Con todos los acontecimientos ocurridos en los últimos meses, Tamara Falcó (41 años) está a punto de desbancar a Isabel Pantoja (66); no en el cante, precisamente, si no en cuestión de ser gafe. Llegar a dar el 'sí, quiero' el 8 de julio a Íñigo Onieva (34) ha sido casi un milagro, por utilizar una terminología afín al universo místico de la hija de Isabel Preysler (72).
El suceso más reciente ocurrió el pasado 29 de junio cuando a los hermanos Guerrero del Páramo les atracaron mientras conducían a la altura del término municipal de Las Rozas (Madrid) llevándose joyas por valor de dos millones de euros -brazaletes, collares y pendientes vintage- que iban a lucir algunos de los invitados al enlace.
Entre ellos, se habló de la madre del novio, Carolina Molas (53), pero Antonio Rossi desmintió en El programa de Ana Rosa que fuera así ya que, aunque es amiga de los dueños de la joyería Del Páramo Vintage de Valladolid, que también cuentan con un showroom en el madrileño barrio de Salamanca, llevará las de su familia.
[El romántico beso de Tamara Falcó e Íñigo Onieva en su primer acto tras reconciliarse]
Tres días antes del enlace, la Guardia Civil se presentó en el palacio El Rincón, aunque nadie ha asegurado que se tratara sobre este incidente. Más bien todo parecía indicar que se trataba de hacer una ronda por todo el recinto para terminar de orquestar el amplio dispositivo de seguridad de una boda blindada que ofrecerá en exclusiva la revista ¡HOLA! el lunes 10 de julio.
Nuevamente volvió a aparecer la sombra de la infidelidad por parte de Onieva ya que una agente de la Policía Nacional afirmó que en marzo de 2022 había tenido relaciones con el empresario, supuestamente, en casa de la novia y en uno de los dos negocios -Tatel o Lula Club- donde había trabajado el novio hasta que le despidieron porque su actividad estaba por debajo de las expectativas de los dueños. Ese desliz es anterior al multimediático beso que dio la vuelta al mundo en redes sociales en el que se veía a Íñigo besando a otra chica en el Festival Burning Man, celebrado el mes de agosto en la ciudad efímera Black Rock City en el desierto de Nevada.
Desgraciadamente, las imágenes se filtraron al día siguiente de que se oficializara el compromiso entre Falcó y Onieva el 22 de septiembre de 2022. En poco tiempo, la hija de la reina de corazones borró la foto oficial de su Instagram y empezaron a temblar los cimientos de su boda. La nepo baby se refugió en la mansión de mamá en Puerta de Hierro mientras el infiel se escapaba de Madrid o lidiaba con malos modales con la prensa. Pero el catolicismo de Tamara le hizo reflexionar y, como existe el perdón, volvió con su amado a quien considera "el gran amor de mi vida". Su madre le advirtió: "la gente no cambia". Pero tía Tammy, como le llaman sus sobrinos Mateo (4) y Miguel (2) -hijos de su hermana Ana Boyer (34) y de Fernando Verdasco (39)- hizo caso a su voz interior, le perdonó, y a principios de este año la pareja viajó al Polo Norte.
Hay que añadir que justo una semana antes del enlace, Mario Vargas Llosa (87) fue ingresado en la clínica Ruber tras infectarse por segunda vez de la Covid. Unas horas antes, durante el encuentro XVI Foro Atlántico confesó a la prensa que auguraba a los novios un "gran futuro" y que por Tamara Falcó "siento un gran cariño". No hay que olvidar que el Nobel fue pareja de la Preysler entre 2015 y 2022. Haciendo un flashback cronológico sobre las desventuras de los Falcó-Onieva, hay que hacer referencia al trajín del vestido de novia que ha obligado a la enamorada y a su madre a viajar tres veces a Nueva York ya que 19 personas bajo las órdenes de Wes Gordon -director creativo de Carolina Herrera- está ultimando los detalles de un diseño inspirado en el que llevó Grace Kelly cuando se casó con Rainiero III de Mónaco en abril de 1956.
En principio, el vestido lo iba a confeccionar la firma bilbaína Sophie et Voilà, cuyas creadoras son Saioa Gomita (CEO) y Sofía Arribas (directora creativa), pero a mediados de mayo enviaron un comunicado en el que rompían la relación "como consecuencia del incumplimiento contractual por parte de la Sra. Falcó" porque "nuestra ética nos impide traspasar ciertos límites". Se comentó que Tamara les había ofrecido varias ideas que podrían ser copia de otros diseños.
Los novios no han cesado de hacer escapadas, juntos o por separado, y no exentas de pequeños contratiempos. Cuando en abril volvieron de Indonesia, Tamara había engordado unos kilos, la Buchinger de Marbella la llamaba a gritos, y cogió una gastroenteritis que la dejó en cama varios días. Posteriormente viajaron a París, donde la aristócrata sufrió un esguince.
Ante tanto gafe y aguafiestas, Tamara contó en El Hormiguero que un día, en casa de su madre, "de repente abro un Glovo y digo aquí huele a incienso… me dice mi hermana ¿pero tú has visto…? Me mandaron a dos Santeros a casa, imagínate yo, echando agua bendita por todas partes… jajajajaja… llamando a los sacerdotes preocupadísima… ¿pero esto puede tener algún efecto?". No podía parar de reírse.
No hay que olvidar que la primera fecha dada por los novios fue la del 17 de junio, pero tuvieron que posponerla al 8 de julio porque alguien muy cercano a la familia tenía un importante asunto personal al que tenía que hacer frente. Se habló de que por esa fecha, su primo hermano e íntimo amigo, Álvaro Falcó (38), estaba esperando su primer hijo con Isabelle Junot (32), que nació el 11 de junio.
Además, también se ha escrito que El Rincón, del que Tamara es copropietaria junto a su hermano Manolo, que ejercerá de padrino, estaba en bastante mal estado y que se había puesto a la venta por 7 millones de euros. Todo quedó desmentido, pero lo cierto es que algunas zonas de esta fortificación necesitan reformas. Tan solo desear a los novios que sean felices y coman perdices.