Tamara Falcó (40 años) no desea volver con Íñigo Onieva (33) y ni siquiera se plantea una reconciliación con el empresario madrileño, en contra de lo que se ha publicado en los últimos días. La marquesa de Griñón le ha perdonado su infidelidad, ha pasado página, pero sigue en sus trece de borrón y cuenta nueva. Salió de la casa que era común, de alquiler y el centro de Madrid, para no volver y, de momento, no lo hará.
Según la información que maneja en exclusiva EL ESPAÑOL, Falcó continuará viviendo junto a su madre, Isabel Preysler (71), en su casa de Puerta de Hierro, en Madrid. Lo hará durante un tiempo indefinido, "hasta que le entreguen las llaves" de su nueva casa, en la misma urbanización. Junto a la reina de corazones, el abrigo materno, Tamara "se siente más protegida" a nivel mediático.
En la línea de la ruptura, en los últimos días se ha especulado sobre la razón por la que la hija del malogrado Carlos Falcó habría dejado en sus redes sociales tres fotografías de su pasado con Íñigo tras su expurgue eliminando imágenes. Este periódico ha podido corroborar con una fuente de total solvencia que Tamara no fue consciente de ese desliz, pues en su ánimo estaba no dejar rastro alguno de su amor por Onieva.
Tras el aviso de este medio, esas imágenes ya no existen. Por otro lado, Tamara -Tamy para los amigos- está volcada en la fe -acaba de regresar del santuario de Lourdes- y en el trabajo. Sobre todo, en continuar con el legado que le dejó su padre y en homenajearlo a través de la que fue su residencia en Aldea del Fresno, El Rincón, una impresionante fortaleza ajardinada del siglo XIX que es la joya de la corona inmobiliaria de la familia Falcó.
EL ESPAÑOL ya informó hace unas semanas que Tamara desea abrir, por fin, las puertas de su restaurante en ese sitio tan especial. Un proyecto que, pese al impasse por el desengaño amoroso, sigue manteniendo en pie y es una de sus grandes ilusiones. Además de este proyecto, hay otra ilusión de negocio que la hija de Preysler baraja y no descarta: explotar El Rincón como una suerte de hotel rural. Eso sí, todo eso tendrá que esperar, ya que lo más importante para ella es el restaurante con su sello de chef.
Cabe recordar en este punto que en El Rincón ya se han celebrado bodas, se ha convertido en restaurante para celebraciones puntuales, e incluso ha alojado a invitados en sus estancias.
Tamara Falcó quiere seguir con sus compromisos tanto con sus marcas como sus proyectos en televisión, de los cuales no se descarta que la volvamos a ver con algún proyecto nuevo en alguna plataforma. Tamara sigue trabajando con su prestigioso equipo de hace muchos años, Susana Uribarri, Chus Martín y Dácil Romero.
En otro orden de cosas, EL ESPAÑOL ha podido confirmar que Íñigo Onieva está siendo asesorado mediáticamente por una mujer conocida en el ámbito de la política, de nombre Marisa González Casado. Es experta en comunicación política y ha ejercido como dircom de rostros políticos, como Cristina Cifuentes (58) y Alberto Ruiz-Gallardón (63).
Esta mujer, según confirma este medio, es amiga de la familia Onieva desde hace años -en concreto, de Carolina Molas, madre de Íñigo- y ha accedido a prestar sus servicios y conocimientos a Onieva. Tal y como se confía a este medio, esta persona está detrás de la exposición pública de Onieva y es la persona que lo guía, además de la responsable de su gran reaparición ante los medios de comunicación, a las puertas del restaurante donde volvió a pedir disculpas a Falcó.
Teniendo en cuenta la situación de asesoramiento que se ha procurado Onieva, cabría preguntarse si su comparecencia ante los medios de comunicación, el 9 de octubre, estuvo envuelta en una suerte de estrategia o surgió de manera improvisada.
Se confirma que Tamara e Íñigo Onieva han hablado "sólo una vez" desde que estallara la ruptura. Él desea también dejar atrás todo el revuelo y retomar su vida. Quiere recuperar a Tamara, pero sabe que no será fácil. El pasado 9 de octubre volvió a pedir perdón. "Aprovecho para pedirle perdón a Tamara. Lo haré cuantas veces haga falta. Me tiene destrozado el haberle hecho daño y haberla engañado. Si ya es dura una ruptura, esta repercusión mediática lo es más", manifestó.
También quiso plasmar la realidad que vive su familia: "Siento que estén pagando las consecuencias sobre lo que ocurrió, y que sufran este acoso. No se lo merecen. Sólo quiero vivir mi vida con normalidad. Ruego encarecidamente respeto hacia mi persona, mi trabajo y mi familia".