Duro revés para Rafael Amargo (48 años). Este viernes, 3 de noviembre, el bailaor entró en prisión provisional inmediata tras no personarse a firmar cada 15 días, tal y como se había acordado, para permitirle seguir en libertad. El delito por el que se le acusa es de su causa abierta de 2020 por presunto tráfico de drogas y por el que la Fiscalía solicita una pena de nueve años de cárcel.
Ha sido la Audiencia de Madrid la que ha ordenado su ingreso en la cárcel madrileña de Soto del Real hasta que se celebre el juicio previsto para los días 8, 10, 11 y 12 del próximo mes de abril, tras la suspensión del mismo el pasado 7 de junio debido a que otro de los procesados en la causa renunció a su abogado. Este pasado viernes, la Fiscalía pidió la entrada del coreógrafo y del productor Eduardo de Santos por "quebrantamiento reiterado" de la obligación de firmar en sede judicial.
Su abogado, Jaime Caballero, ha explicado a EL ESPAÑOL que Rafael "algunas veces ha fallado en acudir los días 1 y 15 de cada mes, que era su obligación abstracta, y no ha cumplido rigurosamente, lo que ha llevado que la documentación médica que teníamos haya sido insuficiente para el juez y hayan mandado a mi cliente y al otro acusado a la cárcel".
El letrado aclara que Soto del Real es la prisión a la que la Audiencia Provincial "suele mandar a los presos preventivos" y que su ausencia a la hora de firmar se trata de "problemas psicológicos", por los que a Rafael le ha sido "difícil cumplir con sus obligaciones, y más si tienes a gente que te va siguiendo para hacerte fotos". Este seguimiento, insiste el abogado, "afecta a cualquiera". Mucho más si se trata de "una persona que tiene un desequilibrio emocional", apunta a este periódico.
Florentino y su delicada salud
Sin embargo, este no es el único calvario que sortea el artista. Su padre, Florentino, se enfrenta a un complicado estado de salud que le mantiene ingresado en el hospital. Ya el pasado mes de julio, el acusado confesó ante los medios que "lo que más me duele es que le está costando la vida a mi padre. Está agonizando en un hospital". Caballero ha confesado a este medio que Florentino sigue ingresado en situación crítica y que está "bastante mal tras la detención de su hijo, como cualquier padre puede encontrarse".
Fue el 17 de marzo cuando su progenitor, Florentino, empezó a debilitarse. Amargo volvía a ser detenido en la noche del día anterior en Alicante por un presunto delito de tráfico de drogas desde su casa de Madrid. Después de que fuera puesto en libertad, el extinto Sálvame habló con su familia por teléfono y su madre, Antonia, subrayó afectada: "Mi marido va ahora mismo al hospital porque tiene la tensión que no puede ni hablar".
Cabe recordar que tanto Florentino como Antonia siempre han intentado permanecer en un discreto segundo plano pese a la vorágine que se ha producido desde la detención de su hijo. Eso sí, siempre han defendido la inocencia de Rafael y consideran que es víctima de manipulaciones y que tiene una "mano negra que le está arrastrando", expresó Antonia al programa de Telecinco.
Los únicos momentos en los que Florentino ha aparecido frente a las cámaras se le ha visto guardar silencio o protagonizando diversos encontronazos con la prensa en las inmediaciones de su vivienda. A finales de 2020, cuando la causa contra Rafael cobró vida y fue detenido, un reportero del mismo espacio se desplazó al domicilio familiar para intentar saber cómo se encontraban sus seres queridos. Florentino y Antonia salieron acompañados de Yolanda Jiménez, expareja del artista y madre de sus dos hijos. Carlota Corredera (49), por aquel entonces presentadora, avisó de que "el contenido podía herir la sensibilidad de alguno de los espectadores".
El periodista se acercó a ellos con el micrófono. Primero, la madre le soltó un manotazo, después, el padre no paraba de hacer aspavientos y gestos obscenos a la cámara. Tras las imágenes, el redactor aclaró: "Soy el primero que entiende que la situación no tiene que ser nada fácil, por eso nos hemos acercado de manera educada, les hemos preguntado con todo respeto y nos hemos encontrado a unos padres completamente desbordados. Nos han dedicado palabras fuera de tono e incluso el padre nos ha dicho que le retratásemos lo de abajo".
Rafael Amargo ha entrado en prisión cuando estaba a punto de terminar el Máster en Salud Mental y Drogodependencia por la Universidad de Barcelona. El bailaor siempre ha defendido que no vendía droga y que solo la consumía. Además, aseguraba que se encontraba en rehabilitación.