Ana Obregón (67 años) tiene muchas fechas grabadas en su memoria, pero hay tres que destacan sobre el resto: 13 de mayo de 2020, 22 de mayo de 2021 y 16 de septiembre de 2022. Poco más de dos años en los que la actriz se ha tenido que despedir de las tres personas más importantes de su vida: su hijo y sus padres.
"He coleccionado millones de momentos únicos contigo que guardo tatuados en mi corazón y que ahora utilizaré para poder seguir respirando porque en dos años me habéis dejado huérfana de padres y de hijo". Estas palabras corresponden a su última publicación de Instagram, del sábado 17 de septiembre, con las que ha dicho adiós al último de ellos, su padre, Antonio García Fernandez, que fallecía el viernes 16 a los 96 años.
Un nuevo golpe para esta mujer que ha llegado a confesar que "no le quedan muchas lágrimas" y a quien se le van acumulando los duelos.
Su hijo, Álex Lequio
El 13 de mayo de 2020 la vida de Ana Obregón "se apagó", tal y como ella misma escribió a la mañana siguiente en sus redes sociales. Su único hijo, Álex Lequio, fallecía a los 27 años a causa de un cáncer contra el que luchó durante dos años y dos meses. Un largo periodo de tiempo en el que madre e hijo fueron inseparables.
Nada más conocer la enfermedad, la madrileña no se lo pensó dos veces y puso en pausa toda su vida para cuidar a Álex. Tras visitar los hospitales españoles, viajaron juntos a Estados Unidos, concretamente a Nueva York, para que el joven se tratara en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center, uno de los mejores centros del mundo.
Un largo tratamiento que terminó en España, donde el joven llegó incluso a aparecer en los medios para dar visibilidad a la enfermedad y promover la investigación para erradicarla. Hubo épocas en las que llegó a parecer que todo iba a salir bien. De hecho, Ana lo llegó a anunciar en marzo de 2019: "La pesadilla de mi hijo ha terminado", dijo en el programa Land Rober Tunai Show.
Sin embargo, no pudo ser y Álex Lequio perdía la vida aquel aciago miércoles. Los siguientes meses fueron los más duros para Ana Obregón. Tuvo que aprender a vivir con el dolor constante de saber que no volvería a ver a su hijo. Una época negra en la que, según llegó a confesar tiempo más tarde, se planteó acabar con todo "porque no podía soportar el dolor ni la realidad", finalmente, encontró un impulso para seguir. "Quiero hacer cosas que Álex quería hacer y no pudo, quiero seguir su legado", confesó.
Un camino en el que no estaba sola. Sus cuatro hermanos, Celia, Amalia, Javier y Juan Antonio García Obregón, se volcaron en ella. Así como sus padres, Antonio García Fernández y Ana María Obregón Navarro. Pese a su avanzada edad, se convirtieron en un motivo más para vivir y Ana se volcó en ellos.
Su madre, Ana María Obregón
Poco más de año después le tocaba despedirse de su madre. El 22 de mayo, nueve días después del primer aniversario de la muerte de su hijo, la actriz perdía a su madre. Complementamente devastada, la despidió públicamente, confesando sin consuelo que ahora sus dos amores estaban juntos para siempre.
"Mamá, cuida mucho de mi vida hasta que yo llegue, que espero que sea pronto. Y dile que le quiero más que a mi vida", escribió la bióloga en su cuenta de Instagram para darle el último adiós a su progenitora. Poco después, el día en el que hubiera cumplido 90 años, aprovechaba el mismo medio para felicitarla y pedirle perdón: "Perdóname si no te lloro todo lo que te mereces. Es que ya no me quedan muchas lágrimas", confesaba, para añadir algo muy personal, "no te preocupes, estoy cuidando de papá con el mismo amor que tú me enseñaste".
Su padre, Antonio García
"Amado papá. Anoche nos dejaste. Fue como un rugido que surcó el cielo para reencontrarte con mamá, el amor de tu vida y con mi hijo, tu nieto preferido", escribía Ana Obregón este sábado 17 de septiembre, anunciando la muerte de su padre, el empresario Antonio García Fernández a los 96 años tras un tiempo aquejado de una delicada salud.
La polifacética bióloga estaba muy unida a él y, de hecho, tras conocer su empeoramiento, a mitad de semana, canceló todos sus compromisos laborales para estar con él el máximo tiempo posible.
La suya ha sido una despedida cargada de emoción, pues no solo ha tenido unas palabras para él, también para su hijo y su madre. "He coleccionado millones de momentos únicos contigo que guardo tatuados en mi corazón y que ahora utilizaré para poder seguir respirando porque en dos años me habéis dejado huérfana de padres y de hijo. Ahora las tres personas que más quiero en mi vida no estáis aquí conmigo y te juro, papá, que no sé cómo lo voy a hacer", ha terminado diciendo.