Las polémicas declaraciones vertidas por Tamara Falcó (40 años) el pasado fin de semana en el XIV Congreso Mundial de las Familias, celebrado en México y promovido por sectores ultracatólicos, continúan dando de qué hablar.
"Ahora estamos viviendo un momento muy complicado para la humanidad, hay tantos tipos distintos de sexualidades, hay tantos sitios distintos donde puedes ejercer el mal que creo que en otras generaciones no era tan evidente y no estaba tan bien visto", fueron las palabras que empleó la hija de Isabel Preysler (71), y que le han valido el calificativo de "homófobas".
Tras la polvareda mediática, la marquesa de Griñón, a través de sus redes sociales y de su colaboración en el programa El Hormiguero, negó la mayor, sosteniendo que ella no es homófoba: "Desde hace unos días se me ha acusado de ser homófoba. Nada más lejos de la realidad. La palabra 'desviaciones' hacía referencia a comportamientos que mi ex tenía y que no estaban alineados con mi formar de entender la vida en pareja".
Tamara, además, pidió perdón al colectivo LGTBIQ+ por si alguien se pudo sentir ofendido. "Igualmente, y aunque no fuera ésa mi intención, pido perdón a cualquier colectivo que se haya visto atacado por mis declaraciones", aseguró, al tiempo que insistió en que sus palabras se sacaron de contexto, y que ella jamás quiso atacar a nadie durante su ponencia.
No obstante, pese a sus aclaraciones, algunos medios de comunicación censuraron gravemente las palabras de la hija del desaparecido y recordado Carlos Falcó. En concreto, el presentador Jorge Javier Vázquez (52) le dedicó unas severas palabras y la definió, en su particular speech, como una persona "tóxica para la sociedad". No sólo esto: arengó a los amigos gays de la marquesa, Juan Avellaneda (40) y Boris Izaguirre (57), a que se significaran y dieran un paso al frente.
El diseñador de moda siguió la estela de su amiga, aseverando que "nuestra posición está muy clara. Tamara siempre ha estado en eventos que está clara mi posición sexual y ha estado siempre apoyándome. Para mí no tiene ningún sentido esas cosas. No hay que darle más bombo". No obstante, el venezolano Izaguirre sí se ha mostrado más contundente con su amiga Tamara Falcó en su columna de opinión de El País, La paradoja y el estilo.
"Me han llamado del programa Sálvame para saber mi opinión sobre la participación de Tamara Falcó en una cumbre de familias ultracatólicas en México", comienza su blog sobre la marquesa, y añade: "En una suerte de esfuerzo mancomunado conseguimos alejar a Tamara del engañoso Íñigo Onieva (33). Ahora deberíamos repetir esfuerzo para alejarla de esa ideología odiosa que la rodea".
Sobre la organización de México que avaló el congreso de las familias, Boris sostiene que son "santos radicales", a los que "no les importa que le cuelguen el sambenito de homófoba" a Tamara. Sostiene el conductor de Lazos de sangre que los ultracatólicos "necesitan alimentar esta publicidad, el ámbito laboral de Tamara, para mantener su campaña evangelizadora". "Sugeriría un alejamiento de las malas compañías y quizás una disculpa explícita. Puedes ser buen católico sin convertirte en ultra", apostilla.
En otro orden de cosas, Tamara Falcó también tomó el pasado jueves, 6 de octubre, una importante decisión sobre Íñigo Onieva: "Mi ruptura no es un tema del que quiera volver a hablar en público y siento tener que mencionarlo para hacer esta declaración".
Los últimos días han sido una auténtica montaña rusa para la marquesa de Griñón, que pasó de ser una estrella mediática a verse envuelta en una dura polémica de tintes homófobos. Su círculo cercano, en especial su hermana Ana Boyer (33), la ha defendido públicamente y ha insistido en que se ha malinterpretado lo que quiso decir, tal y como ella misma confirmaba luego.
EL ESPAÑOL pudo conocer, hace unos días, detalles inéditos sobre la vida de Falcó. "Ahora mismo lo que necesita es trabajar y estar ocupada", deslizó a este periódico una fuente totalmente confiable y que la trata casi diariamente. En esa línea, Tamara "está escuchando las diferentes ofertas -también televisivas- que se le han puesto sobre la mesa".
De acuerdo a la información que contrastó este periódico, Tamara está en negociaciones para cerrar el acuerdo de la segunda temporada de su reality en Netflix, Tamara Falcó: La Marquesa. En cuanto al contenido del serial, uno de los puntos fuertes de esta segunda vuelta iba a ser su compromiso y boda con Íñigo Onieva, fechada para el 17 de junio de 2023. No obstante, dados los últimos acontecimientos, los planes se han modificado.
En estos momentos, se está perfilando la nueva etapa de uno de los formatos estrella de Netflix, aunque se hace constar que, de momento, no hay firmada por ambas partes una segunda temporada. Pero proyectos no le faltan a la hija del desaparecido y recordado Carlos Falcó.
En la agenda profesional de Tamara también hay otro asunto que, tras el parón emocional, ha reactivado: la apertura de su restaurante en El Rincón, la que fue residencia de su padre en Aldea del Fresno. Mientras tanto, Íñigo Onieva sigue en silencio, aunque las informaciones sobre él no cesan. Además de la supuesta fiesta que celebró tras la ruptura, parece que podría romper su silencio muy pronto en una entrevista en los medios.