Ya han pasado casi tres meses desde que Tamara Falcó (41 años) e Íñigo Onieva (34 años) se dieron el 'sí, quiero', pero su boda sigue dando qué hablar. Este pasado jueves, 27 de septiembre, fue uno de los temas centrales de la entrevista que concedió la marquesa de Griñón a Joaquín Sánchez (42) en su programa, El Novato.
Tamara Falcó sorprendió a Joaquín con una completa clase de protocolo en la que no faltaron las risas ni las anécdotas. A lo largo de la charla, la hija de Isabel Preysler (72) reveló algunas historias, hasta ahora desconocidas, sobre el que asegura que fue el día "más maravilloso" de su vida, el 8 de julio, cuando selló para siempre su amor con Íñigo.
La marquesa de Griñón habló sobre una de las polémicas que ensombrecieron los preparativos de su boda: su vestido de novia. Tamara se pronunció sin tapujos sobre su enfrentamiento con las diseñadoras de Sophie et Voilà, con las que rompió su acuerdo a seis semanas de su enlace. "Enviaron un comunicado muy agresivo. No sé... El diseño que les entregué a ellas fue el mismo que después le di a Wes Gordon. Siempre te inspiras en algo" se defendió, confesando que gracias a este "traspiés" se casó con el traje de sus sueños, diseñado por el director creativo de Carolina Herrera.
"Dicen que se parecía al de la reina Letizia, pero para nada. No tenía nada que ver. Pesaba 15 kilos y yo llevaba un corsé de lana, imagínate el 8 de julio... Pero ni pasé calor ni me entraba la comida... Fue maravilloso", reconoció.
Entre las anécdotas, se hizo eco de una que "afortunadamente" no trascendió antes del gran día. Tamara Falcó desveló en El Novato que sus zapatos de novia se quemaron. "Cuatro días antes de la boda, se quemó el camión de mensajería que llevaba mis zapatos, se quedaron completamente incinerados. Menos mal que no se supo porque todo el mundo hablando del mal de ojo, de las malas señales... Casarse fue un reto, nos pasó de todo, pero cuanto más esfuerzo me cuesta algo, más me esmero", aseguró.
Aunque fue un día muy especial para ambos, la boda estuvo marcada por importantes ausencias. A quien más echó de menos fue a su padre, Carlos Falcó, fallecido en 2020. "Se lo habría pasado fenomenal. Lo habría disfrutado tanto... Pero no creo que la vida se acabe aquí y creo que estuvo presente", confesó Tamara, quien también extrañó la presencia de su hermano Enrique (48) y de Julio Iglesias (80).
Sobre la ausencia de Enrique, justificó: "Es tímido, es su forma de ser. Es capaz de cantar en estadios llenos de gente, pero luego para sus cosas es de grupos muy pequeños, muy para dentro. Hablamos antes de la boda, y la cosa es que tenía que querer estar ahí también. Me mandó unos mensajes preciosos antes y después, ha tenido gestos muy bonitos conmigo".
Al que continúa llamando "mi tío Julio" y sobre el que prefirió no entrar en detalles, mostrándose algo esquiva cuando Joaquín le preguntó cómo está de salud a sus 80 años recién cumplidos, comentó: "Tampoco estuvo en mi boda, aunque me hubiese encantado. Pero tampoco tenemos tanta relación. Al fin y al cabo él no es mi padre y ya se separó de mi madre. Después de eso, hemos tenido vidas muy distintas. En Navidad o fechas así pues habla conmigo con mucho cariño, pero no le llamo para contarle qué tal estoy", confesó.
Otra de las anécdotas que más sorprendió a la audiencia y al propio Joaquín es que Tamara Falcó no lleva su alianza de matrimonio. "El otro día se me cayó y no sé dónde está", confesó entre risas, asegurando que "no" la ha perdido: "Estoy segura de que aparecerá. Me estaba un poco grande", apuntó mostrando el anillo que lleva para "disimular".