El fin del verano tiene algo muy positivo: el regreso de los bombones de Ferrero. La marca italiana siempre ha apostado por la máxima calidad para sus productos, algo que le hizo renunciar a la producción y venta en los meses de verano. Con el invierno en ciernes, los famosos Ferrero Rocher y Mon Cherie vuelven a las estanterías de los supermercados, este año con más estilo que nunca y es que para esta nueva temporada han decidido contar con la figura de Juan Avellaneda (40 años).
El reconocido modisto, conocido tanto por sus diseños como por sus apariciones televisivas, se ha unido con la empresa de confitería para ligar la marca con el mundo de la moda. Lo ha hecho creando una colección única y exclusiva de tres pañuelos tipo twilly inspirados en tres de sus bombones más icónicos.
Unas piezas de edición limitada en las que Avellaneda ha volcado toda su creatividad, apostando por la artesanía y la calidad de la seda. Se han presentado este jueves 6 de octubre en el Hotel Palace de Madrid, hasta donde se ha desplazado EL ESPAÑOL para conocer la iniciativa y hablar con el aplaudido diseñador.
Cómo ha vivido el reto de ser embajador de una marca tan conocida como Ferrero.
Pues la verdad es que muy guay. Cuando me llamaron, me acuerdo que llegó el email y me dijo mi representante que me habían contactado desde Ferrero, le dije: '¡Me encanta!', aún sin saber de qué se trataba. Creo que hay pocos productos que sean tan icónicos. Lo recuerdo como ese momento de capricho. Icónicamente, visualmente, es como muy de los imaginarios que yo tenía en mente de niño, cuando hacían anuncios con celebrities -o sin, porque tanto da lo mismo que estuvieran- era el concepto. Yo me acuerdo perfectamente. Recuerdo una versión, en la que no salía Isabel Preysler aún, en la que no salía nadie conocido, pero fue clave para mí a nivel de moda. Era muy guay. Gente elegante, con rollazo… Me encantaba. Entonces claro, cuando me llegó la propuesta yo aluciné.
Ferrero es sinónimo de buen gusto, elegancia, clase… ¿Son adjetivos con los que se identifica?
Quizás pueda sonar muy pretencioso, pero es verdad que a mí me gusta una estética muy similar a la de Ferrero. Yo no creo que nadie sea más elegante que otra persona, simplemente hay unas estéticas que son más clásicas y que nos llevan a esa elegancia clásica. Pero yo he visto a gente súper elegante, de hecho, tengo alguna amiga elegante que lleva ropa como más deportiva y tal, con mucho rollo. Yo creo que la elegancia es un saber estar, un moverse… Va más allá de lo que llevas encima.
[Juan Avellaneda presenta su primera colección de joyas 'animado' por Isabel Preysler]
Se siente identificado, entonces.
Sí, con Ferrero me siento súper identificado, sobre todo con la parte de la artesanía. Además, empezamos hace una semana un programa Artesanía en La2, un programa en el que yo insistí mucho, porque creo que es muy importante que la gente y las generaciones tengan referentes de artesanos y de historias, de que es posible, de gente que vean que les va bien. Creo que en la escuela no se educa eso. Entonces, con todo eso y con Ferrero, que son todos procesos artesanales, que transforman e innovan pero manteniendo esa parte tradicional... Es una empresa con la que me siento muy a gusto.
Ha logrado llevar su profesión, la de diseñador, al mundo de los chocolates. ¿Cómo ha sido crear esos tres pañuelos que ilustran la nueva temporada?
Fue un poco como, 'ostras, ¿cómo lo haces?'. Porque hay formas muy fáciles de hacerlo… Pero quería hacer algo mío. Normalmente, cuando diseño algo es pensando que sea una pieza que yo me pondría. Eso creo que es muy importante. Ellos me dijeron que querían un elemento real, no un merchandising… Buscaba algo que me apeteciera, que yo use y que sea para un momento especial… Una joya no, porque ya entras en que hay gente que no usa. Quería algo más masivo, que me recordara a esas escenas de los anuncios y pensé en un pañuelo. Se puede llevar al cuello anudado al cuello, súper chic, con una camisa blanca o como cinturón, como brazalete… Es una pieza sin género. Es fantástico.
En sus redes sociales enseña tips sobre cómo vestirse bien, cómo maquillarse… Dos cosas que popularmente siguen ligadas al mundo femenino.
Bueno, no tiene por qué ser, pero sí que es verdad que yo cuando enseño todo en redes sociales lo hago pensando que sirva para ambos géneros.
Eso es algo que busca, ¿creaciones sin género?
Sí, pienso en mis piezas también. Un esmoquin, por ejemplo. De hecho, yo empecé a hacer moda para mujer porque Nieves Álvarez entró a mi armario, ¡en mi armario personal!, y cogió un esmoquin, se lo planteó porque no le gustaba ningún vestido del shooting en el que yo estaba. Le dije, '¡tía, que ese look es mío!'. Y ella 'ya, pero me encanta'. Y así empezó la historia con Nieves.
Con su trabajo está desdibujando la línea que separa a ambos géneros, en cuanto a moda y estilo.
Yo creo que lo hago de una forma como muy natural, porque es verdad que tengo amigos diseñadores que son mucho más transgresores, pero que a lo mejor a la gente le cuesta más. Yo juego un poco desde la contemporánea de los clásicos, demostrando que en el fondo que por ser hombre me puedo maquillar. Y te digo maquillar, que me parecería perfecto que te hagas otra cosa, máscara de pestañas, manicura... ¿Por qué un chico que trabaja en una oficina no se puede quitar la ojera? Pues es que no pasa absolutamente nada. Tenemos ahí unos clichés y unos prejuicios que son absurdos.
¿Se plantea como proyecto sacar una línea de maquillaje unisex?
Me encantaría sacar una línea de maquillaje unisex para hacer buena cara. Considero que hay diferentes tipos de maquillaje, el maquillaje más fantasía, maquillaje más tal… Pero yo quiero un maquillaje que al final lo que te haga sea potenciarte, hacer buena cara, que tú te veas mejor.
Tenemos muchos prejuicios cuando decimos que queremos mejorarnos, nos dicen que nos aceptemos como estamos. Y sí, partimos de la base de que es así, pero todo el mundo quiere potenciarse. ¡Así que a potenciarse a tope!
Popularmente a la marca Ferrero se la relaciona con Isabel Preysler, y luego con su hija Ana Boyer, que también la amadrinó. Ahora está usted. ¿Se ve un poco como heredero de la saga?
No, yo creo que es otro concepto. Ana e Isabel representan la elegancia ya de por sí. Yo he entrado aquí no por eso, sino por mis diseños. Me consideran más un tema conceptual, que luego yo como personaje quizá encaje dentro también visualmente... Pero no tengo nada que ver…
Isabel protagonizó muchos anuncios, ¿le gustaría verse en uno?
Me encantaría, pero no me han dicho nada. Son cosas diferentes, Isabel salía protagonizando porque es imagen y a mí me han elegido más por la parte creativa. ¡Pero que me llamen! Que yo monto la fiesta del imaginario que tenía de niño y pongo los esmoquin, los vestidos y los bombones por ahí moviéndose…
Otra hija de Isabel, una de sus grandes amigas, Tamara Falcó, lleva semanas protagonizando titulares por los últimos acontecimientos de su vida. ¿Cómo está ella?
Es muy fuerte todo lo que ha sucedido en tan poco tiempo, pero lo más importante es que ella sea feliz. A todos nos pasan cosas, yo he tenido también algún desamor o algún encuentro complicado y al final lo importante es eso, serte fiel a ti mismo y ser feliz. La vida se trata de eso, de la familia y los amigos. Es algo que ha dicho ella.
Aunque no me refiero solo a ella, cuando nos pasa algo así… Yo tuve una ruptura, no tan mediática, y ahora estoy casado y estoy feliz, es el mejor momento de mi vida. Me pasó algo similar, no a este nivel y al final… Es lo que dice ella, que a lo mejor era lo que tenía que pasar.
[Juan Avellaneda se casa en 2022 con su discreta pareja, Sergio Corbera]
¿Conocía a Íñigo Onieva?
Del documental, sí.
Ella ha asegurado que no se esperaba la infidelidad, ¿y usted?
¿Sabes qué pasa? Que cuando ves a una pareja que está bien... También es verdad que yo no vivo en Madrid, vivo en Barcelona, pero los veía como los veíamos todos. Te soy sincero, si yo veo a mi amiga feliz y yo también estoy feliz. Al final no hay más. Si ves a una amiga que está con su pareja y está feliz. Pues ya está.
Tamara en más de una ocasión ha demostrado que sale reforzada de los momentos más duros, como un Ave Fénix.
Bueno, yo creo que a todos nos pasa. Cuando se tiene un desengaño amoroso -aunque esto no sé cómo llamarlo- todos tenemos que resurgir. Cuando vi sus primeras palabras, en el evento de Kronos, dije, '¡Ostras! ¡Qué guay!'. A mí cuando me pasó, me vine muy abajo, lo pasé muy mal, pero también quizá porque estaba solo en ese momento. Si tienes un entorno que te da ánimos, te apoya, la familia, los amigos… Entonces lo pasas diferente. Vi a Tamara y dije, 'guay'.
En uno de los últimos programas de Sálvame, Jorge Javier Vázquez le instó directamente a pronunciarse sobre el discurso que ella hizo en México.
¡Estoy flipando! No veo el programa, la verdad. Estoy grabando mi programa, Artesanías, y nadie me ha dicho nada. Te soy sincero, si tengo que hablar con mi amiga lo hago en la intimidad. Si me está llamando para que diga algo pienso… ¡Es que es mi identidad sexual! ¿Qué tengo que demostrar? Yo soy la primera persona que de niño lo pasó fatal, que al elegir el diseño como profesión no podía decirlo porque tiene una connotación sexual y lo tenía que esconder más…
Los Javis dijeron una vez, que me encantó, que una parte de los chicos gays tuvimos que ser quien no éramos, teníamos que actuar. Entonces, con lo mal que lo pasas de niño, ¿tú te crees que yo voy a apoyar un discurso de esos? Nunca he tenido un rechazo por parte de Tamara. Ni un gesto.
¿Cómo la definiría?
Es una persona súper bondadosa, una persona que nunca juzga. Ella siempre dice, 'yo no soy nadie para juzgar'. Siempre lo dice. Además, ella no tendría un amigo íntimo, que está casado, si tuviera problemas con la homosexualidad. Creo que es muy importante normalizar. A mí nadie me puede decir que yo no normalizo cuando soy el primero que lo hace, aunque no hago discursos en público y tal. Cada uno llevamos nuestra intimidad como queremos, pero yo en redes y en todo los sitios digo que estoy casado. Es una normalización. No sé qué se pretende con que Boris Izaguirre y yo nos posicionemos.
Se ve en el documental de Netflix. La prensa os enteráis que yo estoy comprometido porque muestra el anillo Tamara. Me coge la mano y mi cara era de shock, y es la primera que se alegra con la noticia. Fue algo en vivo y en directo, no estaba planeado.
Fue un momento muy espontáneo.
De hecho, pensaba que mi marido me iba a matar porque lo queríamos llevar con discreción, pero luego hicimos una reflexión muy guay porque estábamos normalizando algo. Sí es verdad que es de nuestra intimidad y que la quieres preservar y la respetas, porque nunca he querido sacar a mi marido, pero para mí es un estado muy natural.
Me encantó porque fue súper espontáneo, ella vino con Íñigo, que yo no le conocía, y le dijo 'felicita a Juan que está engaged'. Entonces, cuando leo esas cosas de estas me quedo muy sorprendido porque no es así. No puede ser. Yo nunca he sentido nada negativo. Tamara Falcó está en todas mis celebraciones íntimas con mi pareja, si tuviera tantos problemas con la comunidad no estaría. Mi percepción es esa.
Tenemos que reivindicar desde nuestra posición. Creo que más altavoz que yo… ¿Qué me estás pidiendo? ¿Que me ponga a hablar en un plató, que no lo he hecho en mi vida ni lo pienso hacer? A mí se me reconoce por otras cosas y yo soy el primero en apoyar… ¡Es que soy yo! Es como ridículo no apoyar a la comunidad LGTBIQ+, es que es mi esencia.
No todos estamos rodeados de amigos que piensan exactamente igual a nosotros, ¿no? Pero si algún amigo mío de repente dijera alguna barbaridad que me molesta, pues te planteas cosas, pero con Tamara no ha sido el caso. En absoluto. Nunca. Se ve en Netflix, es la primera persona que se alegró por mi compromiso.
¿Qué le queda a Juan Avellaneda para hacer este año? ¿Qué le pide al próximo?
Estar como estoy. Yo de niño me imaginaba… Tenía que camuflar un poco el tema de la homosexualidad, a lo que que yo quería dedicarme y estar en un momento como éste… ¡Me parece! El estar con una persona a la que quieres, que te quiere, que puedes estar súper orgulloso de tu condición en este momento, que aparte tienes amigos que te quieren un montón, que profesionalmente te va bien. Es que son un regalo. ¡Soy súper afortunado! Y salud también la tengo porque todo lo que pasó con el cáncer de testículo y tal está todo bien. Es como, ¡pues ya está! Que siga así.