Ellos han sido los que han dado la mayor noticia bomba de la historia de Sálvame, casi coincidiendo con el final del programa. Ahora, tras confirmar al mismo tiempo su relación y anunciar su boda para septiembre, Kiko Hernández (46 años) y Fran Antón (42) continúan con su vida habitual, más relajados ahora que no tienen que esconderse. 

EL ESPAÑOL ha tenido acceso en exclusiva a las primeras imágenes de ambos juntos desde que el colaborador televisivo confirmara que se casa. Las imágenes escenifican, además, cómo es su rutina y su forma de enfrentar esta nueva etapa. Hace unos días, Kiko se dejaba ver llevando personalmente a su novio al aeropuerto.

Pese a que ahora su relación es pública, él sigue siendo precavido y procura no exponerse demasiado. Por eso, ni siquiera aparcó en el párking del aeropuerto madrileño, prefirió parar en las zonas reservadas para la bajada y recogida de pasajeros justo enfrente de las puertas de entrada de la terminal.

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Kiko llevó a Fran Antón al aeropuerto. Clipper Press

Ambos se despidieron a través de la ventanilla, intercambiando algunas frases pero sin demasiada efusividad. Fran volaba a Melilla, su tierra natal, donde le esperaban unas jornadas de ensayo teatral. Vive a caballo entre Madrid y la citada ciudad autónoma, así que sus viajes son constantes.

El actor, con bermudas negras, camiseta blanca y zapatillas Vans con calcetines Fila, no llevaba maleta. Una sola mochila bastaba para meter sus enseres y así de paso se evitaba facturar. Tras decirse adiós, entraba en el edificio para coger su vuelo. Es poco menos de dos horas lo que se tarde de Madrid a Melilla.

Mientras tanto, Kiko regresaba a casa, no sin antes parar en una gasolinera para repostar. Es ahí cuando se pudo comprobar que, al igual que su pareja, llevaba prendas deportivas aunque de colores más llamativos. No soltaba el teléfono móvil ni un momento y tampoco su botella de agua mineral. Este distanciamiento físico duró poco, ya que dos días más tarde era el colaborador de Sálvame quien volaba a Melilla para reencontrarse con su futuro marido y pasar unos días de descanso.

No lo hacía solo, con él iban sus hijas, Jimena y Abril (6), que conocen a Fran desde hace tiempo y todo parece indicar que ya son una familia unida. Fue Kiko, siempre hermético en lo que se refiere al tema de las menores, quien destacó el papel del actor con sus niñas. "He encontrado al hombre de mi vida, al mejor padre que me puede ayudar en este camino que tengo con mis hijas y a la persona que más quiero en este mundo", dijo en Sálvame el pasado 13 de junio.

El colaborador de 'Sálvame' pasó por la gasolinera antes de regresar a casa. Clipper Press

Así pues, una vez todos reunidos disfrutaron de unos días de vacaciones en la intimidad. Hernández y Fran Antón comparten trabajo y amor sin ningún problema. Ambos tienen en común la empresa Khanton Producciones, que es la unión de las iniciales del colaborador con el nombre de pila de su novio. A través de esta productora llevan a cabo sus obras de teatro y precisamente el martes 20 de junio se estrena en Melilla un musical infantil titulado La avispa Teva, que dirige Fran.

Curiosamente, en julio llevan a las tablas otro libreto que se llama Casarse está sobrevalorado. Ellos no deben pensar lo mismo porque el próximo mes de septiembre se darán al fin el 'sí, quiero'. Todos las informaciones sobre su enlace secreto, que desde Sálvame apuntaban que se había producido el pasado 10 de junio, quedaron en nada, porque finalmente las noticias no eran ciertas, aunque sí hubo fiesta quizá de pedida. Ahora, los futuros esposos tienen un largo verano por delante para hacer todos los preparativos y cumplir su sueño de formalizar su unión. 

El anuncio de que Kiko Hernández mantenía una relación sentimental con el actor, después de meses de rumores, ha sido algo inesperado pero muy emotivo para todo el equipo del programa insignia de Mediaset. Aún se desconoce quiénes asistirán al esperado enlace y si éste será multitudinario o algo más íntimo. Falta por confirmar la fecha exacta y sólo han aclarado que tendrá lugar en Melilla.