Eran las palabras más esperadas y al fin se han producido. Antes de reaparecer en El Hormiguero, Tamara Falcó (40 años) daba un paso adelante para negar categóricamente que fuera una persona homófoba y también para desvelar la actitud que va a tener a partir de ahora sobre su mediática ruptura con Íñigo Onieva (33). Lo hizo a través de varios stories en su Instagram, donde, pantallazo tras pantallazo, fue explicando con contundencia su postura.
Las palabras que tanto revuelo han causado y que la han colocado en el centro de todas las críticas son las siguientes: "Ahora estamos viviendo un momento muy complicado para la humanidad, hay tantos tipos distintos de sexualidades, hay tantos sitios distintos donde puedes ejercer el mal que creo que en otras generaciones no era tan evidente y no estaba tan bien visto". Esto fue interpretado por muchos como una actitud homófoba e incluso se la ha acusado de incitar al odio contra el colectivo LGBTIQ+ desde el púlpito del Congreso de las Familias de México.
La marquesa de Griñón ha respondido con un alegato en el que pretende despejar todas las dudas. "Desde hace unos días se me ha acusado de ser homófoba. Nada más lejos de la realidad. La palabra 'desviaciones' hacía referencia a comportamientos que mi ex tenía y que no estaban alineados con mi formar de entender la vida en pareja", escribe.
A continuación, Tamara procedía a pedir disculpas: "Igualmente, y aunque no fuera ésa mi intención, pido perdón a cualquier colectivo que se haya visto atacado por mis declaraciones". Insiste en que sus palabras se han sacado de contexto y que ella jamás quiso atacar a nadie durante su ponencia. Ese mismo discurso lo expresó durante la reaparición en su programa, donde Pablo Motos le dio la oportunidad nuevamente de explicarse.
Pero la hija de Isabel Preysler (71) no sólo se ha referido a esta polémica, también ha adelantado la drástica decisión que ha tomado con respecto a su expareja, a la que ya ni siquiera llama por su nombre en sus declaraciones. "Mi ruptura no es un tema del que quiera volver a hablar en público y siento tener que mencionarlo para hacer esta declaración", ha escrito en sus redes sociales.
Los últimos días han sido una montaña rusa para la marquesa de Griñón, que pasó de ser una estrella mediática a verse envuelta en una dura polémica de tintes homófobos. Su círculo cercano, en especial su hermana Ana Boyer (33), la ha defendido públicamente y ha insistido en que se ha malinterpretado lo que quiso decir, tal y como ella misma confirmaba luego. Mientras tanto, Íñigo Onieva sigue en silencio, aunque las informaciones sobre él no cesan. Además de la supuesta fiesta que celebró tras la ruptura, parece que podría romper su silencio muy pronto en una entrevista en los medios.