"Luchadora, valiente, un poco pasota. Ya no procrastino tanto y creo que me estoy empezando a gustar", así se define en la actualidad Mai Meneses (44 años), tras años de idas y venidas en la música y sufrir una depresión y varios brotes psicóticos.

Todos hemos bailado en algún momento al ritmo de Tenía tanto que darte o En qué estrella estará, hits de Nena Daconte, el grupo que durante un tiempo formó junto a Kim Fanlo (43). Lo que no se sabía hasta la fecha es que, precisamente ahí, en lo más alto del éxito, es cuando peor estaba ella. Intentó paliar su malestar con drogas y alcohol hasta que llegó la psicosis. Lo cuenta ella misma en una charla con EL ESPAÑOL, tras haberlo relatado previamente en un libro que lleva por título uno de esos éxitos: Tenía tanto que darte.

¿Por qué ahora?

Cuando empecé a escribir el libro, fue un poco a modo de terapia, para poner en orden las ideas. Y cuando lo hice, me di cuenta de que el tema de la salud mental cogía bastante importancia en el relato. Me leí justo el de Ángel Martín y dije: 'Pues nos lanzamos con todo'. Es un acto valiente porque todavía hay mucho tabú sobre la salud mental, y las personas tienen que tener referentes y que sientan que no están solos en su problemática.

¿Ha sentido que estaba contando algo que hace 10 años no podría haber contado?

Sí, muchísimo. Después del confinamiento, me hizo un clic el cerebro y me dije: 'Me importa un pimiento el resto del mundo y voy a ser quien soy de verdad'. Había como un abismo entre lo que la gente cree que soy y lo que realmente soy. Las cosas que me preocupan, las cosas con las que tengo que lidiar día a día… Ha sido un acto de abrir puertas, por dentro pienso que es como salir del armario, pero en la salud mental.

Mai Meneses se confiesa como "valiente, luchadora y un poco pasota". Sara Fernández EL ESPAÑOL

Cada vez son más numerosos los personajes públicos que cuentan sus problemas con la salud mental, como en el caso de Ángel Martín.

Sí, el cantante Dani Martín, por ejemplo, cuenta en redes cada vez que vuelve del psiquiatra o del psicólogo, porque es que el hecho de ir a terapia es más positivo que negativo, te ayuda a tener un conocimiento de la inteligencia emocional que muchas veces no tenemos. En todos los agujeros negros en los que he estado, me doy cuenta de que era por falta de información y conocimiento sobre lo que era la inteligencia emocional.

Entonces, su experiencia en terapia ha sido positiva.

Sí, la terapia y los medicamentos me han salvado la vida.

Habla abiertamente del alcohol y las drogas. ¿Cuál es su relación actual con el alcohol?

Ahora es una relación sana. Yo creo que lo que estaba mal es que lo usaba un poco para evadirme, y además, desde la tristeza, desde un poco de victimismo. Y desde ahí, beber es bastante peligroso.

¿Cree que la salud mental debe estar presente en la política?

Yo creo que sí. A ver, de política entiendo bastante poco pero, por ejemplo, me parece un tema importante el hecho de que si no tienes dinero, te cuesta mucho ir al psiquiatra. En mi caso, voy más por lo privado que por lo público, porque te dan para dentro de cuatro o cinco meses y esto corre prisa si caes en una depresión o sufres ansiedad. Puedes ir al médico de familia, que es a quien acudía yo porque es mucho más rápido, pero creo que faltan medios y hay que dar importancia. Según tengo entendido, sobre todo a nivel adolescentes, que cada vez hay más problemas por las redes, por la imagen…

Mai Meneses durante la entrevista con EL ESPAÑOL. Sara Fernández EL ESPAÑOL

Antes de triunfar con Nena Daconte, Mai ya había visitado al psiquiatra años antes. Desde aquel momento -cuenta en el libro- llegan varios médicos y diagnósticos diferentes: bipolaridad, depresión, trastorno límite de la personalidad… Todo se complicó con la mezcla de sustancias durante el ascenso al estrellato del grupo, que se separaba en 2010. Mai tuvo su primer brote psicótico, el cual se ha repetido dos veces más. Ha creído que hablaban de ella por la calle o en la tele, a todas horas. Contaba que la visitaban fantasmas y creyó que podía controlar la lluvia o que podía hablar con las plantas y los árboles. Relata que nunca ha vuelto a consumir drogas y que en la actualidad sigue un tratamiento que la mantiene estable.

¿Tiene miedo de que le vuelva a pasar?

A mí me ha pasado tres veces y no quiero que me pase una cuarta. Conforme pasan los años, cada vez es más cansado y yo creo que cada vez vas más lejos.

Dice en el libro que era casi "adicta" a esas paranoias.

Sí, es curioso, yo me enganché a las paranoias. Me parecían una vida irreal totalmente divertida. Pero cuando iba al médico y todo desaparecía, pues desaparecía que yo fuera el centro de mi universo y volvía a una vida rutinaria, aburrida… Pero luego aprendes a que es a la vida a la que te tienes que agarrar.

¿La fe ha sido importante para superarlo?

En este último periodo, no. Ahora mismo estoy en fase negativa.

¿Cree en Dios?

No, ahora mismo, no. Sí creo que hay algo que nos conecta y nos une, pero no le pondría un nombre en concreto, es que ni siquiera lo entendemos. Es ir caminando para adelante, creo que creamos nuestra realidad con nuestra actitud, nuestra forma de ser… No quiero hablar de esto en profundidad porque es un tema muy polémico, pero ahora mismo no estoy viviendo la fe de forma intensa.

Mai Meneses tuvo una etapa de adicciones, las cuales forman parte del libro. Sara Fernández EL ESPAÑOL

Mai Meneses saltó a la fama en la segunda edición de Operación Triunfo. Como ella misma cuenta con ironía, no se hizo conocida por su entrada, sino pro su salida: fue la primera expulsada. "Esa etapa no la viví con amargura, salvo lo que respecta a la parte de que era la perdedora. Recuerdo las firmas de discos con pavor porque tenía tres fans y veías que el de al lado tenía 10 y el otro, 30. Firmaba y luego me quedaba parada viendo cómo pasaba todo el mundo al otro lado, y eso es duro. Con 24 años todavía es duro eso. Entonces yo creo que me quedó un trauma a fuego que luego me salió en la época de Nena Daconte… No conseguía sentirme satisfecha del todo con lo que había conseguido porque había una parte de mí que siempre pensaba que no tenía talento y que todo lo que me estaba pasando era pura suerte o puro marketing, como cuento en el libro".

Tras conocer al guitarrista y productor Kim Fanlo en la gira de Operación Triunfo, se enamoró y se embarcó con él en la aventura de crear su propio grupo. Recibieron numerosos premios a 'grupo revelación' e incluso uno de sus éxitos puso la banda sonora a la Vuelta Ciclista de España. Cinco años después, la tormentosa relación con su compañero y con el resto de la banda le hace tomar la decisión de disolverla, lo cual no se toma nada bien Fanlo, que meses después denuncia -sin éxito- a Mai, y muestra su enfado a través de un comunicado donde alega haberse enterado por los medios de la separación. Una situación que Meneses relata en un capítulo del libro, donde reconoce que fue en esa última etapa donde todo estalla por los aires en lo que respecta a su salud mental.

¿Ha contado todo lo que quería contar?

Yo creo que sí. He contado las cosas con total honestidad, según mi verdad y según cómo viví yo aquella época, pero imagino que no todo el mundo estará de acuerdo.

¿Espera una reacción?

No. Espero que no. Espero que me dejen tranquilita y que ni siquiera se lo lean, o que lo lean si les apetece. No creo que haya hecho sangre, he contado cómo me estaban afectando determinados comentarios porque yo estaba muy insegura. Ya lo digo en el libro, si las cosas sucedieran ahora, probablemente me reiría. Es desde mi verdad y desde ahí, al que le guste, bien, y al que no, también.

No va a haber contrataque.

Yo creo que no. No le pega, de hecho.

"En el libro intento culparme a mí misma de mucho". Sara Fernández EL ESPAÑOL

¿Le ha servido para cerrar esa etapa?

Era una forma de poner orden sobre qué sentía, qué pasaba, qué hice mal y qué hice bien. Porque en el libro intento culparme a mí misma de mucho, responsabilizarme, porque creo que no siempre te están haciendo a ti las cosas, sino que es un poco la actitud ante la vida la que te hace que te resbalen o te afecten.

Hace poco, se publicó un estudio realizado a más de 400 trabajadores de la industria musical donde se ponía el foco en los altos índices de ansiedad, depresión e incluso intentos de suicidio que confesaban tener. ¿Cree que es una profesión más tendente a este tipo de situaciones?

Sí, yo creo que sí. De hecho, cuando empiezas a dedicarte a la música y a componer, aparte de porque quieres ligar, como hacen los chicos jóvenes, es porque te sientes sola, incomprendida, el mundo es una mierda, todo está mal. Entonces creo que el hecho de tener una determinada predisposición mental te lleva a ser más creativo, y te lleva a dedicarte a profesiones más creativas.

También hay una leyenda, la que romantiza al artista alicaído y atormentado.

Sí, pero yo creo que hemos superado esa barrera. Los artistas de hoy en día son gente súper trabajadora, súper positiva, que cree mucho en sí misma, y pienso en jóvenes como Aitana, Lali, María Becerra… Son tías que cualquiera les tose, son todo lo contrario. Creo que se está cambiando el concepto del artista, aunque en el mundo indie sigue habiendo un poco ese estilo más melancólico.

También se hace mucho hincapié en la competitividad, el esfuerzo…

Sí, al final es una profesión donde los números cuentan mucho, sobre todo para la industria que, como no tengas números, te da la espalda. Entonces ahí es cuando sale cómo te quieres tú a ti misma para seguir a flote o hundirte.

¿A usted la industria le ha dado la espalda?

Yo creo que antes de que me diera la espalda, se la di yo. Yo veía un poco las cosas venir y me fui antes para que no me dijeran que no en ningún sitio. Pero es verdad que cuando estuve mucho tiempo fuera de la música y quise volver, la gente en el tú a tú me trataba con mucho cariño, pero todos me decían que no porque estaba más mayor y las cosas habían cambiado. Es quererte y querer a tu proyecto, a pesar de que nadie confíe en él, y yo en eso soy una experta.

¿Se siente así en este momento?

Ahora estoy con Subterfuge, una discográfica independiente, entonces mis expectativas han bajado muchísimo. Me conformo con cantar y que me lleven de gira, y poder decir que este es mi trabajo. No tengo un sueldo de una oficina, que tendría que estar ocho horas diarias en una mesa, entonces cada día estoy agradecida por poco que salga. Que la cosa se hace grande, mejor. O peor, no lo sé. Lo que ha cambiado es que no me exijo tanto.

[Los dibujos desesperados de Mai Meneses sobre la ruptura de Nena Daconte y su abuso machista]



Precisamente su exigencia y su inseguridad han llevado a Mai Meneses a dejar la música en varias ocasiones. Siempre era para siempre, pero no se cumplía. Estudió Derecho casi por imposición social -sus hermanos lo habían hecho-, y trabajó en el registro civil de un pueblo de Almería, mucho antes de OT. También se dedicó al interiorismo y al paisajismo, pero siempre volvía a ese "cuaderno de canciones" del que habla constantemente en su libro. El 'síndrome del impostor', el paso del tiempo y los cánones impuestos sobre la edad y la belleza de la mujer en una industria que tal vez vaya demasiado rápido, han sido aspectos que le han hecho dudar de su valía en este tiempo, antes y después del boom Nena Daconte.

¿Tiene la sensación de que tiene que seguir demostrando quién es?

No, ya no. Es que me da igual, yo sé lo que hago bien, regular y mal, y con esas herramientas voy caminando. Mi objetivo es que mi trabajo sea la música, lo demás me resbala bastante. Además, he conseguido conectar con el público y, cada vez que hago un concierto, les cuento toda mi vida, sobre todo en los gratuitos. No me conocen, entonces me los gano como si fuera un First Dates. Es un reto que estoy consiguiendo, la gente se queda contenta y yo también, porque los veo disfrutar. Al final, a la música no había que darle tanta importancia ni las cosas eran tan serias, esto es un show para que la gente se lo pase bien. Y lo hemos visto después del confinamiento, lo que la gente quería era bailar, tocarse, estar en el mismo espacio sin mascarilla... y se nota que están entregados.

¿Se siente diferente después de la pandemia?

Sí, no sé por qué… Al final nadie de mi familia falleció ni se puso grave, pero para mí fue como un golpe a la sociedad, a nuestra manera de vivir, de ser… y creo que me volví más cariñosa.

"Me conformo con cantar y que me lleven de gira, y poder decir que este es mi trabajo", dice Mai Meneses. Sara Fernández EL ESPAÑOL

Se queja de forma irónica en el libro de que Nena Daconte es un grupo de un solo hit, porque solo se conoce por una canción. Pero, ¿no es la industria actual una búsqueda constante de 'el hit'?

La industria busca canciones que funcionen y si tú no se las das, mira para otro lado, pero eso ha pasado siempre. Es la industria del entretenimiento y se quiere la canción que entretenga, la canción del verano. Va muy rápido, tienes que darlo todo cada dos por tres y sacar un single cada mes es lo mínimo para estar un poco en órbita. Yo voy más lenta, a mí me siguen gustando los discos, creo que tienen un discurso más completo, y ya no me preocupa sacar singles que sean hits.

En redes y en el libro defiende la belleza no normativa. Ahora mismo hay mujeres en la música como Nathy Peluso que llevan ese concepto al extremo. ¿Existe un plus de exigencia cuando las mujeres se exponen?

A mí ella me encanta y me encanta el discurso que tiene, además se ve guapa y se ve sexy. Y luego depende mucho de la actitud de cada uno, pero es verdad que hay que luchar un poco para que eso sea así, para que haya cuerpos no normativos, edades no normativas, que parece que envejecer es muy difícil en esta sociedad, sobre todo para la mujer. Sin embargo, ves a un hombre con sus canas y está estupendo, pero una mujer de 50 parece que ya no vale nada si no haces un esfuerzo enorme en el gimnasio. Y que encima luego encima llega la menopausia… Entonces para nosotras creo que es el doble de difícil.

Nos decía que se había encontrado con negativas por la edad.

Sí y porque se estaba haciendo un tipo de música que todo gira en torno al reggeaton y yo no sé hacerlo. Es que yo no sé perrear. Me iba a resultar un poco difícil.

No se ve haciendo reggeaton.

No me veo por ahora. Aunque estoy pensando en contratar a alguien para dar clases de baile porque me pongo a hacer Tik Toks delante del espejo y digo: '¿Pero dónde vas?'. Yo bailo como los de los 90 y la industria en ese sentido ha cambiado tanto que, o te subes o te quedas mirando o aportas algo diferente o algo que todavía tenga un nicho de público. Creo que lo mío lo tiene y a ese voy.

Precisamente, en las redes ahora mismo hay una visibilidad extrema de todo. ¿Nos ofendemos antes de que nos ofendan?

Un poco, sí. Se ha perdido el sentido del humor y lo que era la ironía. Son conceptos que ya no entran ni caben, nos tomamos todo demasiado en serio. Pero ojo, yo soy muy respetuosa e intento ir un poco con la ola en ese sentido, porque si a veces te pasas un poco de frenada, es importante reivindicar algunas cosas. A lo mejor a ti te parece una tontería pero está siendo importante para otra persona.

En esta época de su vida, Mai quién es cada vez mejor. Sara Fernández EL ESPAÑOL

En 2012, Mai daba un concierto embarazada de seis meses en un acto provida. En ese momento, cuando Twitter ya era un campo hostil pero aún quedaban unos años para ser lo que es hoy, la cantante recibía todo tipo de insultos -y también apoyos- por involucrarse con el asunto. Según aclaró ella misma por entonces, no sabía que era un evento dedicado a este tema. "Si hubiera sido hoy mismo, ya me hubieran matado", apunta a EL ESPAÑOL de forma irónica. "Las redes pueden ser muy crueles, la cultura de la cancelación está a la orden del día", añade. Aun así, la madrileña vive mucho más tranquila desde hace tiempo. Es madre de dos hijos "que ya tienen edad de presumir de madre" y está casada desde hace más de 10 años, encontrando por fin, tal y como relata ella misma, una relación estable con el amor.

Después de 'vomitar' todo lo que lleva dentro, ¿aparecen miedos pasados?

Ayer me estaban empezando a venir pensamientos recurrentes del tipo no dar la talla. La madurez y la tranquilidad me han dado herramientas para poner freno a esos miedos y reconducir el pensamiento. De repente, te viene un hater y te pone cualquier comentario en las redes y en un primer momento te desmorona, pero luego tienes argumentos y herramientas para salir del pozo. Esto te lo da la terapia, pero también la edad, por suerte. Que no todo es malo.

¿Cómo se definiría ahora?

Luchadora, valiente, un poco pasota… Y ya no procrastino tanto. Creo que me estoy empezando a gustar, poco a poco estoy empezando a encontrarme bien dentro del cuerpo y la mente que me ha tocado.

¿Es eso el éxito?

Sí. Es un poco sentirse satisfecha. Para mí el éxito es levantarme cada día y que haga lo que haga, poder decir que hoy he sido feliz. A mi ir de gira me encanta, ir a comer a sitios, estar de viaje con los músicos, reírnos… Toda esa parte la disfruto muchísimo, son días apoteósicos, pero los otros días, los rutinarios, es cuando tienes que poder decir he sido feliz y he estado presente.