Ha sido un enlace exclusivo y esponsorizado, donde los contrayentes han hecho todo lo posible para que no trasciendan demasiados detalles. Sin embargo, la realidad es que se saben muchas más cosas de las esperadas de la boda blindada de Tamara Falcó (42 años) e Íñigo Onieva (34).
¿Cómo pasó el novio sus últimas horas?, ¿a qué hora salió el traje de la novia dirección a El Rincón?, ¿qué medidas de seguridad han impuesto los contrayentes?, ¿cómo fue la reacción del novio al ver a Tamara? Todas estas preguntas tienen respuesta en la crónica del enlace, con los detalles más íntimos y privados.
Aunque las horas estaban muy pautadas, finalmente, el inicio de la ceremonia se ha retrasó 45 minutos, pero fue muy emotiva. Entre las ausencias, Enrique Iglesias (48), que finalmente no estaba presente. Han brillado especialmente las joyas de algunas de las invitadas como los pendientes de 7.000 euros de Vicky Martín Berrocal (50) o el collar de la hermana de Íñigo, valorado en más de 130.000 euros.
Así fueron las horas previas: la otra fiesta de Íñigo
Los novios pasaron la noche separados, ella en casa de su madre, Isabel Preysler (72), acompañada de sus hermanas, y él, solo en su domicilio de Madrid. Tamara abandonó la preboda sobre las 12 de la noche del viernes 7 de julio, pero su futuro marido, tras despedirla con un apasionado beso frente a los periodistas, volvió a entrar el Ritz y se quedó de fiesta dos horas más.
Recuperados de la resaca de la preboda, la marquesa de Griñón permanecía tranquila toda la mañana y se dirigía al palacio acompañada por su maquilladora y otras personas después de comer para empezar a prepararse, ayudada por Wes Gordon (36), el diseñador de su vestido de novia. Por cierto, el traje salió directamente del Mandarin Oriental Ritz por la mañana y viajaba con una máquina de coser, por si fuera necesario hacer retoques de última hora. De hecho, ha tenido que reformarse en la última prueba porque la novia ha perdido peso en los últimos días.
Mientras tanto, Onieva reunía a un nutrido grupo de amigos en su casa, incluido su hermano Jaime, para disfrutar de los últimos coletazos de su soltería con buena música y comida a domicilio: pizza concretamente. Otra fiesta prenupcial que se alargó más de lo necesario, pues eran las 17,15 horas cuando salía de casa, medio vestido ya de novio, rodeado de sus íntimos. Esto tiene una razón: se habían hecho una sesión de fotos de él solo preparándose y acompañado de todos esos amigos
La llegada de los invitados
Los horarios de la boda estaban milimetrados. A las 17,15 horas salían los autobuses fletados por los novios para trasladar a los invitados desde el hotel Ritz de Madrid. Según se especificaba en las instrucciones, no debían llegar a El Rincón ni antes de las seis, ni más tarde de las 6,30 horas, ya que a las siete comenzaba la ceremonia religiosa. El perímetro del palacio contaba con mucho personal de seguridad, protegiendo la entrada para evitar cualquier contratiempo o filtración.
Las anécdotas de la ceremonia y las lágrimas de Íñigo
El ya marqués consorte de Griñón no pudo evitar emocionarse hasta las lágrimas al ver llegar a la novia al altar, con el velo de su maravilloso vestido nupcial sobre el rostro. Íñigo quiso incluso rendir homenaje a Tamara llevando unos gemelos con la inicial de su nombre para cerrar el puño de su camisa bordada con las suyas. No han sido los únicos gestos del empresario, también ayudaba a su esposa a caminar para evitar que se pisara el vestido al caminar. El llanto estuvo muy presente, pues tanto Carolina Molas (53), como Chábeli Iglesias (51) también se emocionaron mucho. En la misa, celebrada en las caballerizas del palacio, han participado no uno, sino tres sacerdotes: Miguel Cruz, el encargado de oficiarla, el padre Ángel y el padre José Luis, de la diócesis de Valencia. Los hijos de Ana Boyer (34) y Fernando Verdasco (39), Miguel (4) y Mateo (2), tuvieron un papel muy importante como pajes. Los pequeños adoran a tía Tamy, como llaman a Tamara, y estaban muy emocionados.
Estrictas normas de seguridad y recorte de invitados
Aunque en un principio la pareja tenía una lista de casi 2.000 personas para su boda, finalmente, debieron recortarla drásticamente al parecer por indicación de la publicación que les ha pagado la exclusiva. En el programa Y ahora Sonsoles se indicó que, además, hay quien se ha negado a ir al enlace por considerarlo demasiado patrocinado, como Sassa de Osma (35) y su marido, el príncipe Cristian de Hannover (35). Algunos de los asistentes a la fiesta del viernes 7 de julio tampoco habían recibido su invitación.
Las medidas para que no se filtraran fotos de la ceremonia o el banquete fueron exhaustivas. Estaban prohibidos los móviles, aunque se había dispuesto una sala donde sí podían ser utilizados bajo supervisión, además de proporcionar un número de teléfono en el que podrán ser contactados y localizados en caso de cualquier tipo de emergencia. Los invitados han tenido que firmar un contrato para preservar la intimidad.
Un menú de estrella Michelín y música en directo
El chef vasco Eneko Atxa, con tres estrellas Michelin, fue el encargado de elaborar el menú del banquete. En cuanto al vino, como no podía ser de otra manera, contó con varios caldos de la bodega familiar Marqués de Griñón y también su aceite, como homenaje personal de Tamara a su padre. Además, se ha incluido uno de esos platos de caza que tanto gustaban a Carlos Falcó. Antes de la cena, se sirvieron cócteles y un catering para ir abriendo boca. Más de 200 personas han trabajado en El Rincón para que todo salga perfecto y, como los invitados, han tenido que estampar su rúbrica en un contrato de confidencialidad. El grupo británico Aston fue el encargado de tocar durante el cóctel y la música ha sido supervisada personalmente por los novios.