Sostiene Aarón Guerrero (35 años) que no extraña ni echa de menos el mundo de la televisión y la interpretación. Que ésa, a falta de una tentadora e irresistible oferta, es una etapa cerrada en su vida. Que hoy en día ha sabido reinventarse más allá de aquel joven que triunfó en dos magnánimas series de televisión en España, Médico de familia y Ana y los 7.
Fue precisamente al término de la ficción protagonizada por la actriz y guionista Ana García Obregón (67) cuando Aarón se replanteó su futuro ante la falta de ofertas en el medio audiovisual. Nada que se le ofrecía le cuadraba en sus expectativas y decidió convertirse en empresario, como cuenta en su conversación con EL ESPAÑOL.
Y no en uno cualquiera: en el gerente, junto con su hermano, su principal socio, de siete restaurantes en Madrid. Ahora, por si todo esto fuera poco, acaba de sacar al mercado un vino, otra de sus grandes pasiones. No cabe duda de que Guerrero es el claro ejemplo de que hay vida más allá de la televisión. A su lado, apoyándolo incansablemente en sus éxitos, su mujer, Salomé Gadea, y su primer hijo en común, Beltrán (4).
[Así es la nueva vida de Aarón Guerrero como padre y propietario de dos restaurantes]
Aarón, siete restaurantes llevan su sello y ahora acaba de sacar al mercado un vino. Cuéntenos cómo surge la idea.
Sí, hemos lanzado un vino. Pues mira, una de las razones por las que entro en el mundo de la hostelería es porque me apasiona el vino y tenía ganas de hacer un vino. Creo que había llegado el momento de lanzarlo y surgió la oportunidad. Nos hemos asociado con una bodega, de Extremadura, y hemos lanzado un vino muy bueno, fermentado en barrica al 30 por ciento. Es un espectáculo de vino. Estamos vendiéndolo, sobre todo, en Andalucía y en todo el Levante, y ahora empezamos en Madrid a embotellar.
Usted es el ejemplo de que hay vida más allá de la tele.
Claro que hay vida más allá, lo que pasa es que hay que saber reciclarse. Si sabes reciclarte, y le pones el mismo cariño que le ponías a ese mundo de la televisión, por supuesto que hay vida.
¿En qué momento se plantea la hostelería?
Pues es muy sencillo. Cuando termina Ana y los 7 hay una temporada, de un año y medio, que no sale trabajo y no sale nada interesante. Llegó el momento entonces de arrancar algo de hostelería con un primer restaurante y luego, a partir de ahí, abrí La Malaje, y después los Bácaros, los italianos que tenemos. También las Tías Felis, que son las tabernitas que tenemos también tres. Nos hemos juntado con esos siete locales.
¿Cuenta usted con socios?
Mi socio principal es mi hermano, que somos los dos socios del grupo Mimosa. Y luego de ahí salen el resto de sociedades. Trabajamos con socios inversores.
¿Hay antecedentes de hostelería en la familia?
No, no, abrí yo la veda. De hecho, mi hermano se dedicaba antes a otra cosa. Hace unos años, él salió de su empresa y nos asociamos.
¿Tiene claro que no volvería a la interpretación?
No es que no quiera volver, es que no lo busco ni muchísimo menos. No tengo representante ni hago nada para volver. A veces me preguntan qué haría si saliese algo que me apeteciese. Y yo digo que por qué no. Creo que los que nos hemos dedicado al mundo de la interpretación, ese gusanillo siempre lo tenemos. Siempre te pica ese gusanillo, y cuando hago reportajes y entrevistas siempre ayuda para quitármelo.
¿Nota el cariño del público en su día a día?
Yo lo noto muchísimo el cariño, y la verdad es que se agradece mucho. Siempre he sido muy agradecido con ese cariño, tanto antes como ahora. Me parece una parte súper importante de nuestro trabajo. Hay que ser agradecido con la gente que te valora y que te para por la calle y te pide una foto. Es verdad que han pasado los años y ya no me dedico a eso, pero mucha gente se sigue acordando.
¿Qué consejo le daría a aquel chico que comenzaba como actor?
Pues el consejo que le daría es que no deje nunca de estudiar. Son más o menos los consejos que le daría a mi hijo, que tiene ahora cuatro años. Que nunca deje de estudiar, que se prepare siempre, que haga lo que quiera, pero que se prepare para ser el mejor. Siempre hay vida gracias al reciclaje, que no tenga miedo.
El de la interpretación es un mundo muy inestable, ¿verdad?
Es el trabajo más irregular que existe. Está clarísimo.
Lo que pocos saben es que su padre fue actor de doblaje...
Sí, mi padre fue actor de doblaje durante muchos años en Barcelona y se dedicó al mundo de la radio. También fue el presidente de la plaza de toros de Barcelona y se dedicó en parte también a este tema. De ahí puede ser que me viniera a mí lo de ser actor. Él era un loco del cine y de la interpretación.
En su ámbito personal, es un hombre afortunado. Está casado y con un hijo, Beltrán. ¿Cómo es la convivencia?
Me casé con Salomé hace un año y medio. Pues a ver, está claro que la convivencia no es fácil, pero con el tema del matrimonio lo he notado poco, porque nosotros ya vivíamos juntos de antes. Llevábamos ya cuatro años y medio viviendo juntos. Lo del anillo es lo que menos he notado, la verdad. Lo que más se nota es el niño, está claro. Es un cambio súper importante.
La vida cambia notablemente.
Es una responsabilidad muy grande y, aparte de que lo disfrutas mucho, también hay que reconocer que es duro y complicado.
¿Se plantean ampliar la familia?
Bueno, de momento estamos muy bien con uno, pero nunca se sabe. Igual un hermanito sí tenemos que darle. Yo tengo una relación muy bonita con mi hermano y me daría pena no darle esa oportunidad a Beltrán.
Por sus restaurantes pasan muchos rostros conocidos. Hemos sabido que es buen amigo de Jorge Bárcenas, ¿es cierto?
Barce (24) es amiguete, sí. Y Victoria Federica (21) también viene mucho. Manuel Baqueiro (44), además, es socio nuestro en algunos de los locales de las Tías Felis. Fernando Romay (62) también viene mucho. La verdad es que vienen muchos amigos del cine y de la radio.
Esa es una buena publicidad...
Por supuesto. Siempre ayuda que vengan amigos, además les gusta y se lo pasan bien. Todo lo que sea publicidad, y encima buena, pues mejor que mejor.
Con tantos restaurantes, imposible estar diariamente en todos, ¿no?
Imposible (Risas). Mira que me gustaría, pero cuando tienes tantos locales la forma de gestión cambia y pasas a hacer mucha oficina. Vas a los locales siempre que puedes, pero estar en todos es complicado. Muchas veces los visito porque me llama un amigo y me dice que está en tal local y voy.
¿Se plantearía participar en un 'MasterChef Celebrity'?
De los realities que hay, sería el único que haría. A mí me tira mucho el mundo de la cocina y me parece muy interesante y muy divertido. Es un programa blanco en el que te lo pasas muy bien.
Usted compartió muchas horas de grabación con Ana Obregón. ¿Cómo es su relación? ¿Están en contacto o ha ido a algún restaurante suyo?
Sí, ella ha estado en La Malaje, que quedamos todos allí para una comida que hicimos. Es verdad que desde que pasó lo de Álex estamos menos en contacto porque ella está más en sus cosas y hablamos menos. Siempre he tenido muy buena relación con ella y con todos los compañeros de Ana y los 7. Seguimos en contacto, tenemos nuestro grupo de WhatsApp. Los de Médico de familia también tenemos nuestro grupo. Siempre estamos en contacto para felicitarnos los cumpleaños. Para quedar es más complicado porque cada uno tiene su vida. Tenemos pendiente una quedada.
A Álex lo vio mucho por el rodaje de 'Ana y los 7'. ¿Qué recuerdos tiene de él?
Sí, sí, yo me acuerdo de ver a Álex en el rodaje. Luego nos hemos seguido viendo cuando él era mayor, y he tenido mucha relación con él. Era un chaval increíble, un trabajador nato y súper educado.