El año 2022 no ha sido nada fácil para Máximo Huerta (51 años). El comunicador valenciano ha tenido que lidiar no sólo con sus propios problemas de salud -unos severos problemas respiratorios que lo obligaron a ingresar de urgencia hace unos meses-, sino que también ha hecho frente, con estoicismo y entereza, a la maltrecha salud de su madre, Clara Hernández.
El pasado 31 de octubre, su progenitora fue intervenida en el hospital La Fe de Valencia del tumor que le diagnosticaron en el año 2020. "Le han extirpado buena parte de un tumor que ha vuelto a crecer", explicó el exministro. Sin querer entrar en muchos detalles, el que fuera colaborador televisivo sí desveló que "precisa ha sido también la reconstrucción de los párpados y precisos serán los cuidados de ahora".
Máximo ha estado al pie de la cama, a la vera de su madre, de forma incondicional en este tiempo, estos dos convulsos años. Ahora, el autor del libro Una tienda en París ha utilizado sus redes sociales para hacer una de sus confesiones más complicadas. Este jueves 29 de diciembre, Huerta ha posteado lo que sigue en su perfil de Twitter: "Los días que mi madre no me reconoce es como si no tuviera patria".
[Máximo Huerta, muy preocupado por su madre tras haber sido operada del tumor que padece]
Una dura reflexión que, rápidamente, ha obtenido respuesta por parte de sus miles de seguidores. "Debe ser durísimo. Lo siento y ánimos", "Yo pasé por esa situación y sé de lo que hablas y sientes", "Además, unos ojos perdidos se reconocen al instante. Parece mentira como el alma puede transmitirse en la mirada. El tacto es el sentido más poderoso ahora mismo. Ánimos".
Precisamente, fue en plena Navidad del año 2020 cuando el presentador confesó que su madre estaba enfrentándose a un revés vital muy importante: "Es un año complicado, no me quiero quejar porque tengo esa luz. Mi madre ha estado en una burbuja en la que he estado cuidándola", explicó al hacer balance sobre los pasados meses y pidió un deseo expreso para el 2021: "Que el tumor vaya bien, que no sea nada malo... No le pido nada más, me da igual todo".
Desde entonces, Máximo Huerta ha estado junto a ella en todo momento, convirtiéndose en su mejor apoyo. De hecho, cuando la situación lo ha requerido, no ha dudado en cancelar toda su agenda para estar junto a ella. Así sucedió el pasado mes de febrero, cuando Clara Hernández sufrió una caída y se rompió la cadera.
"Gracias a todos los compañeros que se están poniendo en contacto conmigo para cerrar entrevistas. Lamento comunicar que no podré atenderles, estoy con mi madre en el hospital", comentaba en aquel momento, que coincidía con la promoción de su última novela, Adiós, pequeño.
Clara Hernández no ha sido la única que ha sufrido problemas de salud en los últimos tiempos. El propio Máximo Huerta también ha tenido que lidiar con varios achaques. El más grave de ellos, un problema respiratorio por el que tenía que ser ingresado a comienzos de octubre.
"He pasado unos días duros, muy duros. Tengo problemas respiratorios desde niño, la edad lo agrava, y desde el día 23 de septiembre ando mal. Realmente mal. La tos fue convirtiéndose en una bronquitis, un ingreso, mucho broncoespasmo y, lo peor, falta de oxígeno en sangre", confesaba en aquel momento, tras estar unos días de baja médica que le obligaban a posponer varias firmas de libros.
Clara Hernández, la matriarca fiel de Máximo, sufrió mucho en esos días al ver a su hijo pasando por un problema de salud. "Ni te imaginas lo preocupada que ha estado. Está asustada al leer titulares y ver que la gente me llama", confesó a EL ESPAÑOL el ganador del Premio Primavera de Novela 2014.
Sin embargo, gracias a la atención de los doctores y a su rápido diagnóstico, Huerta se recuperó poco a poco en el calor de su hogar, junto a la persona que más quiere.