En la esquina de Broadway con la Séptima Avenida de Nueva York, en concreto en la West 47th Street, se erige un histórico teatro que está a punto de cumplir 100 años y por cuyas tablas han pasado desde Sigourney Weaver (73 años) a Samuel L. Jackson (74), entre otras superestrellas. Este pasado domingo, 20 de agosto, el telón del Etheral Barrymore Theatre se levantó, -podemos decir que levitó-, para dejar paso a la figura de un español a quien los americanos llamarían a freak of nature.
Un insólito, sorprendente e increíble fenómeno de la naturaleza que a estas alturas no necesita presentación: Antonio Díaz, El Mago Pop (37). Al ilusionista más famoso de Europa le queda pequeño el Viejo Continente y ha cruzado el charco, como le prometió a su madre cuando era pequeño; volando, literalmente, y con su show se ha coronado como el hombre del momento en Estados Unidos. "Es increíble estar compitiendo con los mejores espectáculos del mundo, con un espectáculo como el mío, cocinado a fuego lento, en la habitación de un niño pequeño que jugaba con cartas y monedas", declara Antonio Díaz en conversación con EL ESPAÑOL.
Nadie es capaz de medir hasta dónde pueden llegar los poderosos tentáculos de este chaval de Badía del Vallès, un pueblo de Barcelona de 13.000 habitantes, después de haber dejado sin palabras al mismísimo Stephen Hawking, Victoria Beckham (49), Arnold Schwarzenegger (76), Shakira (46) o Lin-Manuel Miranda (43), creador del musical Hamilton.
Éste último, por cierto, el pasado domingo, de la forma más discreta, cuando las luces del Barrymore se apagaron para dar comienzo al espectáculo se coló entre el público de Nada es impossible Broadway Edition. También tuvo Díaz la compañía de otros amigos, como el actor Álex González (43) o Christian Slater (El nombre de la rosa, Heathers), que a la salida sólo podía decir "increíble". Al final de la función, y a pesar de que no le gusta que suceda, El Mago Pop se quitó su escudo encantador y pasó a ser simplemente Antonio. Se rompió. Una cascada de lágrimas brotó de sus ojos por la emoción de verse aclamado por el público americano en pie.
"Me acordé de mis padres, de mi padre que se fue hace poco, de mi madre, de mis hermanos, que son todo para mí. Me acordé de todo el equipo, de todos los sacrificios que hemos tenido que hacer, porque conseguir cosas extraordinarias implican sacrificios extraordinarios", apuntaba El Mago Pop, que en esta residency neoyorquina ha llegado a hacer tripletes en un mismo día.
Más complicado aún que resolver cualquiera de sus trucos resulta el intentar averiguar cómo un chico de Barcelona que hace 10 años "no tenía público" ha logrado meterse en el bolsillo a medio mundo. Antonio Díaz representa el sueño americano -esa idea utópica de que existe la oportunidad de prosperar y de tener éxito da igual del estrato social del que provengas-, pero para eso también tienes que estar hecho de otra pasta: el compromiso con su proyecto, con su público y con su pasión, la magia, son sólo algunos de los ingredientes de su éxito. Por el camino, se ha visto obligado a renunciar a algunas de las cosas más simples y sin embargo más bonitas de la vida.
"He renunciado a pasar tiempo con mi familia y con mis amigos. Vivo fuera de casa 11 meses al año, el 90 por ciento de mis pensamientos al cabo del día tienen que ver con el trabajo. Todo esto ha requerido de una obsesión prácticamente enfermiza, ¿no? Tengo la sensación de que mientras que tú no estás trabajando, hay un mago en Indonesia, por ejemplo, que está aprendiendo algo que va a ser la hostia y que va a llegar antes que tú. Mi vida personal ha quedado a un lado durante muchos años. Uno de mis objetivos para el futuro es conciliar eso", detalla, sincero, el ilusionista.
Y prosigue: "Tengo muchas ganas de llegar a conciliar algo tan grande como es lo que nos está pasando a nivel profesional con una vida personal tranquila, porque yo soy una persona muy tranquila, que está todo el día rodeado de confetti, fuegos artificiales y de una ciudad como esta, que es rock and roll".
Este año 2023, su espectáculo Nada es imposible – Broadway Edition ha ingresado en el Millonaires Club al superar el millón de euros de recaudación en las funciones de una sola semana, siendo el primer show en Cataluña en conseguirlo y el segundo a nivel nacional. Esa misma semana alcanzó la impresionante cifra de 2.800.000 espectadores, lo que daría para llenar 200 veces el WiZink Center o el Palau Sant Jordi. El pasado marzo, Antonio Díaz adquirió un teatro con 2.800 localidades en la ciudad de Branson, Misuri, Estados Unidos. Se trata del segundo coliseo en su dorado patrimonio inmobiliario, pues el Victòria, de Barcelona, ya es suyo. Branson es el principal destino turístico para los estadounidenses.
Antonio ha hecho historia, hace cosas magnas, pero valora enormemente lo pequeño: un vinillo con unos amigos o una buena película. "A mí me emociona mucho el deporte. Me gusta el atletismo, la natación, que son deportes que no se ven mucho en el día a día. Cuando uno de ellos llega a la meta, soy capaz de ver su historia de sacrificio y se me cae la lagrimilla. Me encanta el tenis, el cine. Al teatro voy poco porque coincido en tiempo con ellos. Me encanta pasar tiempo con mis amigos, las conversaciones intensas con un vinillo...", dice con nostalgia.
Este diario se interesa si entre tanto ensayo y sold out shows hay tiempo o deseos de enamorarse y de formar su propia familia como padre. El Mago Pop es tajante: por supuesto, aunque es difícil. "A nivel de enamorarse... ¡si ya es complicado para todo el mundo! ¡Es complicadísimo! El mundo se ha vuelto muy complicado, pero el amor es lo que nos mantiene vivos. Es muy difícil conciliar la vida personal con la profesional. Lo intento de la mejor manera posible. Han sido años de aprendizaje. Estoy en proceso de aprender cómo conciliar todo. Algún día me gustaría formar una familia. Me encantaría ser padre. Con lo que me gusta contar historias... Lo de Broadway es una excusa para darle la chapa a mis hijos (risas)".
Díaz es de esas mentes inquietas que disfrutan más del proceso que del gran día, del glitter y de la opulencia. A él donde verdaderamente le gusta estar es en el local de ensayos, con su equipo, explicando sus ideas: su última locura. El próximo octubre, antes de comenzar otra temporada en el Victòria de Barcelona, tiene prevista una aparición en un late night americano "y me quiero complicar la vida". "Quiero hacer un superjuego, porque aprendí, a propósito de lo de The Today Show, que el boom que supuso es lo que ha hecho que nuestra estancia en Broadway sea como está siendo de exitosa. Yo soy de los que prefiere no aparecer mucho en tele, pero cuando apareces que sea algo espectacular. Esa cosa tan de Copperfield de los 90, de que si salgo, hago un movidón. Ahora estoy pensando en eso, a nivel impacto, a nivel impacto mágico, a nivel impacto que sea algo... Wow".
En mayo de 2024, El Mago Pop comenzará su primera temporada en el Branson Magic Theatre, en Estados Unidos y en octubre de ese mismo año regresará a Madrid, la ciudad que tantas alegrías le entregó durante una etapa importante de su existencia. Ahí hará vibrar al Teatro Alcalá. ¿Qué hay detrás de esta arrolladora fuerza del universo si no es pura magia?