Dos años y ocho meses han pasado desde que la gran Lucía Bosé abandonara este mundo. Lo hacía sola, en una fría e inhóspita habitación de hospital, en uno de los momentos más crudos de la pandemia. Era el 23 de marzo de 2020 cuando la artista italiana fallecía a los 89 años de edad como consecuencia de una neumonía derivada de la Covid-19 tras varios días de ingreso. Murió en cuidados paliativos en el Hospital General de Segovia, un centro médico desbordado por aquel entonces por la situación sanitaria.
Lucía no creía en la muerte pero sí tenía claro como quería que fuera su despedida cuando ese momento llegara: "El día que me muera no dejes que me lloren, no quiero tristeza ni llanto, no quiero tanatorio, tráeme flores y repósame al sol, en este rincón de aquí... en el pequeño cementerio de Brieva, aquí al sol, que ya sabes que yo soy muy friolera", le solía decir la italiana a Tuana Llorente, la persona que estuvo con ella los últimos años de su vida.
Ese deseo se ha convertido ahora en realidad. Sus familiares y amigos han homenajeado a la matriarca de los Bosé cumpliendo una de sus últimas voluntades. Este martes 13 de diciembre, coincidiendo con el día de Santa Lucía, han inaugurado un monumento funerario en su memoria con una tumba de color azul (su color preferido) y una estatua encima de ella de joven que reposa sobre el sepulcro como si estuviera tomando el sol.
En el frontal de la tumba hay un corazón roto con una placa que recoge su fecha de nacimiento (28/1/1931 Milán) y la de su muerte (23/3/2020 Madrid) junto a una inscripción que pone 'Diva Divina DEP'. Toda ella está rodeada de flores blancas.
Las imágenes las ha compartido Tuana Llorente en sus redes sociales. Ella fue su amiga incondicional y cuidadora hasta el final. Fue la persona que alertó sobre el estado de salud de Lucía Bosé y la que la acompañó al hospital cuando ya poco se podía hacer. "Por fin se cumplió tu deseo. Ya te tenemos al sol como tú querías rodeada de pensamientos y flores blancas. Buen vuelo cigüeña", ha escrito Tuana junto a las fotografías que ha borrado tras la publicación de este artículo.
[Así es Tuana Llorente, la mujer que cuidó de Lucía Bosé hasta sus últimos días]
Hasta la localidad segoviana de Brieva, donde Lucía vivió los últimos años de su vida y donde descansan sus restos mortales, se ha acercado también su hija Paola Dominguín (62). La mediana de los tres hijos de la italiana no ha podido reprimir las lágrimas al recordar a su madre y se ha mostrado muy emocionada.
Se desconoce si Lucía Dominguín (65) ha estado presente en este homenaje. Lo que es seguro es que Miguel (66), el mayor de los hermanos, no ha participado ya que se encuentra en México, país donde tiene fijada su residencia.
Siempre en el recuerdo
Hace menos de un mes que Lucía Bosé recibía otro homenaje en el pueblo que la acogió como una vecina más. Brieva puso su nombre al centro social de la pequeña localidad donde se exhibe una pintura realizada por el panadero del lugar con el rostro de la actriz. Un acto bonito y pequeño sin grandes multitudes como a ella le gustaba.
Es también habitual que sus seres queridos publiquen imágenes de Lucía Bosé en sus perfiles sociales a modo de recuerdo. Paola publicaba su última instantánea con su madre en el mes de octubre. Una fotografía inédita en la que aparecen madre e hija en blanco y negro. "Mamá linda. Siempre juntas", era el pie de la imagen.