Genoveva Casanova (45 años) ha vivido un verano muy intenso este año. Tras disfrutar de la Feria de Sevilla en mayo, donde alargó su estancia durante semanas junto a un grupo de amigas, se trasladó al Cortijo La Motilla, en Carmona. En mitad de la naturaleza, pero con todos los lujos, la mexicana encontró el ambiente perfecto para desconectar del bullicio de la ciudad, y lo hizo acompañada por su paisana e íntima amiga Jaydy Michel (48). Pero cuando llegó agosto, la exmujer de Cayetano Martínez de Irujo (59) puso rumbo a uno de sus enclaves favoritos de cada periodo estival: San Sebastián.
La que fuera nuera de Cayetana de Alba nunca prescinde de su tiempo de descanso en el norte de España, y es que se aloja en el palacio de Arbaisenea, un imponente inmueble ubicado en plena naturaleza. El majestuoso palacete pertenece a Cayetano, pues se trata de una propiedad que le dejó su madre en herencia tras fallecer en 2014, sin embargo, la persona que más uso le da en agosto es su exmujer.
Debido a los 20.000 metros cuadrados de finca que abarca y al gigantesco palacio que está situado sobre una colina, Genoveva no suele alojarse sola en la vivienda y recibe a varios amigos a lo largo del mes. A principios de agosto fueron Nuria Roca (50), Antonia San Juan (61) y Jaydy Michel las que la acompañaron en la casa. Todas ellas quedaron deslumbradas por la belleza del lugar.
Después de la especial visita de las mujeres, Casanova pasó unos días tranquila recorriendo los lugares emblemáticos de Donostia, como la playa de La Concha y el paseo decorado por las esculturas de Chillida. Pero enseguida ha tenido otra visita muy especial. Estos días ha conocido su majestuoso refugio el famoso arquitecto Manolo Mestre. Genoveva mantiene un estrecho vínculo con este creativo, que es el diseñador de decenas de hoteles y villas de lujo, muchos ubicados en México -país natal de Casanova.
En su condición de arquitecto, Mestre ha quedado asombrado por la estructura y el diseño de la gran vivienda, y ha presumido de ello en sus redes sociales. Gracias a estas imágenes inesperadas, el creativo ha mostrado rincones hasta ahora desconocidos de esta magnífica casa, y es que pese a que la propiedad se alquila para eventos, las únicas fotografías accesibles son las de la fachada y de alguna estancia de grandes dimensiones, las idóneas para las reuniones.
Sin embargo, los cuartos más personales, en los que aún permanecen elementos de la familia, están cerrados a la posible presencia de curiosos, pero no para los amigos de Genoveva. Entre estos lugares especiales destaca el despacho de Cayetano, un lugar cargado de simbolismos y a través del cual, solo observándolo un instante, se puede conocer mejor la personalidad de su dueño.
El escritorio del palacete muestra un aspecto muy distinguido y ordenado, aunque sin ningún hueco disponible. Lo que más llama la atención a primera vista y que muestra que pertenece a una persona de alto rango y de importancia en el país es la presencia de cuatro banderas de tamaño portátil en una de las esquinas de la mesa. De izquierda a derecha aparecen la Ikurriña, la bandera de España, el escudo de la Casa de Alba y la bandera europea.
Del mismo modo, se distribuyen por el escritorio piezas en madera tallada, como archivadores y sellos; así como elegantes plumas y frascos de tinta a su lado; un reloj de mesa y un calendario; un ramo de flores lilas en agua, una lupa, documentos impresos y una lámpara de aire vintage. Pero sin duda el elemento que más destaca y que descansa sobre una de las partes de piel del buró es el libro De Cayetana a Cayetano, obra que publicó el conde de Salvatierra en 2019. Todo ello está bañado por los rayos de sol que entran desde la amplia ventana que está situada justo enfrente de la mesa. Y lo que se divisa al otro lado de los cristales es la vegetación del gran jardín de la casa que abarca dos hectáreas.
De hecho, en esa amplia parcela se llevan a cabo grandes eventos como bodas, pues puede acoger a 1.000 invitados y dispone de dos grandes carpas. Pero ni los novios ni los asistentes pueden visitar las estancias más ocultas y personales del palacio, cosa que sí hacen los amigos de Genoveva cuando ella ejerce de anfitriona.
Su amigo arquitecto ha dado prueba de todo ello. Ha disfrutado viendo en primera persona el gran salón con licorería y bar, así como visitando el cuarto de reuniones repleto de cuadros antiguos de Cayetano en la hípica. También ha mostrado una habitación en la que reina únicamente un tocador, con un mueble de espejo y artículos para guardar cosméticos que hace siglos que están en desuso, al igual que un teléfono antiguo de rueda.
[La transformación facial de Genoveva Casanova tras su último retoque estético]
Todas estas reliquias han fascinado al arquitecto Manolo Mestre, quien tiene como admiradora acérrima a Rachel Valdés (32), novia de Alejandro Sanz (53), con la que comparte profesión. La cubana comenta la gran parte de las publicaciones del mexicano en sus redes, y le demuestra su fanatismo por las construcciones que ha llevado a cabo en mitad de auténticos paraísos de México.
Sin embargo, en esta ocasión, en vez de hospedar, que es lo que hacen las grandiosas casas que él diseña, ha sido el arquitecto el que ha sido alojado en la residencia de verano de su famosa amiga Genoveva Casanova.