Sus apellidos suenan a cine y a teatro, a dos grandes estrellas que ya forman parte de la historia de la interpretación y, sin embargo, ella ha estado alejada de la gran pantalla nada menos que cuatro décadas. Teresa Rabal (70 años) está de vuelta, ilusionada y con más fuerza que nunca. Su papel en la película Tin&Tina, junto a Milena Smit (26) y Jaime Lorente (31), era la gran oportunidad que esperaba y ha vuelto a despertarle el gusanillo de la interpretación, que siempre ha sido su pasión, con más fuerza que nunca.
La hija de Paco Rabal y Asunción Balaguer recibe a EL ESPAÑOL en su casa de la sierra de Madrid, repleta de recuerdos y fotos familiares de los que se fueron y de los que están, como sus hijos y sus nietos. Teresa habla con serenidad y dulzura sentada en el sofá blanco de su salón con vistas a la montaña. Un escenario perfecto para hacer un recorrido por su vida, su carrera, las ausencias que aún duelen y el futuro.
Su regreso al cine parece premonitorio, pues el nombre de su personaje coincide con el de su madre, que falleció en 2019 y a la que cuidó con mimo durante los últimos dos años olvidándose incluso de su propia enfermedad: un cáncer de mamá que por suerte superó. La actriz interpreta a Sor Asunción en este thriller psicológico con tintes de terror que ya está arrasando en Netflix. Reconoce que llegó en un momento ideal, cuando ya estaba en proceso de superación del duelo por la muerte de su marido, Eduardo Rodrigo; le hizo volver definitivamente a la vida.
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Bienvenida de nuevo, Teresa. ¿Le sorprendió recibir esa llamada después de tanto tiempo alejada al cine, con 70 años ya cumplidos?
Sí, me sorprendió, sobre todo porque el papel no tenía nada que ver con lo que yo había hecho, pero era eso precisamente lo que el director, Rubin Stein, buscaba. Fue él quien pensó en mí para el papel. Yo ya hace como un tiempo empecé a hacer cameos en series, así que cuando me llamaron para Tin&Tina, leí el guión y me encantó, porque además es muy adecuado a mi edad. Aunque no sea súper largo, sí es el hilo conductor de la historia.
Esta película le ha dado la oportunidad de trabajar con dos de los actores jóvenes más exitosos del momento, Jaime Lorente y Milena Smit, ¿cómo ha sido la conexión?
Una experiencia maravillosa, porque me tenía en palmitas todo el mundo. Milena y Jaime me han tratado siempre con un cariño muy especial. A ella, sobre todo, le impresionaba mi voz. Creo que está muy bien mezclar gente muy joven con otras personas con mayor recorrido en el mismo proyecto. Yo me acuerdo cuando empecé en el cine y el teatro que tenía siempre al lado actores ya hechos y con experiencia y eso hizo que fueran mis mejores maestros. Milena está fantástica en la película, todavía tiene mucho recorrido para seguir creciendo.
¿Por qué le ha costado tanto volver?
Pues porque tuve muchísimo éxito a nivel infantil en el mundo de la canción, un mundo al que se lo agradezco todo. Es verdad que he tenido el cariño de mucha gente de diferentes generaciones, pero echaba de menos mi profesión de actriz y tampoco tenía edad ya para estar dando saltos y cantando en el escenario, me sentía ridícula. Yo soy actriz por encima de todo. Lo echaba muchísimo de menos, así que estoy encantada. He vuelto para quedarme, porque soy feliz trabajando y ahora que no tengo responsabilidades puedo volcarme en ello.
¿Qué pensarían sus padres si la vieran de vuelta?
Se emocionarían muchísimo, porque ellos sufrieron mucho cuando dejé de ser actriz y es verdad que pienso mucho en ellos. El día del estreno me acordaba de ellos y hubieran llorado de la alegría, seguro.
Sus hijos la acompañaron en el estreno, ¿qué veredicto le han dado?
Les ha encantado y mi nieta, que también la ha visto, me dijo que soy la mejor.
En este tiempo que ha estado alejada del cine han cambiado muchas cosas en la industria. Ha surgido el movimiento #metoo y la mujer reclama igualdad de oportunidades, ¿cómo se ve todo eso desde la barrera?
Pues a mí me parece fantástico, porque creo que ya era hora que las mujeres tuvieran ese lugar, aunque es verdad que todavía siguen faltando papeles para nosotras a determinada edad. Parece que a partir de los 30 o 40 años ya no existen los personajes reales de mujeres y en la vida hay mujeres de todas las edades. Una actriz no solamente tiene que estar bella, ¿no? Los hombres sí que tienen papeles de mayores, mucho más, y eso no me parece justo.
En cuanto al tema del acoso, es verdad que yo nunca lo sufrí, aunque he de decir que cuando era joven era bastante bella... Sí conozco personas que lo han sufrido, porque antes era terrible. La mujer no es un objeto, ni tiene que ser acosada. Ha habido una gran evolución, pero aún hay cosas que cambiar.
¿Qué balance haría de su vida?
Aunque ha sido una vida de trabajo excesivo, he tenido una vida maravillosa. He tenido un marido con el que siempre me llevé fenomenal, fuimos dos compañeros de vida y de trabajo. He tenido suerte, aunque se ha ido muy pronto. Pero es lo que hay, los momentos malos tienes que saber superarlos, porque queda más gente. Te quedan tus hijos, te quedan tus nietos, que son los que me han dado una vida maravillosa. Yo vivo en la planta de arriba y mi hijo Luis con su familia en la de abajo, con lo cual los veo constantemente.
Echo la vista atrás y no me puedo quejar, sería muy injusto. He tenido altos y bajos, con enfermedades como casi todo el mundo, pero pensar en lo afortunada que he sido me ha dado fuerza para no hundirme, ni caer en depresión.
Hace seis años que murió su marido, el compositor Eduardo Rodrigo, ¿ha sido duro superar la ausencia?
Mucho, muchísimo. Me ha costado unos años empezar a retomar mi vida, lo he pasado muy mal hasta adaptarme a mi nueva vida, que no es la que yo quería. No es que haya estado enclaustrada porque tenía a mis hijos y mis nietos, pero no tenía vida propia. Desde hace un año he empezado a salir, he empezado a tener amigos otra vez y la verdad es que ahora me siento muy bien. La película me ha ayudado también mucho. Y ahora cada vez estoy mejor y quiero disfrutar los años que me quedan como me dé la gana. Por ejemplo, yo fumo, y no voy a dejarlo.
Sus dos hijos siempre se han mantenido alejados del foco mediático, ¿qué nos podría contar de ellos?
Mi hijo Luis tiene un estudio de grabación aquí abajo, es técnico de sonido y trabaja grabando discos y hace también es músico y hace galas y demás. María es directora de cásting, pero no le gusta nada que hable de ella. Eso sí, le hace mucha ilusión que esta película no pasó por ella, me llamaron directamente a mí. Mi hija es una excelente consejera, yo me apoyo muchísimo en ella porque me entiende como mujer y es tremendamente generosa.
Ha tenido una carrera muy larga, la gente pensará que se ha hecho millonaria...
Yo he tenido muchísimo dinero, es verdad que he ganado una barbaridad, pero también he pasado épocas de crisis y de enfermedades y demás. Lo que sí puedo decir y estoy súper tranquila, es que he podido pagar absolutamente todas mis deudas. He tenido que vender mis propiedades, mi casa y todo esto, pero estoy liberada. A mí me costó muchísimo salir de mi casa, pero me traje todos mis recuerdos y estoy muy a gusto.Yo no me he arruinado, que se ha dicho en alguna ocasión, he pagado las deudas.
En Tin&Tina se refleja el lado más obsesivo de la religión, especialmente en su personaje, sor Asunción.
Ella es una monja chapada a la antigua, de esas de "la letra con sangre entra". Quiere a los niños, pero los tiene aterrorizados. Sor Asunción es el fiel reflejo de la religión que había antes. No sólo la católica, todas las religiones hacen mella en el ser humano. Muchas cosas tendrían que cambiar. Yo respeto a la gente que tiene fe, pero a mí me parece que las religiones hacen daño.
¿En qué cree Teresa Rabal?
En el ser humano, creo en la vida, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Creo que la vida es maravillosa, aunque a veces tengas que pasar por baches terribles, pero hay que saber superarlos.