Durante los últimos tiempos las noticias que han ido saliendo a la luz sobre él no eran nada halagüeñas, pero parece que en esta ocasión no hay motivos de preocupación aparentes. Camilo Blanes (38 años) ha hablado con los reporteros que le esperaban a las puertas de su casa de Torrelodones (Madrid) y no ha dudado en desmentir los rumores sobre una posible recaída en sus malos hábitos después de que le sorprendieran de fiesta con unos amigos en la noche madrileña.
Muy delgado, con el rostro semioculto con gafas de sol y mascarilla y hablando pausadamente antes de iniciar un paseo en bicicleta por los alrededores de su domicilio, el hijo de Camilo Sesto se pone a la defensiva cuando le preguntan por esta situación y responde: "¿Recaer de qué? ¿Tú no sales de fiesta? No he recaído. Es completamente falso". Dice encontrarse bien y muy tranquilo, pasando el verano en la capital y sin planes de irse fuera unos días, al menos por el momento.
El joven estuvo ingresado en el hospital durante dos meses a consecuencia de una grave caída en noviembre de 2021, tras la cual quedó inconsciente y sufrió una hipotermia que casi le cuesta la vida. Pasó la mayor parte del tiempo en la Unidad de Cuidados Intensivos, con la lógica preocupación de su madre, Lourdes Ornelas, que no se separó de su lado. Ella había intentado sin éxito que su hijo se internara en un centro especializado para superar sus problemas con las drogas.
Después de su paso por el hospital, poco se había vuelto a saber de Blanes hasta la noticia de su reciente noche de juerga que hizo saltar los rumores de una recaída. Él insiste en negarlo y añade que se encuentra completamente recuperado de aquel accidente y que tampoco tiene que seguir tratamiento alguno para sus adicciones ya que en estos momentos no hay nada de qué preocuparse.
También ha hablado de su situación sentimental, asegurando que mantiene una relación intermitente con su novia, María: "Es muy buena amiga y cuando nos vemos, nos vemos". Tiene ganas de volver a trabajar y algún proyecto tiene en mente, aunque no puede adelantar nada.
A quien siempre tiene muy presente es a su padre, Camilo Sesto, y matiza que siempre que "puede" y que "le dejan" acude a los homenajes que se hacen al inolvidable cantante. Unas misteriosas palabras que prefiere no explicar, aunque sí apunta que los preparativos para el museo en honor a su padre marchan "bien". El joven parece estar muy solo, ya que la relación con su madre se ha enfriado y no hay nadie que le acompañe en el inmenso chalé que ocupa.