Coincidiendo con el lanzamiento de su nueva canción, El Jefe, y cuando pensábamos que ya nada podría sorprendernos en Shakira (46 años), la cantante colombiana ha concedido una extensa e íntima entrevista a la revista Billboard en la que abre su corazón y, reconociendo que "todavía estoy exorcizando algunos demonios, los últimos que me quedan", arremete frontal y directamente contra Gerard Piqué (36) sin ningún tipo de compasión. "A la yugular. No sé hacerlo de otra manera" confiesa.
"Cuando hice Sesión 53 -con Bizarrap- la gente de mi equipo me decía: "Por favor cambia esto, ni se te ocurra salir con esta letra". Y yo decía: "¿Pero por qué?" No soy una diplomática de las Naciones Unidas; soy una artista y tengo todo el derecho a elaborar mis emociones. Es mi catarsis, es mi terapia, pero también sé que es la terapia de mucha gente; soy una voz de muchas personas.(...) Creo que canciones como la de Bizarrap, o como la que hice con Karol G, sí que han inyectado en muchas mujeres de hoy una fuerza, un empoderamiento, autoconfianza y también un respaldo para expresar y decir lo que necesitan decir" afirma, confirmado que la música fue una de sus tablas de salvación tras su separación de Piqué.
Revelando que en estos momentos está en una "etapa de supervivencia" y se siente "como un gato con más de nueve vidas", Shakira confiesa que en los últimos 14 meses -desde que rompió con el exfutbolista- ha pasado por varias etapas: "la negación, la rabia, el dolor, la frustración, la rabia otra vez, el dolor otra vez. Ahora estoy en una etapa de 'mantén tu cabeza por encima del agua'. Y en una etapa de reflexión".
Sus grandes prioridades en estos momentos, su carrera musical y sus hijos Milan y Sasha, sobre los que habla largo y tendido, asegurando lo felices que están desde que se mudaron a Miami el pasado abril. "Están muy bien en el colegio, les encanta. Aquí hay algo muy positivo para ellos y es que tienen un sentido de normalidad. Allá era muy difícil. Ahí en Barcelona les pesaba mucho ser "hijos de" y les pesaba mucho también toda la situación mediática. Teníamos los paparazzi en la puerta de la casa cada día, cada día. Aquí son niños comunes y corrientes que disfrutan de la normalidad, de lo que debe ser una escuela: un lugar seguro donde ellos pueden ser ellos. Como son sociables y son bastante abiertos fue muy fácil adaptarse", afirma.
Como confiesa, durante su relación con Piqué su carrera pasó a un "tercer plano" porque "mi prioridad era él, el hogar, la familia". "Yo creía en hasta que la muerte nos separe. Yo creía en ese sueño. Para mí, para mis hijos. Porque además mis padres han estado juntos, no sé, 50 años. Y se aman como el primer día. Entonces sé que sí es posible. Era lo que yo quería para mí y para mis hijos, pero no se pudo", se lamenta, asegurando que ha sacado el lado positivo a su ruptura con el exfutbolista, las canciones que ha lanzado desde su separación y que la han devuelto al número 1 de todas las listas: "Si la vida te da limones, hay que hacer limonada. Y eso es lo que estoy haciendo: limonada".
Más clara que nunca, Shakira reconoce que su separación fue la "etapa más oscura de su vida" y, aunque "cada vez menos", "todavía estoy rodeada de ratas". "Eso ha sido gran parte de lo que he hecho este último año. Limpiar la casa, exterminando las ratas" sentencia.
La "parte buena" de su dolor, como afirma, haber recuperado su música: "La vida de alguna manera te compensa. En un año perdí lo que más quería -Gerard- la persona en la que más confiaba _ mi mejor amigo que es mi padre, con el que no he podido volver a tener una conversación después del accidente que tuvo en Barcelona. Fue allí precisamente a consolarme, a darme apoyo en ese momento de mi separación y pasa eso. Llegué a pensar, ¿cómo me pueden pasar tantas cosas en un año? Pero bueno. A partir de ahí también mi música ha tomado un nuevo vuelo y supongo que esta es la manera que tiene la vida de compensar".
¿Es feliz? Shakira se abre en canal y confiesa que para ella "la felicidad es un lujo al que no todo el mundo tiene acceso. Está reservada para un selecto número de personas y yo no puedo decir que soy parte de este club en este momento". "Ahora mismo hay momentos de alegría, momentos de distracción, momentos de reflexión. Todavía hay momentos de tristeza, de nostalgia, y mi música ahora mismo se alimenta de todo ese coctel", añade.
Una entrevista con la que deja entrever que, aunque poco a poco recupera la sonrisa gracias a su carrera y a sus hijos, la cicatriz de su separación de Piqué todavía es una herida abierta que, a la mínima, vuelve a sangrar. Y una de las confidencias que hace a Billboard lo deja claro: "Cuando se destroza una familia, creo que no hay nada que pueda compensar ese dolor. Mi más grande sueño en la vida, más que coleccionar discos de platino y Grammys, era criar a mis hijos con su padre, tener una familia, ¿sabes? Pasar por encima de los problemas, de los obstáculos, y superarlos, y envejecer al lado de alguien. Esto ya sé que no lo voy a tener".