El coach, abogado y colaborador televisivo Euprepio Padula (58 años) está viviendo el mejor momento de su vida. "Sí, soy feliz", asegura, categórico y un tanto emocionado, Padula en conversación con EL ESPAÑOL este pasado jueves, 27 de octubre de 2022. Este periódico se ha dado cita con el televisivo Euprepio con motivo de la presentación de su libro, Don de gentes.
Un proyecto literario que Padula ha escrito con un claro objetivo: desvelar la clave para triunfar en la vida. "Si has nacido con él (don de gentes), descubre cómo potenciarlo y si no lo tienes, aprende a desarrollarlo", es la frase que recoge la esencia de este especial libro del célebre italiano afincado en España.
A la presentación, como exitoso hombre con don de gentes que es Euprepio, han acudido rostros tan variopintos como Carmen Lomana (74) y Albert Rivera (42). No hay duda de que Padula cuenta con un extraordinario poder de convocatoria. A esta excelsa parcela profesional se une, en perfecto engranaje, su vida amorosa y sentimental: el pasado septiembre contrajo matrimonio con el hombre de su vida, Michel.
Euprepio es un hombre de éxito, pero deja patente en su charla con este periódico que también se lo ha trabajado duramente, como "un bestia", toda su vida. Viene de una infancia "complicada" y con muchas necesidades. Por tanto, Padula se ha hecho a sí mismo y, como generoso y buena gente que es, quiere y desea que todo el mundo lo consiga. En el fondo, la clave de todo es ser felices. Él lo es.
¿De dónde surge la necesidad de escribir 'Don de gentes'?
No es una necesidad, fíjate. Yo casi creo que era una responsabilidad, una obligación. Porque yo creo que en los años que estamos viviendo, tan duros, realmente había una necesidad de explicarle a la gente, independientemente de la clase social o del dinero de cada uno, que en la vida se puede triunfar. Triunfar en la vida no es otra cosa que ser feliz. Yo creo que en este mundo nos han enseñado desde niños que para ser exitosos hay que tener dinero, fama y poder.
Un craso error...
En realidad, lo único que hay que tener es ser feliz. Cada uno es feliz de una forma única, diferente. No hay reglas de juego para todos para ser felices. Hay una cosa que es fundamental: tener don de gentes. Don de gentes es una mezcla de simpatía, de capacidad de comunicación, de empatía. Don de gentes es mirar a la gente por igual, sin tener prejuicios de clase o de dinero, de tendencia sexual... Es ir por el mundo con generosidad. Es algo más que tener carisma.
¿Se puede tener don de gentes y ser un mediocre?
Depende de lo que signifique para ti ser mediocre. Si para ti ser mediocre es ser una persona sin éxito profesional, yo te diría que claro que se puede ser. Hay personas con don de gentes, pero en la vida no ha conseguido éxito material. Sin embargo, son personas que te hacen sonreír, que te alegran la vida, que te llegan. ¿Cuánta gente has conocido tú que no son nadie, entre comillas, pero son buena gente, buenos amigos?
Hay un personaje entrañable en el libro, Nonna Irma. Una mujer veneciana, de 93 años, que un buen día se "lio la manta a la cabeza" y se fue de Italia a Kenia para ayudar en un orfanato. Una edad para la que se tienen muchos prejuicios...
Ese es el clásico prejuicio. Antes, en la presentación del libro, he hablado de mi madre. Yo he tenido gente alrededor, como coach, a gente que tenía 70 y 80 años, los he ayudado a sacarse partido de la vida. Hay gente que consigue triunfar muy tarde en la vida. He usado ese ejemplo porque, desafortunadamente, en España excluimos de la sociedad a la gente mayor. La excluimos en el mundo del arte, del periodismo... En la cultura, el espectáculo, la empresa... En la vida se puede triunfar siendo muy mayor.
También en la televisión. Aquí, en España, hay casos como el de María Teresa Campos, que ha pedido trabajo hasta hace muy poco.
En Italia, por ejemplo, hay una cantante que tiene más de 80 años y sigue sacando disco todos los años. Hay mucha gente que ha triunfado. En España hay que reivindicar.
Reivindicar la veteranía.
Tenemos que darle valor.
Vive un momento pleno a todos los niveles. ¿Diría usted que es feliz?
Yo diría que soy feliz. Con los años... Yo no he sido un niño feliz porque nací en un entorno muy complicado. Con una madre maravillosa, pero con muchas necesidades. De niño, me faltaban muchas cosas. Luego he vivido toda mi vida corriendo, detrás del hecho de ser buen estudiante, de poder ser buen universitario. Me he sacado becas, siempre he estudiado con becas. Me he sacado la carrera de Derecho en tres años y medio. Tenía prisa por ganar dinero e independizarme. He corrido y corrido.
He tenido la suerte de que, a nivel profesional, me ha ido muy bien desde muy joven. Trabajando como un bestia, pero sin disfrutar mucho de la vida. Ahora es un momento en el cual estoy, pese a estar trabajando mucho porque me encanta, celebrando. He aprendido a celebrar lo bueno.
Hábleme de amor.
Después de muchos fracasos sentimentales, hace 10 años conocí a un hombre que me hace feliz. Es una persona que me complementa mucho, me ha dado serenidad y no me ha cortado las alas. Necesito que nadie me corte las alas. Él convive con este mundo mío tan variopinto, que no siempre es fácil. Sí, soy feliz. Con los años he aprendido que esta sociedad nos enseña dos grandes errores desde niños: que lo podemos conseguir todo en la vida y que hay que eliminar tus defectos para tener éxito. Otro equivocado. Hay que saber cuáles son nuestros talentos para ser feliz. Yo los descubrí muy mayor, no antes.
Fracasar tampoco es para tanto.
El fracaso forma parte de la vida. Yo he llorado muchas veces en la vida y he fracasado muchas veces en la vida. Lo importante es aprender y no regodearte en el fracaso. No dejarse destrozar por el fracaso. Todos fracasamos y no pasa nada. Como decía Carmen Lomana, el dolor hace parte de la vida y de la enseñanza.
Usted vive en Madrid desde hace tiempo, ¿verdad?
Sí, desde hace muchos años. Llevo toda la vida aquí. Viajo mucho, pero vivo en Madrid. Seguiré aquí porque adoro Madrid.
Triunfa en televisión. ¿Hay por ahí algún proyecto que nos pueda contar?
Hay un proyecto muy chulo para televisión, pero no puedo decirlo. No puedo porque se está generando ahora mismo. Es muy bonito.
¿Cómo se consigue que Albert Rivera, que no acude a casi ningún acto, venga a su presentación?
Porque Albert me respeta mucho como profesional. Porque sabe que todo lo que hago lo hago con mucha pasión, corazón y ganas. Y porque me quiere. En algún momento de su vida, le he echado una mano y él a mí también.
¿Euprepio Padula tiene enemigos?
Hombre, yo creo que todos tenemos gente a la que no le gustamos. Forma parte del juego. Pero no me provoca ningún tipo de recelo la gente que te envidia o que te odia. He aprendido a convivir con todo esto. Además, siendo una persona pública cuento con ello.