En la madrugada de este jueves, 7 de septiembre, ha fallecido la artista María Jiménez a los 73 años de edad. Una triste pérdida para la música y el arte que ha lamentado, en primer lugar, su hijo, Alejandro Jiménez (40 años).
El vástago de la artista, fruto de la historia de amor de ésta con Pepe Sancho, ha roto su silencio en la mañana de este jueves. Emocionado, Alejandro ha asegurado primeramente: "Gracias por estar aquí. Ha sido un disgusto, no nos esperábamos que esto fuera a pasar tan rápido. Ella no ha sufrido, ha tenido una muerte digna. El verano había ido estupendamente. Lo hemos pasado de miedo".
En esa línea, el hijo de María Jiménez ha pedido al público que "brinde por ella y escuche su música" para entender la obra de una artista que "ha llegado al nirvana de su profesión, que es lo más bonito, y encima lo ha compartido".
Alejandro ha atendido a los medios de comunicación en la capilla ardiente instalada en el Ayuntamiento de Sevilla tras el fallecimiento la pasada madrugada de su madre. "Ella no ha sido una sabionda, ha vivido y sufrido muchísimo", ha destacado el joven, que ha recordado que su madre "quería compartir" su experiencia y "apoyar a toda la gente que puede vivir una situación de maltrato y que también se han apoyado en ella".
Jiménez hijo ha puesto como ejemplo también al colectivo LGTBI, que le trasladó en una ocasión su admiración por ella porque "había podido destaparse mientras ellos estaban cohibidos, por lo que era una inspiración para ellos".
Ha detallado, además, que la artista "no se ha enterado" de los últimos momentos de su vida, ya que llegó a Sevilla procedente de su casa de Chiclana (Cádiz) hace un par de días y "ayer estaba bromeando con su hermana cuando fue a hacerse el TAC", una visita al médico a la que "se resistía" después del cáncer de colon que se le diagnosticó hace unos años.
"No nos hemos enterado ninguno, yo tampoco", ha dicho Alejandro, que ha añadido que su madre "ha pasado el verano feliz junto a sus nietos, que es lo que quería".
El hijo de María Jiménez ha hecho cumplir los deseos de la artista para su capilla ardiente, instalada en el Salón del Apeadero del Ayuntamiento: intenso olor a incienso y sobre el féretro un mantón de manila negro, que perteneció a la madre de la artista.
Junto a él una foto de la cantante en la portada del disco Átame a tu cuerpo, colocada sobre la tela de plumas de pavo real con la que puso imagen al disco Donde más duele, en el que versionó a Joaquín Sabina (74).
Alejandro ha trasladado también el deseo de María de que en algún momento durante su despedida suene la canción Vida, incluida en su último disco, La vida a mi manera, que ha definido como "doce puñales" que "llegan al alma".
Nada más enterarse de su fallecimiento, hasta el Tanatorio de la S30 -donde han estado los restos mortales de María hasta que se ha abierto su capilla ardiente en el Ayuntamiento- se han acercado amigos y admiradores, además de su hijo Alejandro, que ha dado muestras de entereza en estos durísimos momentos y ha invitado a todo el mundo "a brindar esta noche con una buena copa por María, yo es lo que voy a hacer".
La diseñadora Aurora Gaviño, con la que la cantante tenía una gran amistad, ha sido una de las encargadas de decorar la sala del Ayuntamiento. "En estos dos días no ha sufrido nada. Una larga enfermedad y se ha ido estupendamente, disfrutando muchísimo el verano con su hijo, que para quitarse el sombrero y nada", ha contado Gaviño, emocionada, explicando que dentro de lo que cabe la familia está "contenta" porque María se ha ido "sin sufrir" y "disfrutando hasta el último momento del verano".
Otro de sus grandes amigos, Carlos Telmo, tampoco ha dejado pasar la ocasión de acercarse hasta el tanatorio, y ha destacado de la artista que "era una maravilla de persona. Simpatiquísima, bella, valiente, transgresora, rebelde y después una artistaza impresionante, pero sobre todo, muy, muy simpática, muy normal".
El presidente de la Fundación María Jiménez y representante de la cantante, Francisco Moreno, reconociendo que a pesar de su enfermedad nadie esperaba este desenlace tan rápido, ha contado que la sevillana ha empeorado en los últimos días: "Estaba ingresada en el hospital. Ella ya lleva tiempo que no está como quisiera, pero se precipitaron las cosas. Vino a una revisión, ya ven su estado y la dejan ingresada desde el martes".
"María es una adelantada en todo, en la música, en todo lo que ha hecho, en sus declaraciones, en su forma de vivir. La vida la ha vivido a tope", ha destacado muy afectado.
Minutos antes de las 13:00 horas el coche fúnebre con el féretro de María ha llegado al Ayuntamiento, y poco después se abría su capilla ardiente, en la que hemos visto en primera fila a su hijo Alejandro y a su hermana Isabel recibiendo las condolencias de los cientos de sevillanos que se han acercado -y continúan haciendo- al velatorio para dar su último adiós a la inolvidable artista.
Entre ellos, Carlos Herrera (66) y Marisa Jara (43). El periodista, muy emocionado, ha definido a María como "una artista tremebunda, terroríficamente brutal, artista en todo lo que hacía. Siempre abrió su corazón de forma generosa, humana, incomparable. Era un volcán incontenible de sentimiento y luego tenía una gracia que arrasaba con todo. El corazón entregado a todo, se va una mujer excepcional".