Fue el pasado mes de febrero cuando el futbolista Achraf Hakimi (24 años) fue acusado de presunta violación. En concreto, la Fiscalía francesa abrió una investigación contra el deportista por un supuesto delito de violación, del que finalmente fue imputado. Todo un escándalo que zarandeó la, hasta entonces, tranquila vida conyugal de Hakimi con su mujer, la actriz Hiba Abouk (36).
En pleno estallido mediático, Abouk tomó una importante decisión: disolver su matrimonio y desvincularse del proceso. Hiba anunció el 27 de marzo de 2023 su separación del futbolista Achraf Hakimi tras cinco años de amor y dos hijos en común. Lo hizo a través de un doloroso texto, a modo de comunicado.
"Hace ya un tiempo que, después de meditarlo mucho, el padre de mis hijos y yo tomamos la decisión de poner fin a nuestra relación de pareja, mucho antes de los hechos acontecidos en los que me he visto involucrada mediáticamente y de los cuales soy totalmente ajena", manifestó.
[Hiba Abouk rompe su silencio tras la imputación de Achraf Hakimi por presunta violación]
Alejada del foco mediático desde entonces, la protagonista de El príncipe está totalmente volcada en sus dos pequeños, Amín y Naím -de 3 y 1 año respectivamente-, y con ellos está viviendo su primer verano de soltera. Días marcados por la tranquilidad en los que Hiba ha disfrutado de varias semanas de vacaciones en Túnez, tierra de origen de su familia, y tras los que ha regresado a Madrid para retomar sus compromisos profesionales.
Su esperada reaparición ha tenido lugar en la première de la primera película de Mario Casas (37) como director, Mi soledad tiene alas. Radiante, ha apostado por un look informal y cómodo de Adidas, con zapatillas deportivas, calcetines altos, minifalda negra y camiseta de algodón y manga corta en el mismo color.
Muy discreta, Hiba ha evitado entrar en detalles sobre cómo marchan las negociaciones con Achraf para llegar a un acuerdo de divorcio que satisfaga a ambos -ella le reclama 10 millones de euros por los 3 años que estuvieron casados, pero él, cuya fortuna está a nombre de su madre, le ofrece sólo 2-, y tampoco ha querido pronunciarse sobre las declaraciones de su exsuegra criticándola abiertamente.
Sin embargo, sí ha lucido la mejor de sus sonrisas, feliz por retomar su vida social en Madrid y reencontrarse con compañeros y amigos de profesión. "Estoy muy tranquila, muchas gracias, buenas noches", ha asegurado, confirmando así que tras la tempestad llega la calma y cinco meses después de anunciar su separación de Hakimi, está serena y centrada en sus hijos.
Además, y con un revelador y escueto "sí", Hiba ha afirmado que su divorcio se resolverá de la mejor manera posible por el bien de todos.
Las palabras de Hiba
"Hoy me siento en el deber de hacer público este comunicado para manifestar mi estado de ánimo y aclarar en primera persona las informaciones erróneas que circulan. Y aun cuando en determinados temas o asuntos delicados el silencio puede favorecer, tengo la necesidad perentoria de explicarme para así poder retomar mi vida personal, pública y profesional de la manera menos perjudicial y traumática posible, protegiendo por encima de todo a mis hijos que son, como no puede ser de otra manera, mi absoluta prioridad", hizo llegar Hiba al medio El País.
El primero de sus objetivos fue dejar claro que su matrimonio con Hakimi, con quien se casó en secreto en 2020, había terminado, aunque no fue este espinoso asunto el causante. Abouk aseguró que la decisión se tomó mucho antes de que se conocieran los graves hechos que se le imputaban a Hakimi y lo explicó detalladamente.
"La realidad es que hacía ya un tiempo que, después de meditarlo mucho, el padre de mis hijos y yo tomamos la decisión de poner término a nuestra relación de pareja, mucho antes de los hechos acontecidos en los que me he visto involucrada mediáticamente y de los cuales soy totalmente ajena", apuntó.
Para remachar: "Después de tomar la decisión de separarnos legalmente y dejar de convivir, a la espera de los trámites de divorcio, quién iba a imaginar que además de enfrentarme al consabido dolor que acarrea una separación, y aceptar el duelo que conlleva el fracaso de un proyecto familiar al que me había entregado en cuerpo y alma, tendría que enfrentarme a esta ignominia. He necesitado tiempo para digerir este shock".