El diseñador Roberto Verino (76 años) ha agradecido en redes sociales los gestos de apoyo recibidos tras el fallecimiento, este pasado domingo 31 de julio de 2022, de Cristina Mariño, su hija y directora de su marca, de la que se ha querido despedir también públicamente él mismo a través de su cuenta de Twitter.

"Mi hija Cristina ha luchado hasta el final contra una leucemia, con valentía, tesón y una fuerza admirable. Muchísimas gracias por todo lo que la habéis querido y espero que por su memoria, sigamos haciendo lo que más le gustaba: hacer felices a todos", han sido sus palabras acerca de una enfermedad, a la que ha puesto nombre, y que muy pocos conocían que padeciese.

Mariño, nombrada directora de Marca hace menos de un año, murió a los 52 años a consecuencia de una leucemia detectada hace unos meses que no pudo superar tras un empeoramiento notorio hace dos semanas.

Cristina ejerció su carrera profesional durante 25 años en la empresa familiar creada hace 40 por Roberto Mariño Fernández, más conocido como Roberto Verino, y relevó a su padre al frente de la empresa en agosto de 2021 como directora de Marca, aunque el diseñador gallego seguía ejerciendo como responsable creativo y la parte ejecutiva quedó a cargo de la CEO Dora Casal.

Cristina Mariño junto a Dora Casal, CEO de Roberto Verino.

La empresaria era madre de tres hijos y vivía a caballo entre Ourense y Barcelona. El funeral está previsto que tenga lugar el próximo jueves en el ayuntamiento de Verín.

Padre e hija tenían una gran complicidad, pues además de compartir sangre les unía su pasión por la moda. De hecho, Cristina, que estudió la carrera de Derecho, siempre quiso formar parte de Roberto Verino.

Así lo aseguró ella misma al citado medio el pasado mes de octubre: "Yo empecé a trabajar en la tienda de Claudio Coello, en Madrid. Estudiaba y trabajaba los fines de semana. A mí, estar en tienda y el trato con el cliente me gustaban mucho", declaraba. Sobre cómo se formó para el puesto que ocupaba, decía que había sido gracias a su padre, quien también era su mentor: "Sabía que yo quería estar aquí. Tampoco había escuelas de diseño, así que él fue orientándome hasta llegar aquí".

La última vez que se vio a Mariño en un acto público fue a comienzos del pasado mes de marzo, cuando Roberto realizaba un desfile en el Museo Cerralbo en el que presentaba su nueva colección dentro del programa Madrid es Moda. Un trabajo que, en sus palabras, "habla de las cosas sencillas, de las que nos hacen felices, como un paseo tranquilo".

La muerte de Cristina Mariño ha supuesto un gran golpe para el mundo de la moda y también para la sociedad ourensana -era natural de la ciudad gallega- es que estaba destinada a desarrollar grandes proyectos. Además, está el hecho de que sólo su entorno más cercano conocía la enfermedad que sufría y por la que finalmente ha fallecido.