"De verdad que no te sé decir nada, porque las hijas quieren la mayor privacidad para María Teresa Campos (81 años), y tampoco yo he podido hablar con ella. Hace tiempo que no hablo con ella", explica a EL ESPAÑOL una fuente cercana a la mítica presentadora. La maltrecha salud de la conductora del recordado ¡Qué tiempo tan feliz! hace tiempo que copa titulares y la preocupación por su estado no cesa.
En las últimas manifestaciones que ha hecho la hija mayor de la malagueña, Terelu Campos (57), no se dejaba lugar a equívoco: "La situación de mi madre no es para tratarla públicamente y merece el respeto y la intimidad que debe tener con la edad que tiene y las condiciones en las que está", y "Mi madre es una señora enferma y anciana. (...) Hay que respetarla, no perseguirla para hacerle una foto".
Dos contundentes declaraciones que, en efecto, dejan entrever que María Teresa vive completamente apartada del foco público y ha visto reducida al máximo su exposición social y sus espacios de asueto entre amigos. Teresa apenas hace vida fuera de su domicilio; sólo lo abandona para desplazarse a casa de sus hijas y para atender cuestiones médicas. Además, hace ya algún tiempo que tampoco recibe visitas de amigos de toda la vida, ni apenas atiende el teléfono móvil.
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Así lo corroboran a este periódico en concreto dos amigos de toda la vida de Campos, de esos que suman más de dos décadas de amistad y trabajo. Explican que ahora no es tan sencillo hablar directamente con Teresa, y que su teléfono podría tener las llamadas restringidas, en ese afán familiar de protección. "Las hijas nos van diciendo cómo está. Hay que decir que siempre que se pregunta responden", añade uno de los informantes.
Pero lo que es un hecho es que la emblemática presentadora ya no se comunica tan frecuentemente con el que hasta hace poco era su entorno más próximo. Sólo la familia y su querido chófer y mano derecha, Gustavo, conforman su día a día. Terelu y Carmen han dado las explicaciones pertinentes a esos amigos que, desde la preocupación más honda y sincera, quieren saber cómo se encuentra Teresa.
Guardan, pues, estoico y respetuoso silencio. Es el caso de Yusan Acha, el que fue uno de los últimos directores de ¡Qué tiempo tan feliz! "Quiero respetar la decisión de las hijas de no comentar nada. Espero que me entiendas", fue su escueto mensaje cuando este medio lo contactó.
"Teresa se merece que nadie hable en este momento", apostilla una persona que ha compartido grandes y divertidos momentos en el que fue su antiguo domicilio, en Molino de la Hoz, en Madrid.
El día a día de María Teresa es discreto y sencillo. Sobre todo, muy rutinario. Una de las personas que hablan con EL ESPAÑOL desliza que, pese a su delicada situación, María Teresa vive con tranquilidad esta etapa. Ha alcanzado cierta estabilidad, sobre todo desde que está atendida las 24 horas del día. Hay que recordar que el pasado mes de febrero se informó de que Campos ya disponía de una cuidadora en su casa madrileña.
Se detalló a este medio entonces que fue un proceso de selección, capitaneado por Carmen Borrego, muy exhaustivo. Duró varios días y el objetivo de las hermanas Campos era el siguiente: "Lo único que querían asegurarse es que se entendiera la realidad que vive Teresa y quién es ella. Han tenido sus miedos, como es lógico moviéndose en el mundo en que lo hacen".
Cabe recordar que las últimas informaciones sobre Teresa Campos han sido un tanto preocupantes. Sobre todo, desde que el pasado mes de enero la malagueña ingresara de urgencia en un hospital madrileño.
A la anemia que padece, se unirían unos problemas neurológicos -como desveló la publicación Lecturas-, y una apatía general que hace que María Teresa apenas si coma ni salga de casa. A sus 81 años, la vida de la otrora aguerrida periodista ha dado un giro de 180 grados.
Se está protegiendo muy mucho la imagen de la emblemática María Teresa, de acuerdo a su propia decisión y a la de sus hijas. Por este motivo, las fotografías públicas de Campos se han ido espaciando en el tiempo hasta casi desaparecer.
"Ella está bien, con sus cosas, pero en esencia bien. Lo que pasa es que la gente no entiende que ya está fuera de esta onda y no quiere nada", explicó una fuente de total solvencia, cercana a Teresa. En esa línea, se especificó que su incomunicación con la prensa ya es un hecho: "Todo pasa por sus hijas".
Tiempo atrás, justo cuando vio la luz una desmejorada imagen de su madre en una revista, Terelu emitió un discurso en Sálvame sobre la protección y la intimidad de los mayores: "Llevamos años luchando para que se proteja a nuestros menores, me gustaría decirle a nuestra clase política que debemos proteger también a nuestros mayores".
Prosiguió la hija mayor de la presentadora, visiblemente molesta y mirando fijamente a cámara: "Mayores que nos han hecho la vida, por su trabajo, feliz, que nos han entretenido (...) Tienen derecho a envejecer dignamente, y a que su imagen se cuide porque ellos no están en situación de poder de decidir que le hagan una foto o no. (...) Si de verdad somos una sociedad sana mentalmente y comprometida, hagamos que esos mayores puedan tener la dignidad de elegir y de morir sin que nadie ponga su imagen en ninguna portada".