Si algo caracteriza al colaborador de Sálvame Kiko Hernández (46 años) es la gran discreción con la que protege su vida privada y familiar. Por este motivo, existe mucho interés por conocer aspectos de la intimidad, lejos de las cámaras, de uno de los contertulios más aguerridos de la televisión. Sin embargo, él, siempre receloso de su ámbito privado, ha sabido poner límites a esa intromisión en su intimidad con la ley en la mano y de manera pública.
Una protección de sí mismo que se multiplicó exponencialmente con la llegada al mundo de sus hijas Abril y Jimena (5), motivo por el que todas las medidas tomadas parecen pocas para salvaguardarlas. La obsesión de Kiko Hernández por aislar a sus hijas de todo el revuelo mediático ha sido tal que ha llegado a no publicar nada en sus redes sociales sobre su vida familiar.
No obstante, en los últimos tiempos se había producido un cambio en la actitud del que fue íntimo amigo de Mila Ximénez. Más relajado y confiado a ese respecto, hace un tiempo comenzó a compartir con sus seguidores momentos especiales en familia, si bien es cierto que nunca ha mostrado el rostro de las menores. Eso sí, en los últimos días se han traspasado todos los límites legales y éticos, según la consideración del que fue concursante de Gran Hermano.
En el programa Sálvame de este pasado martes, 18 de octubre de 2022, Kiko Hernández ha estallado en directo. Después de especular con su supuesta ilusión sentimental con el actor y director Fran Antón -su compañero en su primera obra teatral, Distinto, y ahora en el espectáculo Las Troyanas-, el presentador Jorge Javier Vázquez (52) le ha enseñado una imagen que lo ha hecho brotar. En la instantánea -que no se ha mostrado al público- aparece el colaborador junto a sus hijas, Abril y Jimena, en una estampa cotidiana y familiar.
En ese momento, Hernández descubre que ha sido fotografiado sin su consentimiento junto a las menores, algo que lo hace enfadar hasta límites siderales. Con el rostro atribulado, se dirige a cámara y espeta: "Te voy a decir una cosa: fotografías con mis hijas, no. Lo he repetido mil veces, se las hacéis a vuestra puñetera madre". Ahí no termina su descargue.
"Ni una más", ha exigido, a modo de ultimátum, el colaborador. Y añade, encendido de indignación: "¡Qué manía con fotografiar a menores, parece que estáis enfermos! ¿Os da morbo? ¡Qué asco! ¡Qué sucio! Se me revuelve el estómago". Mientras esto acontece, sus hijas crecen en el más absoluto anonimato y él sigue consagrándose en la televisión como uno de los contratos con más larga vigencia de los que ha firmado el hasta ahora CEO de Mediaset, Paolo Vasile (69).
No es la primera vez que Kiko Hernández se pone serio en aras de la intimidad de sus hijas. El 29 de mayo de 2019 emitió un contundente comunicado desde el bufete Peña Abogados y con la rúbrica del letrado Tomás A. Ridruejo Barquilla. Lo hacía en esta fecha debido a que en los meses atrás había experimentado varios sustos que podían poner en peligro la integridad de sus hijas y la suya propia.
A finales de 2018, el colaborador tuvo que cambiar de número de teléfono móvil por la filtración del mismo; y semanas después su abogado le informaba de que habían entrado en una de sus casas y había robado grabaciones y cintas de contenido delicado.
Además, según hizo saber en entrevistas anteriores, Hernández quiso ampliar la familia. Tal y como comentó, iba a "comenzar con los trámites precisos a principios de este 2019". Por todo ello, con miras a convertirse en familia numerosa y prestando como siempre la máxima atención a la seguridad de los suyos, emitió un comunicado dirigido a todos los medios en el que quiso transmitir que "las dos hijas, menores de edad, tienen el mismo grado de protección que cualquier otro menor, independientemente de que su padre sea una persona conocida en los medios por su trayectoria profesional".
Y se apostilló: "Kiko Hernández no va a permitir ningún tipo de seguimiento ni acoso, ni persecución de reporteros o fotógrafos cuando esté acompañado de sus hijas. (...) De conformidad con esta protección especial a los menores de edad es ilegítima toda difusión de su identidad o de la imagen de las hijas menores del señor Hernández, incluso pixeladas, por ser contraria a sus intereses".