La televisión, la comunicación y, en parte, la pasión por informar siempre formaron, forman y formarán parte del ADN de la periodista y reportera Mabel Redondo. Siempre tuvo claro cuál sería su destino, desde que, siendo pequeña, mirara con admiración y arrobo lo que echaban por televisión.
Natural de Madrid, Redondo supo qué deseaba estudiar nada más cumplir la mayoría de edad: Periodismo en la Universidad Complutense de la capital de España.
Tras su licenciatura, comenzó a publicar artículos en revistas femeninas y, más tarde, en diarios nacionales. El nombre de Mabel Redondo comenzaba a sonar entre las bambalinas de los medios de comunicación. En ese momento, la radio la tentó. Emisoras como Radio Voz o COPE contaron con sus servicios, lo que terminó por forjarla aún más como profesional. Todas las personas tenemos un año marcado en rojo en nuestro calendario vital y currículo, el de Mabel es el año 1994.
Ese año, gracias a su paso por la conocida agencia de noticias Europa Press, Mabel Redondo recibe la gran oferta de su vida, ésa que cambiaría por siempre su destino profesional.
La crónica social entraba en su vida para quedarse gracias a su trabajo como reportera del exitoso y extinto y polémico espacio Esta noche cruzamos el Mississippi, presentado por Pepe Navarro (70). Esta incursión faraónica en la televisión nacional fue sólo la punta del iceberg.
Todavía le esperaba, ahí es nada, el espacio que daría sentido a lo que hoy en día se entiende como crónica social o prensa del corazón, el programa de Canal Nou Tómbola. Fueron cinco años tras las cámaras, coordinando el mítico espacio y haciendo, por ende, historia en la televisión. Abierto al anochecer, A la carta o La vida es rosa son otros títulos de programas de televisión, en Antena 3, que llevaron su impronta y sello.
Quién le iba a decir a ella que esa cadena sería tan importante y capital en su presente. Pero antes de eso, Mabel también probó suerte en Telecinco, en espacios como Salsa Rosa -durante dos años-, Está pasando, A tu lado o El buscador. Hoy, la vida profesional de Mabel Redondo pasa por su trabajo en Espejo Público, pero también es colaboradora del medio de comunicación Esdiario.
Hace un tiempo, Redondo concedió una entrevista en el blog Vertize Gala. Allí, la periodista se abre en canal y confiesa cómo brotó en ella la vocación. "Puedo presumir de ser periodista de vocación. Yo elegí esta profesión, no fueron ni el azar ni la casualidad lo que me llevó a trabajar en televisión", manifestó.
Sobre su experiencia al lado del gran Pepe Navarro, Redondo sostuvo, con gran franqueza: "Era este un programa con altísimos datos de audiencia, éxito que no sólo se debía a su presentador. En esa programa nos dejamos la piel el equipo, profesionales que llegábamos a trabajar 12 horas diarias". No esconde que fueron tiempos duros, pero que aprendió mucho de ellos. "No sólo a nivel profesional, también tomé muy visión muy real de las entrañas de la televisión, un medio al que no es fácil adaptarse", añadió en el citado blog.
Si hay un trabajo, duro pero gratificante, del que Mabel Redondo se siente especialmente orgullosa, ése fue el que realizó tras el mediático y trágico secuestro de la joven Anabel Segura, un caso criminal sucedido en abril de 1993 y que conmocionó a todo el país.
"Una de las entrevistas más emotivas que recuerdo es la que le hice a la madre de Anabel Segura. Fui yo quien le hizo esa primera entrevista tras la muerte de su hija. (...) Antes de hacerla, hablamos mucho, conocí al resto de la familia y tuvimos varios encuentros", desveló en el mencionado blog.
Sostuvo Mabel que se solidarizó con ese dolor de madre. Eso sí, también recordó momentos divertidos que le ha brindado la profesión, como cuando salía de fiesta con los compañeros de Tómbola: "Salíamos a tomar algo con los famosos que venían al programa. En esas veladas hablábamos de todo".
La Mabel Redondo persona, que no periodista ni profesional, es una mujer de gustos sencillos. "Me organizo para descansar, leer, ir a clases de baile, jugar al tenis...".
Descubre que si el periodismo no la hubiera llamado, habría sido actriz. La interpretación, asegura, es su gran pasión. Una debilidad que la nace desde niña: "Primero, en mis años de estudiante, cuando formaba parte del grupo de teatro, y años más tarde en la facultad. Siempre que puedo voy al teatro".
Hoy, con todo el bagaje que Mabel ha aprendido y aprehendido, desarrolla su labor en el espacio Espejo Público y está feliz y satisfecha por ello. EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con un buen amigo suyo de profesión, que la conoce bien.
"Es tan buena amiga como excelente profesional. Ella se adapta a tod, y ha sabido cogerle el punto a la tele. En una profesión tan complicada como ésta no conozco a nadie que hable mal de Mabel", se confía al otro lado de la línea. Según la información que maneja este medio, Mabel está soltera.