"Este vídeo es de ayer, minutos después de que me dieran el alta, saliendo del hospital. Cuando la felicidad no me cabía en el pecho por el mero hecho de sentir de nuevo el aire en la cara y poder respirar y disfrutar de otro atardecer más". Con estas palabras ha regresado Sara Carbonero (38 años) a sus redes sociales apenas unas horas después de recibir el alta.
Este pasado lunes 28 de noviembre, una semana después de ser intervenida de urgencia en la Clínica Universitaria de Navarra -tras una revisión rutinaria a causa del cáncer de ovario que le diagnosticaron en 2019-, la periodista y presentadora recibía el alta hospitalaria y se podía ir a casa.
Un feliz momento que la toledana no ha querido dejar pasar por alto y que ha celebrado en sus redes sociales con un emotivo y extenso mensaje en el que ha desvelado cómo se encuentra, además de mandar un mensaje de agradecimiento por la oleada de cariño que ha recibido.
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"Estoy muy bien", ha afirmado rotunda, para después dedicar unas palabras a aquellos que le han deseado lo mejor tras conocerse su operación: "Muchísimas gracias a todas y todos los que os habéis preocupado, por las innumerables muestras de cariño recibidas estos días. Me abruman y a la vez me llenan de energía para seguir adelante".
"Sirva este mensaje de agradecimiento, tanto a los médicos de la Clínica Universidad de Navarra, una vez más, por llevarme en volandas y cuidarme estos días, como a mi gente, la de siempre, ese grupo reducido de personas que no me ha soltado la mano ni un segundo y que me ha hecho ser consciente de lo fuerte que es el ser humano si está rodeado de amor", ha continuado.
Y si bien sus más allegados, como dice, han sido los más importantes en estos siete días, Sara también se ha acordado de sus compañeros de profesión. "Gracias también a los medios de comunicación por el respeto y la delicadeza. Ojalá se mantenga este clima de tranquilidad tan necesario".
Sin entrar en detalles de qué la llevó a entrar en quirófano y de cómo ha sido su ingreso, Carbonero sí que ha compartido dos cosas que le han ayudado en esta última semana, la canción Rabia Suave, de Ede; y una frase de uno de sus médicos que se ha guardado como un "mantra": "Cada día tiene su afán".
"Que todos consigamos encontrarlo en las pequeñas cosas", ha seguido Sara a modo de deseo, enumerando cuáles han sido sus consuelos: "En una familia incondicional, en una mano que te sujeta fuerte mientras te toca los acordes de guitarra de tu canción preferida para dormirte, una voz que te lee el periódico cada mañana, unos brazos firmes que te sostienen para ponerte en pie de nuevo y dar paseos en círculo por los pasillos del hospital. Unos niños que te esperan en casa con los brazos abiertos y la pizarra llena de mensajes. Unas amigas que cogen el primer avión para traerte unas flores y un puñado de risas".
Y para terminar este esperado regreso, que en apenas unos segundos se ha llenado de palabras de alegría, Sara Carbonero ha afirmado que, pese a todo, "me siento en paz y agradecida con la vida. También con estos baches que nos ubican de nuevo y nos recuerdan lo verdaderamente importante de la misma. Que nos hacen un poquito más sabios y nos enseñan a vivir al día. A abrazar la incertidumbre".
""Seamos amables siempre con los demás porque nunca sabemos la batalla que está librando cada uno", ha acabado, para volver a escribir un nuevo "gracias" muy sentido y en mayúsculas.