Los hijos de la duquesa de Alba se han reunido por sorpresa. No es fácil verlos juntos, ya que, además de que cada uno tiene su vida, también han existido algunas polémicas rencillas entre ellos. Pero en esta ocasión han dejado sus guerras personales a un lado y han asistido juntos a la presentación de la biografía de su padre, Luis Martínez de Irujo, escrita por José Miguel Hernández Barral. No ha faltado ninguno y algunos de ellos como Cayetano (59 años) o Eugenia (53) han estado acompañados, además, de sus parejas e hijos. Una reunión que no se producía desde hace años.
La ocasión lo merecía y todos ellos dieron una imagen de unidad en el acto celebrado en el Palacio de Liria de Madrid, donde destacaron el importante papel que ha tenido su progenitor en la casa de Alba, pese a su temprana muerte. Además de la familia, también estuvieron presentes amigos como Alicia Koplowitz (68) o Luis María Ansón (87).
Carlos Fitz-James Stuart (73), actual duque de Alba, presidió la presentación del libro y tomó la palabra para definir a su progenitor con estas palabras: "Un gran padre de familia, un excepcional gestor de la casa de Alba, a la que dedicó su vida, y también un gran patriota que asumió responsabilidades políticas para asegurar el retorno de la monarquía a España".
También dedicó un mensaje a sus hijos, Carlos (30) y Fernando Fitz-James Stuart y Solís (32), con mención de sus respectivas esposas, Belén Corsini (33) y Sofía Palazuelo (30). "En ese espejo limpio que fue nuestro padre debéis miraros siempre, tanto Fernando como Carlos, como Sofía y Belén, que sois el futuro de esta casa. Fernando, algún día habrás de asumir la responsabilidad de ser el jefe de la casa de Alba. Lee bien este libro y sigue el ejemplo de tu abuelo Luis, no tengo duda de que harás bien las cosas y mejorarás las acciones emprendidas por tus predecesores".
Cayetano Martínez de Irujo, que asistió con su novia Barbara Mirjan (26) y sus hijos, Amina y Luis (21), también se mostró muy emocionado al hablar del que fuera primer marido de la duquesa de Alba. "Este libro es una cuestión de justicia suprema. Mi pobre padre, además de morirse tan joven, además de dejarnos perdidos a los hijos, en una estructura tan difícil como es la casa de Alba, lo mínimo que se merecía era esto. Era un ejemplo en todo y mi madre estaría orgullosa de que por fin se haya rendido tributo", confesó.
En el mismo sentido se pronunciaba Eugenia Martínez de Irujo, siempre al lado de su marido Narcís Rebollo (52), unos días antes de esta reunión durante una entrevista concedida a La Razón. "¡Ya era hora! Ha hecho falta que pasaran cincuenta años para que por fin se le haga justicia. Mi padre era un hombre de una gran valía. Él fue quien se encargó de organizar los archivos de la casa de Alba. Las fichas que escribía a mano han servido para poder digitalizar la biblioteca de Liria y Dueñas. Y no solo eso, sino todo lo que hizo por el campo y las finanzas", ha expresado orgullosa.
El destino quiso que la duquesa de Montoro lo perdiera muy pronto, pero lo lleva siempre en su memoria: "Era un hombre excepcional, cariñoso y guapísimo. Murió cuando yo tenía tres años y sí, tengo recuerdos suyos aunque sean pocos. Una de las cosas que más me gustaba era cuando me leía cuentos y yo con una cucharita daba de comer a los dibujos. Esos libros los guardo como un tesoro".
El libro biográfico de Luis Martínez de Irujo desvela muchos aspectos desconocidos del marido de Cayetana de Alba. Su hija pequeña, Eugenia, también ha compartido algunos recuerdos de infancia: "Una pena no haber podido estar más con él. Por las noches cuando me llevaban a dormir me daba siempre un barquillo. Algunos recuerdos como este lo sigo teniendo muy nítido. Era honesto, recto, disciplinado y los que le conocieron me han transmitido que era muy cariñoso y generoso. Mis hermanos sí lo trataron".