Samuel Eto'o (42 años) y su hija Erika (24) han sellado la paz. Tras una larga batalla judicial, han llegado a un acuerdo que establece que el exfutbolista camerunés ha pagado a lo joven todo lo que le debía por pensión de alimentos. Cabe recordar que la diferencia económica entre ambos era abismal. Él fue durante tres años el jugador más rico del mundo, mientras ella trabaja de dependienta en un supermercado.
La negociación se ha cerrado esta semana con el ingreso del dinero acordado en la cuenta corriente de la joven, y después de una intensa negociación entre los abogados de ambos. Así, según ha podido saber EL ESPAÑOL, Erika ha retirado las acciones judiciales que existían frente a Samuel Eto'o, poniendo fin a los dos procesos judiciales que estaban en curso: el penal y el civil.
Fue en 2018 cuando Erika Do Rosario Nieves presentó una demanda para que le fuese reconocida la paternidad del exfutbolista, que conoció a su madre, Adileusa, en una discoteca de Madrid en 1997, cuando el jugador militaba en el CD Leganés.
Aunque la demanda se presentó en 2018, la pensión de manutención -1.400 euros mensuales- se concedió en una vistilla celebrada en 2020, que es lo que ahora se reclamaba, lo que se manifestó de nuevo por escrito en una demanda presentada días antes en el juzgado de primera instancia número 83 de Madrid.
La denuncia contemplaba la petición de 12 meses de prisión para el exjugador, que ya cuenta con antecedentes como los 22 meses a los que fue condenado por delito fiscal en Italia y el impago de pensiones a otra hija en el mismo país.
El abogado ha explicado que la madre de la joven comunicó en febrero de 1998 al jugador que estaba embarazada y éste "le dijo que actuaría de forma responsable respecto al hijo común, aunque prefería que no tuviera al niño".
Ha añadido que "durante el embarazo intentó comunicar con el futuro padre, pero éste no contestó a sus llamadas telefónicas ni a sus correos" y le avisó mediante un mensaje telefónico de que iba a dar a luz, sin obtener respuesta por su parte. Erika nació en 1999 en el hospital de la Fundación Alarcón de Madrid, cuando el futbolista militaba en el RCD Espanyol, sin que el jugador la reconociese en ningún momento.
Para sacar adelante el proceso, la joven aportó pruebas biológicas que avalaban su testimonio, lo que ha hizo que el juez admitiese la demanda, aunque Eto'o nunca atendió los requerimientos del juzgado. Erika, según el comunicado difundido por el abogado, "lamentó mucho tener que presentar querella contra su padre, pero era la única forma de poder cobrar su derecho".