídeo en el que aparecía practicando sexo con otra mujer que no era su esposa, Rosa Olucha, puso su vida del revés a nivel mediático, y consiguió que su nombre copara los titulares de todos los medios de comunicación.
EL ESPAÑOL pudo conocer días atrás que Millán "está tranquilo, pese a todo esto. Esto lo tiene muy descolocado porque no entiende cómo ha podido pasar y quién lo ha hecho". Santi está fuerte y decidido a llegar hasta el final y dar con la persona responsable. Desea que se depuren responsabilidades y, para ello, toca el silencio y la prudencia en estos casos.
Su mujer sí rompió su silencio, vía Instagram, y fue más que contundente: "Yo estoy bien. Deberías preguntaros cómo está él. Él es el que ha sufrido un ataque a su intimidad, que por cierto es delito. Su intimidad. Suya y de nadie más". Ahora, cuando parece que la vida comienza a recolocarse de nuevo, Santi Millán y Rosa Olucha han vivido un gran momento familiar: la graduación de su hijo mayor, Marc, de 16 años.
Todo un acontecimiento cargado de emoción y felicidad para el sólido matrimonio. Ha sido la propia Rosa Olucha quien ha compartido el feliz momento en su red social Instagram, a través de dos Stories. En la primera imagen se ve a la orgullosa madre posando con su hijo, ataviado con un traje informal, bajo el título: "Just graduated".
Sonriente y feliz, Rosa Olucha mira a cámara abrazando a Marc, el cual, con su pelo largo y su porte espigado y fuerte, guarda un importante parecido físico con su padre, Santi Millán. Tal es la semejanza entre ambos que, en el siguiente Stories, Olucha realiza una simpática y esclarecedora comparativa de ella posando tanto con Santi como con su hijo, en dos momentos diferentes.
La protección de los hijos
Hace unos días, este medio confirmó que Santi "se está dejando asesorar por sus abogados". En estos momentos, el actor y Rosa sólo tienen una ocupación y preocupación: proteger a sus dos hijos adolescentes, Marc, de dieciséis años, y Ruth, de catorce. "Él sólo tiene una cosa en la cabeza, y es alejar a los peques de todo lo que se está diciendo. Tanto él como Rosa sólo miran eso. Sabes cómo son los colegios y en esas edades", se confía al otro lado del teléfono.
A nivel matrimonial, se hace constar que Santi y Rosa tienen una relación "muy fortalecida y sólida. Se adoran por encima de todo". Como bien sostiene Olucha en sus recientes declaraciones, "hemos caminado muchos kilómetros juntos y muchos más separados. Hemos tropezado mil veces, hemos hablado cuando ha hecho falta, hemos cambiado el ritmo cuando nos hemos cansado. De momento, ni tan mal".
En esa línea, Rosa añadió: "Para los que no lo sepan (y ya lo siento), existen muchos tipos de familia. En la nuestra la libertad, el respeto y la tolerancia son los pilares sobre los que hemos construido este proyecto. (...) Me da mucha pereza ver que a estas alturas el sexo consentido y privado siga causando escándalos. Sí, señores, ¡la gente folla! Dentro y fuera de la pareja. Y me da casi más pereza que, cuando se hace público, la mayoría se apiada de las mujeres con el clásico 'pobrecita que no se enteraba' o 'qué imbécil que se lo permitía'. Mierda de sociedad católica y patriarcal".
Para terminar, Rosa Olucha mandó un mensaje a todos aquellos que le han preguntado en estas últimas horas cómo está: "Espero que los que estaban preocupados por mí estén ahora más tranquilos. Yo, y mi familia, bien, gracias", sentencia.
[Primeras palabras de Rosa, mujer de Santi Millán: "Estoy bien, deberíais preguntar cómo está él"]
Unas horas antes, era el propio Santi Millán el que rompía su silencio. Con calma, pero contundente, el catalán, optaba por no pronunciarse en exceso: "No pienso hacer ningún comentario. Yo no quiero decir cómo hay que enfocar las cosas, pero la noticia aquí es que se ha cometido un delito", decía al periódico ABC. "Yo no entiendo de leyes y demás, así que no voy a comentar", terminaba diciendo, dejando caer que habría puesto el asunto en manos de la justicia.