En octubre de 2021 se cumplió un año, 365 días, desde que EL ESPAÑOL hiciera pública la grave crisis y posterior separación matrimonial del legendario torero José Tomás (46 años) y su mujer por entonces, Isabel Montes. Ellos, tan discretos con su vida privada, vieron cómo sus nombres coparon los titulares de las principales cabeceras cuore de información del país.
No era para menos: José Tomás es una leyenda viva del toreo. Entonces, se matizó desde su entorno que no existieron terceras personas y que ambos se llevaban cordial y afectuosamente, sobre todo por su hijo en común, José Tomás, de 10 años. Tomaron la decisión "de mutuo acuerdo". José e Isabel continuaron con su tranquila y discreta vida en Estepona.
Ella, en la casa conyugal junto a su pequeño, José Jr.; él, en su 'piso de soltero' cercano al domicilio familiar. Prácticamente en la misma calle. A escasos metros. Desde entonces, la cordialidad siempre ha existido entre ellos.
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No sólo por el bien de su vástago, que también, sino porque José e Isabel son "dos almas gemelas que, desde que se vieron, siempre tuvieron claro que nunca más se separarían", como explica una fuente de sobrada credibilidad a este periódico.
El amor se les acabó, pero todo lo demás, el cariño, el respeto, la amistad, permanece intacto entre ellos. Así sigue siendo en la actualidad. Hace unos días, el exmatrimonio fue visto junto a su hijo, José Jr., en el concierto que el cantante Leiva (42) recitó en el marco de Starlite, en Marbella, como avanzó Informalia. El mencionado medio barajó la posibilidad de que ambos hubieran retomado su relación amorosa, pero EL ESPAÑOL desmiente este extremo.
"Siguen divorciados y viviendo en casas separadas", se aclara, pero no es la primera vez que quedan, solos y en compañía de su hijo. "Esta cita es una de muchas", responde al otro lado de la línea una fuente amiga de ambos. Eso no quiere decir que hayan retomado su historia de amor. Tan buena relación tienen que el pequeño José Tomás se va turnando y casi duerme una noche en cada casa porque tienen la custodia compartida.
Lejos de haberse reactivado los sentimientos entre ellos, el informante insiste en lo que en octubre de 2021 ya sostuvo: "Los dos están ilusionados a su modo". Él vive intensamente su nuevo estado civil. Se divierte, se lo pasa bien, pero "sin gritarlo a los cuatro vientos".
Isabel, confían, vive una historia sentimental más sólida, aunque igual de discreta. Eso sí, se matiza lo que sigue: "Todo puede ocurrir y de repente darse cuenta ambos de que se miran de otra manera". El pequeño José, gran admirador de su padre, está feliz por la relación que mantienen sus padres pese al divorcio: "Han tenido una separación modélica donde el hijo no ha notado nada. Ha visto a su padre de forma normal y así sigue siendo".
Un flechazo amoroso
Destacar en este punto que Isabel era dependienta cuando conoció a José Tomás. Un flechazo que sacudió a la ciudad, el día que José Tomás llegó a Estepona a revelar un carrete de fotos en un laboratorio de Foto Lab, en Carrefour, y quedó prendado de Isabel, la dependienta "que parecía sacada de un cuadro de Romero de Torres", y que le sonreía al otro lado del mostrador.
Él tenía 27 años, y ella unos pocos menos. Desde entonces, el chico del traje de luces no se separó de su "morena de tronío" y pasaron juntos 20 años. La conexión con la esteponera fue inmediata. Isabel estaba casada por aquel entonces, dejó a su marido, y unos meses después del primer encuentro con José Tomás se mudaba a la casa del torero en la urbanización Lunymar. La pareja siempre ha sido muy discreta en apariciones.
Solo en actos oficiales contados se han dejado ver, tipo la plaza que le pusieron al torero en Estepona, en alguna corrida en Latinoamérica, o cuando el diestro recogió la Medalla de Oro a las Bellas Artes en La Coruña de manos de Juan Carlos I (84).
Isabel siempre ha intentado estar lejos de los focos que han buscado otras parejas de toreros. Siempre ha huido de la popularidad. Isabel, que es una persona discreta, continúa a día de hoy con los mismos quehaceres de entonces, cuando era esposa de José Tomás.
La rutina de Isabel pasa por su casa, por su divertimento personal, y por el cuidado de su hijo, José. Una persona que la conoce asegura a EL ESPAÑOL que "Isabel es una mujer muy querida aquí, que tiene su mismo grupo de amigas de siempre". Tiene "gustos sencillos", es "agradable en el trato, un amor" y "nunca se las dio de nada", pese a estar casada con uno de los toreros más importantes a nivel nacional y allende los mares.
Hasta conocer a José Tomás, Isabel estaba muy vinculada a la ciudad de Estepona. Había contraído matrimonio con el hijo de un sevillano de pro de la ciudad, Manuel Hernáez, fundador de la Hermandad del Amor, y ambos estaban muy ligados a las tradiciones del pueblo. Con el matador de toros todo cambió. A los dos les gustaban las mismas cosas: la naturaleza, la discreción y su privacidad. La pareja caminaba por los alrededores de su casa con su perrito, un schnauzer, o con el carrito de su niño.