El 2022 terminó con una noticia que revolucionó la prensa del corazón: la inesperada ruptura de Isabel Preysler (71 años) y Mario Vargas Llosa (86) tras casi ocho años de relación. El anuncio lo hizo la propia socialité mediante una conversación con su revista de cabecera que salió a la luz el pasado 28 de diciembre y de la que el escritor no se había pronunciado hasta ahora, confirmando las palabras de su expareja, pero haciendo un ligero matiz en la información publicada.
Tras un viaje exprés a la capital francesa en compañía de su hijo Álvaro (56), Mario Vargas Llosa ha hablado para la prensa, zanjando así todo tipo de rumores. "Yo me encuentro muy bien. Acabo de pasar un día en París", dijo a los medios de comunicación que le esperaban en Madrid la noche de este pasado 1 de enero.
Sobre su separación de Isabel Preysler fue directo, pero evitó dar mayores detalles. Desmintió que el motivo de su ruptura con la socialité hayan sido sus celos, tal y como informó la revista ¡HOLA!, el medio de cabecera de la 'reina de corazones'. "No es verdad. No son ciertos", ha expresado Vargas Llosa ante los micrófonos de Europa Press.
"Los motivos de la ruptura no existen", ha insistido el escritor. Para evitar rumores y avivar la polémica que rodea a su separación, el novelista solo se ha hecho eco de las palabras de su expareja. "Lo único que quiero es confirmar la entrevista que ha dado Isabel".
Según la revista, en cambio, los celos de Vargas Llosa habían provocado muchas discusiones entre él y Preysler. La última, a mediados de diciembre, cuando él decidió abandonar la casa de la socialité e instalarse en el piso que tiene en el centro de Madrid. La colaboradora de El programa de Ana Rosa Sandra Aladro también insistió en esta teoría, citando a una fuente muy cercana a Isabel.
En cuanto a un posible regreso con su mujer, el escritor ha optado por guardar silencio. Así, Mario Vargas Llosa ni ha confirmado ni ha desmentido, por el momento, una información sobre la que se ha especulado en los últimos días.
El escritor peruano ha atendido a la prensa tras su breve escapada a París, protegiéndose del frío con abrigo y gorro, apoyado en su bastón y con una novela de Vasili Grossman en la mano. Tal y como dejan entrever las últimas imágenes captadas por los medios gráficos, Vargas Llosa se ha refugiado en la lectura de Vida y destino, una novela de 1959 que critica el estalinismo y cuestiona el régimen de vida de los ciudadanos bajo el comunismo.
Aunque fue la propia Isabel Preysler la que confirmó que ella y Mario hacían vidas separadas, la filipina también se ha mostrado reservada y reacia a dar cualquier otra información. "Mario y yo hemos decidido poner fin a nuestra relación definitivamente. No quiero dar ninguna declaración más y agradezco a los amigos y medios de comunicación que nos ayuden en esta decisión", confesó a su revista de cabecera.
La misma línea han seguido quienes bien los conocen. Álvaro, el primogénito de Vargas Llosa, también ha hablado ante los medios, pero sin desvelar mayores datos de los que se han hecho públicos. En un encuentro con la prensa, el periodista se limitó a decir que su padre se encuentra "fantástico". No quiso opinar y optó por el silencio cuando se le preguntó por la posibilidad de una reconciliación entre el escritor e Isabel Preyesler.