Año y medio es el tiempo que ha transcurrido desde la trágica e inesperada muerte del barítono Carlos Marín. El que fuera cantante del grupo internacional Il Divo falleció a los 53 años en un hospital de Mánchester, Reino Unido, donde llevaba varios días ingresado. Su muerte dejó un gran vacío, dejando tras de sí un gran legado y muchos corazones heridos, pues nadie se esperaba el trágico final que le aguardaba.
A día de hoy, su honda ausencia se sigue notando. Marín, que fue incinerado en la más estricta intimidad en el cementerio madrileño de La Almudena, dejó a una madre, Magdalena Menchero, una hermana, Rosa, y una exmujer, Geraldine, completamente rotas y deshechas. Tras el deceso, la relación entre estas tres mujeres -claves y piedras angulares en la vida del cantante- ha sido tensa y difícil, llegando a protagonizar un desagradable conflicto manifiesto por la herencia.
No obstante, más allá de estas cuestiones y de los homenajes que ha recibido Marín -el último, en forma de libro-, EL ESPAÑOL informó hace un tiempo que las cenizas del artista habían sido trasladadas en el camposanto -al morir, sus restos mortales descansaron con su padre, Carlos Marín Prino, en un columbario- para buscarles una ubicación con una tumba con lápida. Ese ansiado proyecto, tras meses de trabajo, se ha hecho realidad.
Las cenizas de Carlos yacen, en concreto, en el cuartel 298 del cementerio de La Almudena, como ha podido conocer y corroborar EL ESPAÑOL. Allí, en una majestuosa tumba de granito, descansa el que un día fue la voz inigualable de Il Divo. De acuerdo a las imágenes que su madre, Magdalena, publicó en su red social Facebook el pasado 14 de febrero, Día de San Valentín, la lápida luce rebosante de flores, de recuerdos, de obsequios y de amor.
Ese amor al que tanto cantó en vida Carlos Marín y que, tras su deceso, está recibiendo en forma de visitas y de flores en el cementerio. Una imagen del cantante, sonriente y feliz, preside la tumba, la cual lleva impresa, como gran detalle, un guiño a la profesión que lo convirtió en uno de los grandes de la música: una clave de sol y un pentagrama.
Mención aparte merece la maceta, en el mismo material de granito, que se encuentra a los pies de la tumba, en la que aparece el nombre de Il Divo justo en el centro de la misma. Un gesto que demostraría el gran cariño que le tuvieron sus compañeros, pese a la guerra mediática que libró hace un tiempo la familia del cantante con el prestigioso grupo. O, simplemente, un bonito recuerdo que quiso brindarle su familia.
En noviembre de 2022, la madre de Carlos Marín acudió a un programa de televisión, con motivo de la promoción de un libro titulado Carlos Marín, Il Divo: Mi hijo, y allí se mostró dura e inflexible con los componentes de Il Divo, Urs Bühler (51), David Miller (49) y Sébastien Izambard (49).
"Regular no, mal", espetó Magdalena sobre cómo se portaron tras la muerte de Carlos. "Lo cuento también en el libro. Lo siento, pero no se despidieron de él, todavía no me han dado el pésame", lamentó. Rosa, la hermana de Carlos, por su parte, criticó que los tres compañeros de su hermano "han ido a su aire".
En la misma línea de indignación se muestra un íntimo amigo de Carlos, cuyo nombre prefiere que se quede en el anonimato. Entiende esta persona que Marín era, por encima de todo, un hombre bueno y generoso. Que ayudó mucho y de forma totalmente desinteresada. Una bonhomía que, según la opinión de esta persona, no ha sido respondida como debiera.
"¿Dónde están los amigos de Carlos? Todos aquellos a los que les daba entradas para los conciertos? ¿Dónde están, que no los veo?", se interpela, indignado. Esta persona, íntima de Carlos, que vivió grandes acontecimientos a su lado, defiende el honor de Geraldine, la que fue compañera de profesión y exmujer de Marín: "Geraldine era un complemento importante. (...) Si le hubiera pasado algo a Geraldine, habría sido uno de los grandes debacles en la vida de él".
Y añade con el que se contacta: "Carlos Marín y Geraldine, con sus idas y venidas, se amaban y respetaban. El error de Geraldine fue separarse de Carlos". Esta persona no quiere hablar en exceso de Magdalena y Rosa, y mucho menos de esa guerra que protagonizan con Geraldine por la herencia.
El cantante dejó como heredera principal a su madre, pero legó un inmueble a su exmujer. Una vivienda en la que ella, Geraldine Larrosa, reside en la actualidad, valorada en 700.000 euros, pero sobre la que pesa una hipoteca de más de 300.000 euros. Montante que la conocida artísticamente como Innocence pretende que sufraguen la madre y la hermana de Carlos.
El libro de Carlos
Carlos Marín siempre soñó con escribir un libro. Un anhelo que su madre y su hermano hicieron realidad a finales de 2022. Se trata de un libro titulado Carlos Marín, Il Divo: Mi hijo, escrito por Magdalena Menchero Mena, la madre de Carlos, en colaboración con el escritor ceutí Ezequiel Teodoro.
Según la información que manejó este medio entonces, es un proyecto íntimo, ejecutado con absoluta discreción, que la familia del barítono orquestó al cumplirse un año de su irreparable ausencia. Menchero Mena "se ha desnudado, destrozado por dentro. Lo ha dado todo, el alma, por su hijo, por Cali", como se lo conocía en la intimidad. Se deslizó que muy pocas personas conocían lo que Magdalena ha "sufrido", penado y llorado dándole forma a este libro.