Tras años de lucha en los tribunales, la Justicia por fin ha dado la razón a Rosario Bermudo (70 años), quien podrá acceder a la herencia de Leoncio González de Gregorio, marido de Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, duquesa de Medina Sidonia, y que falleció en 2008.
El Tribunal Supremo ha acreditado a la sevillana como hija de Leoncio, tras las pruebas genéticas que aportó Rosario después de exhumarse el cadáver de su padre en 2017; y ha desestimando el recurso de apelación de los restantes hijos. De este modo, Rosario podrá utilizar el apellido de su padre y tener acceso a su millonaria herencia.
EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con su abogado, Fernando Osuna, para conocer más detalles de la herencia que deberá recibir después de años de litigios: "Estamos intentando llegar a un acuerdo con el resto de los herederos, pero si no habrá que presentar una demanda contra ellos".
El despacho de abogados que ha llevado el caso durante años explica que hay dos posibles herencias a las que puede acceder Rosario Bermudo: "Si se aplica un criterio, que es el menos favorable, calculamos que podría recibir hasta 1.200.000 euros. En el mejor de los casos, que es lo que esperamos, la herencia podría ascender hasta los tres millones de euros".
A pesar de que la vía por la que están apostando es la de las conversaciones y poder alcanzar un acuerdo, el proceso podría durar todavía más tiempo: "Intentaremos no tener que ir a los tribunales, no queremos alargarlo más, pero si no hay un acuerdo llegaremos hasta el final".
Según señaló el abogado de Rosario Bermudo, los hermanos se negaron a someterse a las pruebas requeridas, de modo que se recurrió a la exhumación del cuerpo del padre, consiguiendo una prueba de ADN con el 99,99 por ciento de coincidencia, el máximo que se puede obtener.
Se confirmó así que el aristócrata era el padre de una hija extramatrimonial que tuvo junto a una mujer que trabajaba al servicio de la familia. A partir de este momento, Rosario Bermudo podrá utilizar el apellido de su padre de manera oficial.
Aunque Fernando Osuna espera que este proceso judicial, que tiene como protagonista la herencia de Leoncio González, se solucione de la mejor manera y lo más rápido posible, es un litigio que se ha alargado más de lo esperado por los constantes retrasos que se han llevado a cabo. En su día, el abogado avisó de las estrategias del resto de herederos: "Es exclusivamente para perder tiempo, dado que son nulas las posibilidades de ganar la contienda".
De hecho, el Supremo también ha censurado la actitud del resto de los hijos: "Alegan el ejercicio antisocial del derecho por la parte actora, pese a su absoluta falta de colaboración a la realización de las pruebas biológicas de media hermandad con la actora, lo que obligó a la exhumación del cadáver del presunto progenitor, con la consiguiente dilación y encarecimiento del proceso".
Una complicada historia familiar
No es fácil entender la historia que hay detrás del matrimonio. La duquesa de Medina Sidonia y Leoncio González tuvieron tres hijos, con los que ella nunca tuvo una relación muy estrecha. Antes de morir, la duquesa roja volvió a casarse con su secretaria, Liliana Dahlmann, a quien cedió el control de su Fundación y parte de la herencia. De hecho, entre la viuda y los hijos también ha habido batalla legal.
Por su parte, Leoncio González también se volvió a casar con su ama de llaves, Maravillas Almara Sáinz Pardo. Además, tenía otro hijo extramatrimonial, Javier Isidro, hijo reconocido y que fue fruto de una relación sentimental pasajera.