La vida Georgina Rodríguez (29 años) transcurre entre alfombras rojas, shootings de moda y preparación para eventos y campañas que la obligan a viajar con frecuencia. Pero no lo hace como cualquier modelo ni mucho menos como una ciudadana común, a bordo de un avión comercial. La novia de Cristiano Ronaldo (37), tal y como muestra en su documental, Soy Georgina, ha contado con un jet privado que le ha permitido moverse entre las principales ciudades europeas cada vez que que lo necesita.
Georgina ha viajado es un Gulstream G-200, diseñado para 10 pasajeros, dos pilotos y un asistente de vuelo. La modelo, de hecho, siempre ha volado acompañada. En cada una de sus travesías han estado algunos de sus amigos o su equipo de trabajo. El mismo jet, además, ha sido el medio de transporte para viajar junto a Cristiano Ronaldo, quien fue su propietario hasta el pasado mes de enero.
A comienzos de año, tras varios meses en el mercado, el futbolista logró vender el avión que compró en 2015, cuando jugaba en el Real Madrid y Georgina Rodríguez todavía no formaba parte de su vida. Entonces, el astro portugués pagó por el jet una cifra cercana a los 20 millones de euros y lo personalizó a su gusto, consiguiendo un aparato único entre las 20 unidades que se fabricaron.
[Cristiano Ronaldo y Georgina Rodríguez venden su jet privado porque se les quedaba pequeño]
El Gulstream G-200 cuenta con todo tipo de comodidades y lujos que quedan al descubierto en el documental y en el perfil e Instagram de la modelo. El jet cuenta con tres camas, restauración caliente, horno microondas, teléfono satelital, asientos de piel, diván y paneles laterales que fueron renovados en septiembre de 2019. Sin embargo, ya no cumple con las exigencias de Cristiano Ronaldo y Georgina Rodríguez.
Según se informó en su momento, el jet ya era pequeño para la familia numerosa que forman. La pareja tiene cinco hijos y en muchas ocasiones suelen necesitar más asientos para sus amigos y su equipo de trabajo. Así, de hecho, se refleja en la serie que la de Jaca ha grabado con Netflix.
Durante el rodaje de la segunda temporada de Soy Georgina, la pareja todavía tenía en su posesión el Gulstream G-200, jet que le permitió a la modelo cumplir con algunos de sus compromisos más destacados de 2022, como el Festival de Cine de Cannes o el Festival de Cine de Venecia. También con sus exclusivas escapadas, como un idílico viaje a Laponia o unas vacaciones de verano en Mallorca.
En alguna ocasión, además, el avión sirvió de medio de transporte para las queridas -el selecto grupo de amigos de Georgina-. Según dejan ver en el reality la modelo le cedió su jet a su entorno más cercano para regresar a Madrid tras apoyarla en uno de sus compromisos.
Sobre el nuevo dueño del avión, todavía no han trascendido detalles. Tampoco ha salido a luz si Cristiano y Georgina han comprado un nuevo jet, lo que pone en duda la forma que han utilizado para desplazarse entre un país y otro. La pareja podría haber comprado un nuevo aparato del que se desconocen los detalles o bien podrían estar alquilando alguno que se adapte a sus necesidades, tal y como hacen reconocidas estrellas para tener mayor privacidad y evitar que se les localice por la matrícula de la nave.
El propio futbolista, de hecho, llegó a alquilar el Gulstream G-200 a terceros las veces que no lo necesitó. Cristiano Ronaldo, en concreto, le sacó una rentabilidad de 3.000 euros la hora.
La experiencia de Georgina
Aunque viajar en un avión privado tiene muchas facilidades, para Georgina Rodríguez, no todo es tan cómodo y sencillo como parece. El pasado 22 de marzo, la influencer comentó en El Hormiguero que pese al lujo y las infinitas posibilidades que trae un jet, ha sufrido algún contratiempo.
"No siempre con el avión privado sales a la hora que quieres. La última vez, Manchester, el aeropuerto de Manchester, me dejó tirada", dijo Georgina Rodríguez a Pablo Motos (57), generando gran revuelo en las redes sociales.
Eso sí, por suerte -para ella-, tener un avión privado le ha permitido saciar algún capricho que sería imposible al viajar en un vuelo comercial. Una de las exigencias de Georgina Rodríguez es que siempre haya embutidos ibéricos, una de las cosas que más le gusta de España, según ella misma confirma en la serie. Su tripulación siempre ha cumplido con ello.