Casi todo el mundo sabe quién es la familia Verdasco gracias a su miembro más famoso, Fernando (39 años), que además de ser uno de los tenistas más exitosos de España es el marido de Ana Boyer (33), yerno de Isabel Preysler (71). Sin embargo, lo cierto es que antes del triunfo del deportista este clan ya era conocido gracias a sus negocios hosteleros.
El padre del tenista, José Manuel Verdasco del Hoyo, y sus hermanos fundaron y regentaron algunos de los locales más emblemáticos de Madrid, con el Café de Chinitas y el restaurante La Bola a la cabeza. Durante años, la familia estuvo en lo más alto al apostar por una oferta de restauración basada en la tradición y en la que el cocido madrileño era el santo y seña de su cocina.
Sin embargo, el paso de los años, la competencia y las nuevas ofertas gastronómicas de la capital hicieron decaer esa idea de especializarse en la comida tradicional hasta el punto de que hoy día la familia ha tenido que cerrar algunos de sus locales.
El último ha sido La Cañada, el restaurante que tenían en Boadilla del Monte, a las afueras de la capital y a un paso de una de las zonas empresariales más importantes, la conocida como Ciudad Financiera del Banco Santander. Estuvo gestionado en su día por José y Fernando, padre y tío del tenista, hasta que en los últimos años tomaron sus riendas los primos del deportista, Marcos y Laura.
Lo que fue un negocio próspero durante años, que incluso sirvió para celebrar en 2016 la boda de Sara Verdasco y Juan Carmona es hoy día pasto de las máquinas de demolición, que desmontan pared por pared el restaurante y los edificios colindantes, en algunos de los cuales llegaron a residir algunos Verdasco.
El aspecto es desolador. Fundando en 1970, tras más de cincuenta años de historia, de funcionamiento como referencia gastronómica de la zona, las grúas demolición son sus únicas 'visitantes', afanadas en derribar a la mayor brevedad el recinto. Una obra con la que se zanja una de las páginas más exitosas de la familia que, como recuerdan los vecinos de la zona, llenaban todos los comedores los fines de semana con su tradicional cocido.
El restaurante dio su último servicio el pasado 15 de enero de 2023. Fue entonces cuando decidieron vender el terreno a una empresa privada que usará el espacio para la construcción de un gran centro sociosanitario.
No es el único local de la familia que ha echado el cierre. En marzo de 2021 cerraba sus puertas el Café de Chinitas, solicitando el concurso de acreedores de la empresa que se encargaba del local. En su caso, la crisis por el Covid y la falta de afluencia posterior a la pandemia parecía ser la causa del cese. Seguía la estela de lo ocurrido con otros tablaos emblemáticos de la capital como Casa Patas y Villa Rosa. Aunque podría haber otra causa. Al parecer, la dueña no habría llegado a un acuerdo para la renovación del contrato con la familia tras varios intentos frustrados.
En marzo de 2018, los Verdasco bajaban para siempre la persiana de La Rayúa, un local ubicado Majadahonda servía como homenaje a la matriarca del clan y que había abierto sus puertas solo 4 años antes.
En ese momento los Verdasco adujeron razones puramente personales para cerrar el local, nada que ver, según ellos, con problemas económicos. Al parecer, el estés acumulado estaba haciendo que la salud del padre del tenista se resintiera por tanto trabajo y decidieron dejarlo. Curiosamente siguieron regentando otro restaurante con el mismo nombre que habían abierto a un paso de la Plaza de la Luna, en pleno centro de la capital. Este es, de hecho, es uno de los pocos negocios que mantienen, al menos de momento.