La colección primavera/verano 2023 de Esmara, marca propia de Lidl, lanza un mensaje positivo y de aceptación de la diversidad corporal. La actriz Dafne Fernández (38 años), a la que muchos ven como fiel representación de una mujer actual libre y sin complejos, presenta estos días sus prendas preferidas de la primera de las cápsulas, 'Tropical', toda una oda a la personalidad única de cada chica. Aprovechando la ocasión, EL ESPAÑOL ha charlado con la madrileña sobre este proyecto, el tema de los complejos y la autoimagen, y el buen momento personal que atraviesa.
¿Por qué se decidió a colaborar con la nueva colección de Esmara?
Hace un tiempo colaboré ya con ellos y es una marca que me encanta. Tiene unos diseños increíbles, que además salen muy económicos, y tanto los tejidos como el proceso que utilizan son sostenibles. Todo eso va mucho conmigo.
¿Le preocupa que la moda pueda regresar a la dictadura de la talla cero?
Las mujeres que a mí me rodean están felices con sus cuerpos y orgullosas de ellos. Quizás sí me preocupa más el hecho de que la gente se retoque para encajar en el canon establecido, el de poca cintura, mucha cadera, mucho pecho y mucho labio.
¿No recurriría entonces a la cirugía estética?
A mí eso es algo que no me preocupa ahora mismo. Lo que sí me preocupa es que las niñas muy jóvenes tengan esos referentes todo el día en las redes sociales. A mí me encanta la belleza natural, y más cuando hablamos de la de juventud. Para mí no es algo necesario, es algo que estropea su belleza natural. Aunque bueno, cada uno elige lo que quiere hacer.
¿Es cierto que cuando era adolescente tenía complejo de poco pecho?
Sí, mucho. Tenía todos los complejos del mundo. Cuando eres adolescente, hay una parte de tu cerebro que no se desarrolla y que hace que pienses que todo está mal, que todo el mundo te odia y que nadie te entiende. Entonces tenía complejo de poco pecho y de ser muy alta. A los quince años yo medía lo mismo que mido ahora, que es 1,77, mientras que mis amigas eran todas mucho más pequeñitas y ya se habían desarrollado. Yo me desarrollé mucho más tarde y no ligaba casi nada, aunque tampoco es que estuviera preparada para ligar.
¿Hoy sigue teniendo tantos complejos?
Tengo mis cosas, pero no es algo que suponga un problemón en mi vida. Las cosas que no me gustan las intento trabajar, por ejemplo, en el gimnasio. Como a todas las mujeres que son madres, la piel se me estiró mucho, pero para eso hay soluciones hoy en día. Se trata de trabajar, comer bien y ser muy constante.
La escuché decir que, desde que fue madre, no se siente ya "sexualmente deseable".
Sí. De hecho, he leído una entrevista de Kira Miró en la que ella dice lo mismo. Después de ser madre, me sentí invisible. Ahora ya he vuelto a estar un poco donde estaba antes. Pero quizás aquello fuese una percepción mía. La maternidad es una hostia de realidad. De repente dejas de ser tú para pasar a cuidar a otra persona durante veinticuatro horas. De pronto te ves desubicadísima, porque no sabes quién eres. En ese momento sí sentí que no era sexualmente deseable, que ya no era apetecible.
Se considera una persona exigente consigo misma. ¿Tiene esto mucho que ver con la carrera de danza que estudió hasta los 18 años?
Sí, aunque yo creo que es algo que ya viene en el ADN. Siempre he sido muy exigente y no me he conformado con nada, también porque mis padres me criaron de esa manera. La danza me dio eso de la disciplina en el trabajo y en la vida en general. Si un día iba allí y daba dos piruetas, al siguiente quería dar cuatro. Siempre pienso que lo puedo hacer mejor. Hay que intentar dar siempre el 100%, pero también hay que relativizar y entender que no pasa nada si un día solo puedes llegar al 10%, porque ese día puede que ese sea tu 100%. Hay que encontrar un equilibrio ahí. Al final, cumplir años no es tan malo. Al revés, a mí me gusta, porque cada vez me siento mejor conmigo misma.
También exige mucho a los demás. ¿Le ha ocasionado eso algún problema en el trabajo?
En el trabajo no, ahí soy muy permisiva. En mi vida privada, con mis parejas y mis amigos, sí. Pero esto también es algo que he ido resolviendo.
En la serie que acaba de estrenar, 4 estrellas, interpreta a una chica que se siente muy abandonada. ¿Alguna vez se vio usted en las mismas?
Sí, alguna vez sí. Por ejemplo, cuando fui madre o cuando era adolescente. Pero nunca de una manera tan extrema como en el caso de mi personaje, Marta Lasierra, que viene de una familia muy tradicional. A ella siempre la abandonan, y por eso vive en un estado de infelicidad constante, aunque luego tenga que mostrar que le pasa todo lo contrario.
Ha contado que un admirador localizó su domicilio por un descuido que tuvo en Instagram. ¿Pasó miedo?
Sí, sobre todo porque no entendía nada. Ahí vi el peligro de las redes sociales. Ahora que además soy madre, eso es algo que me aterroriza.
¿Se ha vuelto entonces más prudente a la hora de publicar cosas en las redes sociales?
Sí, sobre todo a la hora de dar detalles que me ubiquen en un sitio. Ahora comparto los sitios donde he estado, pero lo hago siempre una vez que ya me he ido de allí. Ahora soy más cuidadosa, sí.
¿Le sigue pareciendo sexy Pablo Iglesias, ahora que ya no tiene coleta?
¿Dije yo eso? ¡Ostras! A lo mejor me parecía sexy por todo lo que movió en su momento, pero no físicamente. A mí me parece sexy cualquier persona que es capaz de mover todo eso e ilusionar a tanta gente.
¿Por qué cree que la relación que mantuvo con Carlos Bardem escandalizó a algunos en su momento?
No sé, yo viví lo que viví y me daba igual lo que dijeran los demás. Nadie en mi círculo se escandalizó. Lo que la gente opinara en ese momento me daba igual.
Dice que de él aprendió cómo debe ser una relación. ¿Qué le ha enseñado su historia de amor con Mario Chavarria?
Que el amor es fácil. Si es difícil, no es amor o es otra cosa. Tienes que admirar a tu pareja, respetarla y que te respete, y pasarlo bien. Todo eso es lo que yo tengo con Mario. Por eso formamos una familia tan bonita y estamos felices.