"No estoy nada acostumbrado a esto. Me vais a hacer caer, vengo de la oficina ahora", son las palabras que, hace unos días, pronunció un tímido y discreto Enrique Solís, reconocido empresario e hijo de Carmen Tello (67 años) y el marqués de Montilla, en un evento social en Madrid. Posó ante los fotógrafos, quiso huir, inicialmente, de las preguntas de los periodistas, pero terminó accediendo.
Este exitoso empresario y aristócrata nunca ha sido muy dado a aparecer en los medios de comunicación, ni se siente cómodo en el papel de personaje público. No obstante, cruzó la delgada línea del papel couché hace unos años, cuando se lo relacionó sentimentalmente con Tamara Falcó (40), una suerte de título de ex que Solís lleva con estoicismo y hasta se diría que con sentido del humor.
La actual vida de Enrique no puede ser más plena, sólida y serena al lado de su razón de amor, la modelo Alejandra Domínguez Gila. Están felices, pero, de momento, no hay planes de boda en su horizonte vital. Ni siquiera de compromiso. El trabajo ocupa casi todo el presente de ambos. Así lo dejó patente en conversación con EL ESPAÑOL el empresario Solís hace unos días, en un evento público organizado por la firma de joyas Rabat.
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Usted está aquí y parece obligado preguntarle por Tamara Falcó y su ruptura con Íñigo.
Me he enterado lo que me ha llegado por vosotros y poco más. No tengo mucho que opinar respecto a eso.
¿Continúa manteniendo la amistad con ella?
No. Cuando la veo siempre la saludo, no tengo ningún problema. Tengo mi vida y mi relación. No me meto en la vida de ella ni en la de nadie.
¿Qué consejo le daría a Tamara en estos momentos tan difíciles?
Yo creo que ha respondido ella bien, tiene gente cerca que la entiende y que la apoya, y más lista que ella en eso no hay nadie.
Él le ha pedido perdón públicamente. ¿Cómo lo ve?
Pues me parece bien que pida perdón, que cada uno tome la decisión que crea conveniente. Que se separen, como si vuelven. Que cada uno haga lo que quiera. Lo que pasa es que la presión social hace mucho.
¿Salir con Tamara fue difícil?
¿Pero eso lo estás diciendo porque estás insinuando que yo estuve con Tamara? (Risas) Salir con una persona mediática... la fama siempre tiene dos caras: la buena y la mala. Cuando todo va muy bien, pues todo es fiesta. Y cuando va mal, pues tienes que aceptar que hablen de ti siendo desconocida.
¿Esto es un hándicap para usted?
Yo intento mantenerme en el anonimato. Se vio entonces y se verá ahora. El tiempo pone las cosas en su sitio y da la razón a quien la tiene.
¿Cómo es Tamara Falcó lejos de las cámaras?
Pues, Tamara es una persona maravillosa, muy lista. Siempre que se la he presentado a gente, han hablado maravillas de ella. En cercanía Tamara gana mucho. Los típicos comentarios de 'pija' y 'tonta', evidentemente, no son ciertos. Todo el mundo que la conoce lo sabe. Además, ella consigue que no le afecten los comentarios, cuando a cualquiera nos afectaría.
Está en este evento la hermana de Tamara, Ana Boyer, ¿la saludará?
Sí, claro, saludo a cualquier familiar de Tamara y a Tamara también. Porque no tengo problema con nadie.
No siempre es fácil...
Yo siempre intento llevarme bien con todo el mundo.
Usted está muy centrado en sus empresas y hoteles, pero está saliendo con una persona que es conocida. ¿Le da pudor dar el paso del compromiso o boda? ¿Se lo piensa mucho?
Bueno, me lo pienso 26 veces. Porque yo creo que hoy en día la gente se casa como si fuera una fiesta y creo que no es así. El matrimonio, no sé el porcentaje, pero es muy alto el número que se separa. No es un tema de 'me apetece casarme'. Estoy viendo todos los días, como vosotros, que se casan y al año está embarazada del siguiente. Ósea, es un poco cachondeo. No tomo esas decisiones. Si lo tuviera cristalino, pues ya estaría casado. No lo tengo cristalino y mi prioridad ahora es el trabajo. Lo profesional, gracias a Dios, está yendo bien después de la Covid y de la que viene ahora.
¿Cuál es su joya más importante?
Yo soy fan de los relojes y, bueno, siempre estoy con Rabat. Luego, pues, Alejandra tiene un gusto exquisito por las joyas, le gusta, sobre todo, lo vintage. Cuando tengo que elegir algo para ella, me va dejando pinceladas para que elija bien.