Este pasado jueves, 20 de octubre de 2022, ha tenido lugar una cita importante, ineludible y solidaria en el magno Teatro Real de Madrid. Se ha celebrado la segunda edición de ELLE Cancer Ball, la gala solidaria para obtener fondos para la lucha contra el cáncer de mama organizada por ELLE en colaboración con Estée Lauder y Caixabank.
Una noche muy emotiva que ha sido todo un éxito de asistencia y de recaudación, la cual será destinada a la Asociación Española Contra el Cáncer. Por la alfombra roja del emblemático coliseo madrileño han pasado multitud de rostros conocidos, como Ana Torroja (62 años), Ainhoa Arteta (58), Victoria Federica de Marichalar y Borbón (22), Bar Refaeli (37), Mar Saura (47), Nicole (40) y Bárbara Kimpel y Helen Lindes (41), entre otros.
No obstante, la expectación ha sido máxima cuando ha hecho acto de presencia la actriz Ana García Obregón (67), en la que ha sido su primera reaparición tras el fallecimiento, el pasado 17 de septiembre, de su padre, el empresario Antonio García Fernández.
Con un vestido de fiesta negro del diseñador español Rubén Hernández, con guantes negros largos para un look que recuerda a la icónica Rita Hayworth, Obregón ha atendido a los medios muy emocionado, al borde de las lágrimas por momentos. En estos difíciles momentos, a la presentadora sólo le motiva el trabajo, y, sobre todo, dos proyectos muy especiales: la fundación que lleva el nombre de su hijo y el libro que el malogrado joven comenzó a escribir y está perfilando su madre, El chico de las musarañas.
Ana, no podía usted faltar en esta noche solidaria contra el cáncer.
Es una noche muy emocionante. Bueno, es muy importante la labor que va a hacer ELLE de recaudar dinero para investigar el cáncer, a través de la Asociación Española Contra el cáncer.
¿Cómo está? La vemos casi temblando...
No tiemblo, lo que pasa es que me emociona. Llevo mucho tiempo sin salir de casa y últimamente solamente voy a... parece que es así.
Ana, ¿cómo se encuentra?
Intentando sobrevivir, que no es poco. Estoy encantada, porque esta noche me dan un premio. Un reconocimiento a una labor... Ayudar a los demás, a través de la fundación de mi hijo, es lo único que me ayuda.
Hablemos de trabajo, su mejor bálsamo.
Vamos a hablar de trabajo. Trabajar es importante, pero lo único que me alivia en estos momentos es pensar que puedo ayudar a los demás, que puedo colaborar para investigar el cáncer. El Gobierno sigue en sus presupuestos sin dar algo para investigar. Que somos de los países que está a la cola de investigación. En España mueren cada día 300 personas. Es la pandemia silenciosa que no sale en los telediarios. Quiero con la fundación de mi hijo investigar cáncer en niños y jóvenes, que es el menos estudiado, el de los sarcomas.
¿Cómo va la fundación en honor a su hijo?
La fundación va fenomenal. Hemos tenido una donación increíble. Estamos en dos proyectos muy importantes con este cáncer, que es muy agresivo y que afecta a niños y jóvenes.
¿Presentará las Campanadas este año?
Voy a hacer el programa de Nochebuena. ¡Ya de más no hablo! Ya me habéis hecho reír.
También está ultimando el libro que empezó Álex...
El libro va increíble, va a ser un homenaje a mi hijo. Va a ser un libro que va a inspirar porque las personas normalmente, hasta las adultas, nos quejamos de todo, pero hay que sufrir tragedias en tu familia y cercana para relativizar y para ver que hay que dar gracias. Doy gracias por lo que he tenido y los que siguen teniendo tienen que dar gracias por lo que tienen.
¿Cómo se titulará el libro?
Se llama El chico de las musarañas porque lo empezó a escribir él. Él escribió cuatro capítulos, no pudo terminar... Lo que yo estoy escribiendo es la historia, cuando él empezó a escribir su historia en Nueva York, con la enfermedad. Será su libro y mi corazón.
Se encuentra muy arropada por sus amigos y su familia. Sus hermanos han estado al pie del cañón en todo momento...
¿Sabes qué pasa? Lo que más me ha ayudado de todo además de la familia es la que no es elegida, como mi amigo Ra -Raúl Castillo-, que anda por ahí. Ha estado al pie del cañón cada día. También a través de las redes es impresionante el cariño que recibo... Me costó hacérmelas, ¿eh?
Ha ayudado a muchas personas, ha ejercido de 'influencer'.
Yo sería influencer de sentimientos. No sé si existe. No soy de trapitos ni modelitos. Mi clóset es una silla que tengo en mi dormitorio, con todo ropa de luto: blanco y negro. Utilizo el blanco porque es el color de la pureza y de la luz. No me pongo de colorinchis, hoy me he puesto la camelia rosa por solidaridad.