Darling Arrieta, hermana del cirujano colombiano Edwin Miguel Arrieta, asesinado y descuartizado por Daniel Sancho (29 años), el hijo del actor Rodolfo Sancho (48), ha roto su silencio en el programa Mañaneros, de Televisión Española. El testimonio de Darling en un plató cobra valor, fundamentalmente, porque ha viajado desde Colombia, luchando contra su pánico a volar, según ella, para limpiar la imagen de su hermano.
"Quiero dejar claro que ésta es la única entrevista que voy a dar. No voy a dar ninguna otra entrevista a ningún otro medio de comunicación. Y quiero aclarar que no hemos recibido ningún pago por esta entrevista". Nerviosa, expectante, pero decidida, Arrieta salía de Santa Cruz de Lorica rumbo a Madrid este pasado lunes, 11 de septiembre, y a las 5:50 horas de este martes llegaba a España para hablar como nunca antes.
"Yo no sabía que existía Daniel Sancho", son las primeras palabras que Darling pronuncia en el plató del ente público. "Edwin y yo estábamos muy unidos, hablábamos todos los días cuatro o cinco veces. Cuando estábamos en familia, tratábamos tema de familia y dejábamos el mundo exterior fuera. Hablábamos cosas de mi papá, mi mamá, de mi hija, su sobrina, a la que él adoraba. El hecho de que mi hermano viniera a España o fuera a Tailandia no era raro porque a él le gustaba viajar", dice.
"Yo no sabía que existía ni que era amigo de mi hermano. Él tenía amigos de Chile, Argentina, Estados Unidos. Sé de él porque, cuando mi hermano no aparece, comienzo a buscarlo. El sueño de Edwin era homologar su título en España. Tuvo que venir varias veces a traer documentación y homologar el título. Estaba en ese proceso. Mi hermano velaba por nosotros. Él quería devolverles a mis padres el sacrificio que hicieron por él", detalla Arrieta, que empieza a emocionarse al recordar su hermano mayor.
"Al llegar a Tailandia me llamó, me dijo que había visto unos vestidos lindísimos para mi hija. Y ya, al día siguiente, nunca más volví a hablar con él. Él siempre nos llamaba. Estábamos muy unidos y por esa unión, hay una persona sindicada por el asesinato de mi hermano", comenta entre lágrimas.
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"No dábamos ningún paso sin consultárselo a mi hermano", desliza, y prosigue "llamé a dos amigas de él, les pregunté y me dijeron que no me preocupase porque podría ser que no tuviera roaming. Le escribí a WhatsApp. El último mensaje fue a las 13:05 horas de la tarde. Insistimos, y nada".
Darling desvela que empezó a rezar por su hermano hasta que en sus contactos de Instagram encontró a tres amigos de nacionalidad española. La cuarta persona era Daniel Sancho. "Inmediatamente, yo le escribo: 'Buenos días, soy Darling, hermana de Edwin. Estamos preocupados porque no nos hemos podido comunicar con él', y Daniel me responde: 'Estuvimos ayer juntos en la playa, pero le he perdido el rastro'". Sancho le cuenta a la hermana de Edwin iba a denunciar su desaparición, y esto sucede, según Darling, por la presión no sólo de ella, sino de dos amigas del médico que estaban con él en Koh Phangan.
La desesperación de Darling es tal que, en un momento en que no logra contactar con su hermano, dice que cerró los ojos e intentó conectar con él telepáticamente. "Fui al oratorio, porque soy muy creyente, y me puse en contacto con la cónsul de Colombia en Tailandia y le dije que no estaba sola, que estaba con Jesús", añade Arrieta.
"¿Por qué crees que Daniel Sancho reaccionó así?", pregunta Jaime Cantizano, cercano y cuidadoso con la entrevistada. "No lo sé", responde Darling. "No concibo cómo una persona puede asesinar de esa forma a un ser humano, y más siendo su amigo. Tú puedes tener rabia. ¿Asesinas? Vale. ¿Mataste? Ok. Pero no estás conforme con eso y lo degüellas, y no sólo eso, sino que lo descuartizas. Y no estás conforme con eso, sino que botas sus partes como un pedazo de papel. Ni a un animal que te encuentras muerto eres capaz de hacerle eso", asegura.
Las mentiras sobre Edwin
Agarrada a un Rosario con bolas de marfil que le regaló su hermano, Darling declara que "Dios todopoderoso me trajo aquí. Primero, porque están hablando de una persona muerta que no se puede defender. Segundo, dijeron que Edwin venía de una familia de narcotraficantes y que éramos peligrosos. Hay otros medios que han ido a Lorica, a mi casa, y saben quiénes son mis papás: personas de la tercera edad con hipertensión. Somos personas sencillas, con valores y trabajadoras. Mis padres se sacrificaron por darnos una educación a mí y mis hermanos. Han manchado el nombre de mi hermano Edwin y nos han puesto por el suelo".
"No se está respetando la memoria de mi hermano. Nadie les dijo que hablasen bien de él, pero tampoco hablen lo que saben. No hemos podido darle ni cristiana sepultura. Respeten el nombre de mi hermano. Lo he pedido, lo he dicho. Quiero que hoy, de corazón, les quede claro: no hablen mal. Dejen que la justicia de Tailandia se encargue de hacer el juicio", remata Arrieta.
Los Sancho, ¿en Colombia?
"Mi familia no tiene problemas en recibir en Colombia a los padres de Daniel. Son padres y están sufriendo. Ellos son padres. Y si ellos quieren ir a Lorica, nosotros los recibimos, no tenemos ningún problema con eso", dice Darling, para sorpresa de muchos. Y continúa: "Ellos están sufriendo y quieren sacar libre a su hijo, pues al otro lado del charco, como le dicen ustedes, mis padres no pueden volver a ver al suyo ni escuchar su voz".
"Todo lo que está sucediendo con la muerte de mi hermano es un circo. Los medios y los youtubers lo están utilizando para subir su audiencia. Yo le pido tres cosas a Dios: la primera, que las cenizas de mi hermano lleguen pronto y podamos darle cristiana sepultura. Segunda, que se haga justicia. Y, tercero, que llegue ya la calma y que ese arcoíris vuelva a brillar para nosotros. Ahora ese arcoíris va a ser más brillante porque ahí ahora estará mi hermano. Mi hermano era luz", concluye Darling con la voz entrecortada de la emoción.