Despedir un año también conlleva decir adiós a todos aquellos personajes que han formado parte de nuestro camino. Nos han hecho desplegar un sinfín de sentimientos en el cine, hemos pasado buenos ratos en televisión, han hecho soñar a través de sus libros y, a rasgos generales, forman parte de ese gran tejido social que proporciona la fama. Con algunos de ellos llegó el fin de una era.
JALEOS recoge los grandes personajes vicnulados al mundo del corazón cuyas muertes más han impactado.
Carmen Sevilla
Considerada como una de las mujeres más bellas de la gran pantalla, Carmen Sevilla falleció el pasado 27 de junio a los 92 años a causa del alzhéimer. Desde el 2012 vivía en la residencia de mayores Caravaca Opea donde recibía los cuidados necesarios. En la memoria colectiva de varias generaciones quedan sus inmortales interpretaciones en Violetas imperiales (1952), Rey de reyes (1961) o El balcón de la luna (1962).
Se la 'rifaron' un sinfín de hombres millonarios y célebres. En Hollywood la desearon Charlton Heston, Yul Brynner o Marlon Brando; desde México, Mario Moreno 'Cantinflas' incluso le regaló un diamante del tamaño de un garbanzo para que se casara con él; en nuestro país tuvo a los millonarios Carlos Eleta y Ricardo Fuster… Pero con quienes finalmente se casó fueron el compositor Augusto Algueró (1961-1974) que le fue infiel con incontables mujeres y padre de su único hijo, Augusto Jr., y el empresario Vicente Patuel (1974-2000), quien enarbolado a su machismo recalcitrante obligó a su esposa a dejar la profesión para vivir en la finca de sus conocidas ovejitas en Herrera del Duque (Badajoz).
Sufrió dos abortos durante su segundo matrimonio. No haberle podido dar hermanos a Augustito le entristeció mucho. Su estancia en el campo no fue tan idílica como nos hizo pensar ya que tuvo que vender y empeñar algunas de sus mejores joyas para sufragar los gastos. Jaime Peñafiel acudió a su rescate pagándoles 40 millones de pesetas (240.000 euros) por la exclusiva de su boda en 1985 y el realizador y productor Valerio Lazarov le hizo volver a la televisión ofreciéndole 300.000 pesetas (1.800) euros diarios por presentar el Telecupón a partir de 1991. Su último trabajo fue en Cine de barrio (2004-2010).
Concha Velasco
A lo largo de siete décadas de carrera, Concha Velasco alegró los corazones de toda España. En cine, teatro y televisión demostró ser una de las intérpretes más completas y queridas de la profesión. Entre sus trabajos más conocidos destacan Las chicas de la Cruz Roja (1958), El día de los enamorados (1959), Yo me bajo en la próxima ¿y usted? (1981), Teresa de Jesús (1984), Carmen Carmen (1988), Herederos (2007-2009) o Las chicas del cable (2017-2020).
Su vida personal estuvo condicionada por el amor imperfecto hacia Paco Marsó, con quien se casó en 1977 y tuvieron a su único hijo, Francisco. La actriz ya tenía otro vástago, Manuel (47), fruto de la relación que tuvo con el director de fotografía Fernando Arribas y que mantuvo en secreto porque él estaba casado. Desveló la identidad del progenitor tras la muerte del profesional en 2021.
Su primer gran amor también estaba casado, José Luis Sáenz de Heredia, que la dirigió en algunas de sus películas más importantes y que le compró un piso en la plaza de Colón de Madrid. Otro de sus romances que no llegó a buen puerto fue con el actor Juan Diego, que huyó despavorido porque no quería casarse.
Su relación de amor-odio con Paco Marsó se prolongó durante varias décadas. El ex actor reconvertido en mánager y productor dilapidó la fortuna de Concha en el juego, las prostitutas, la bebida y ambiciosas producciones musicales que fueron un fracaso. Todo eso, añadido a sus problemas con Hacienda, provocó que tuvieran que vender su mansión de La Moraleja. Con todo el dolor de su corazón decidió divorciarse de Marsó en 2010, quien fallecería unos meses después.
Los últimos años de quien probablemente haya sido la última estrella, fallecida a los 84 años el pasado 2 de diciembre, fueron bastante duros. Tuvo que llegar a vender hasta una cubertería para cubrir sus gastos farmacéuticos y vivió en la residencia para mayores Orpea Punta Gadea en Las Rozas (Madrid) donde recibió todas las atenciones necesarias para sobrellevar su enfermedad.
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María Jiménez
La libertad fue su emblema. A María Jiménez no le asustaba nada. Se peleaba y se enfadaba con los que se metían con ella. No tenía pelos en la lengua y los tacos formaban parte de su ser. Con el disco Se acabó (1976) se convirtió en estrella y marcó un estilo. Los éxitos en su carrera iban paralelos a sus desgracias personales.
Desde que apareciera Pepe Sancho en su vida en 1978 su corazón empezó a llenarse de heridas prácticamente imposible de cicatrizar. Sufrió malos tratos y su único hijo, Alejandro (40) fue testigo de ello así como de las infidelidades del protagonista de Curro Jiménez.
En 1985 sufrió lo peor que le puede tocar vivir a una madre, la pérdida de su hija Rocío con 16 años. Nunca lo superó. Cayó en depresión, su carrera se resintió y Pepe cada vez adquiría más fama en cine y televisión. Aquello aumentó su número de amantes, entre ellas, Mila Ximénez. Pero la cantante se tomó la venganza cuando en el 2000 el grupo La cabra mecánica le ofreció grabar La lista de la compra. Fue un exitazo y su renacer. A Pepe le corría la envidia, no soportaba que le hicieran sombra, y volvieron los malos tratos. Tras varias bodas porque rompieron y volvieron en varias ocasiones, en 2002 se divorciaron para siempre. A pesar de su delicadísimo estado de salud en los últimos años vivió rodeada del amor de su hijo, su nuera y sus nietos.
María Teresa Campos
La aportación de María Teresa Campos a la historia de la radio y la televisión es incuestionable. Desde que siendo adolescente empezara a trabajar en Radio Juventud en Málaga ya no se pudo desenganchar de la adicción que le provocó conectar con el público.
Aquello se intensificó cuando Jesús Hermida la fichó en Por la mañana (1987-1988) y la convirtió en estrella. Fue hacedora de monstruos televisivos. Sus hijas, Terelu (58) y Carmen (57) y su nieta, Alejandra Rubio (23), continúan dando guerra en los platós. Su desmedida ambición por ser alguien le costó su matrimonio con José María Borrego Doblas, padre de las presentadoras y tertulianas. A partir de ahí, empezó una retahíla de romances. Con el arquitecto vasco Félix Arechavaleta estuvo de 1989 a 2001 y se adujo que la separación la detonó las ganas de la presentadora de construir una mastodóntica mansión de 1.615 metros edificados decorada por Jaime Fierro, íntimo de la infanta Elena (60), en Molino de la Hoz en La Rozas (Madrid).
Tras esa mediática relación llegaron otros hombres más discretos, como Felipe Maestro, gerente del Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla-, el periodista José María Hijarrubia, el químico Santiago García o el abogado argentino Gustavo Manilow. Pero, sin duda, la más interesante para los paparazzi fue la mantenida con Bigote Arrocet, con quien formalizó su relación en 2014. Cuando cinco años después decidieron romper llegaron los reproches y se montó un circo mediático con cruces de acusaciones que aún perduran.
La Campos, una de las reinas de las mañanas hasta que fue destronada por Ana Rosa Quintana (67), ha dejado programas memorables como Pasa la vida (1991-1996), Día a día (1996-2004) y ¡Qué tiempo tan feliz! (2010-2017). Mención aparte merece su reality Las Campos (2016-2018).
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Marta Chávarri
Desde que Marta Chávarri naciera en una cuna de oro como bisnieta de Álvaro Figueroa y Torres, I conde de Romanones, su destino estaba prácticamente delineado. Se casó con Fernando Falcó y Fernández de Córdoba, III marqués de Cubas, con quien tuvo a su hijo Álvaro (39), el primo favorito de la mediática Tamara (42) que se casó el año pasado con Isabelle Junot (32), hija del playboy y exmarido de Carolina de Mónaco (66), Philippe Junot (83).
Perteneciente al grupo ochentero denominado la 'Beautiful People' a la que también pertenecía Isabel Preysler (72) y Carmen Posadas (70), en 1988 Marta protagonizó uno de los escándalos del corazón más sonados de las últimas décadas que desembocó también en una de las crisis económicas más publicitadas. La revista Diez Minutos fue la encargada de llevar en portada aquella historia de amor. Su infidelidad con el empresario Alberto Cortina (76), por entonces casado con Alicia Koplowitz (71), desencadenó el escándalo de los Albertos en Construcciones y Contratas.
Otro escándalo sacudiría la vida de la Chávarri cuando en el San Valentín de 1989 Marta aparecía en la portada de Interviú con ropa interior. Al fotógrafo le pagaron 6 millones de pesetas (36.000 euros). Ella demandó y la revista le indemnizó con 34 millones de pesetas (204.000 euros).
A lo largo de su vida la relacionaron con Philippe Junot, Ricky Trujillo, Pablo García-Trevijano, Javier Salaverri o Richard Hudson. Nunca se sintió a gusto siendo el centro de atención y durante más de una década se mantuvo alejada de los flashes, haciendo una excepción como madrina el día de la boda de su único hijo. Murió de repente a causa de un infarto cerebral en su casa del madrileño barrio de Salamanca el pasado 21 de julio a los 62 años.
Laura Valenzuela
Ha pasado a la historia como el primer rostro femenino de la televisión en España. Su naturalidad, simpatía y elegancia la convirtieron en una de las presentadoras más queridas de nuestro país. Tras quedarse sin trabajo en la tienda de modas donde vendía y desfilaba, se encontró en la calle al actor José Luis Ozores que le dijo que se acercara al Paseo de la Habana porque estaban probando un nuevo artilugio para el que necesitaban algo parecido a unas presentadoras. Era televisión. A partir de 1956 su vida cambió para siempre.
Inolvidables fueron sus Galas del sábado (1968) y Contamos contigo (1968).
Al ser uno de los rostros más populares provocó el interés de la prensa del corazón, a cuyos profesionales siempre trató con sumo cariño y respeto. En 1958 conoció al productor José Luis Dibildos que la contrató para 13 películas y con quien finalmente se casaría embarazada en 1971 en Illescas (Toledo). A los seis meses nació Lara Dibildos (52), que acaba de vender por 4,2 millones de euros la mansión marbellí heredada de sus padres.
Madre e hija formaron un tándem perfecto y, por encima de todo, se apoyaron en los momentos en los que la salud flojeó como cuando enn 1991 Lara empezó su lucha contra un cáncer papilar de tiroides y en 2005 a Laura le operaron de un cáncer de mama. Juntas afrontaron la pérdida del único hombre importante de su vida cuando murió José Luis en 2002.
Al igual que le ocurrió a Carmen Sevilla, el marido de Laura le prohibió que siguiera con su trabajo para cuidar de la familia. Sin embargo, con el nacimiento de las cadenas privadas y con Lara ya mayor de edad, decidió volver a los platós. Su debut fue con Telecinco, ¿diagrame? (1990) y a partir de ese momento siguió apareciendo en la pequeña pantalla hasta 2013. Nunca dijo que se retiraba, pero se fue alejando poco a poco conservando el cariño del público.
En privado disfrutó de sus nietos Fran (24) -Lara se casó con el jugador de baloncesto Fran Murcia- y Álvaro (16), fruto de su relación con el jinete Álvaro Muñoz Escassi (49), quienes la llamaban cariñosamente ‘nonna’. Tras una larga enfermedad falleció el 17 de marzo a los 92 años.
Cristina Macaya
En Mallorca siempre la consideraron la mejor anfitriona de la isla. Por su casa de Es Canyar era normal ver tomando el sol a Bill Clinton, brindar con Juan Carlos I o departir una agradable charla con Michael Douglas o los príncipes de Kent. Siempre hizo gala de una gran elegancia, su mecenazgo en el ámbito de las artes y su ayuda por las causas sociales como el Sorteo de la Cruz Roja hicieron de ella una mujer sin parangón. Uno de sus mayores atributos fue la discreción.
Cuando a los 28 años falleció su esposo, el financiero Javier Macaya, sacó adelante a sus cuatro hijos sin protagonizar ningún escándalo. La pareja más estable que tuvo en su vida fue con el millonario fundador de la cadena Vips Plácido Arango, con quien compartió su afición por las colecciones de arte. Falleció a los 77 años el 2 de febrero.
Itziar Castro
Ha sido una de las muertes que más ha conmocionado a nuestro país no solo por su juventud, ya que Itziar Castro tenía 46 años, sino por todo lo que ha significado en su lucha feminista, como abandera del colectivo LGTBI y por dar visibilidad a las personas obesas.
Una muerte súbita en la piscina municipal de Lloret de Mar (Girona) el 8 de diciembre mientras ensayaba el espectáculo de natación sincronizada benéfico que estaba ideando Anna Tarrés (56).
Sufrió insultos, le ponían bellotas en el pupitre llamándola "cerdita" e incluso le llegaron a pegar, simplemente, por ser gorda. Lo que muchos desconocían es que sufría una enfermedad denominada lipedema. En el programa La Roca lanzó un mensaje importante a tener en cuenta: "Si no me hubiese querido cuando me hacían bullyng y me pegaban, no estaría aquí hoy".
Estuvo nominada al Goya a la mejor actriz revelación por Pieles (1918) y su papel en Vis a vis (2018-2019) le granjearon el cariño del público. Nunca ocultó su tendencia sexual y se sentía orgullosa de mostrar su cuerpo en biquini en redes sociales donde le llegaron a acusar de hacer apología de la obesidad.
A punto de finalizar 2023, también hay que acordarse de otros importantes nombres que nos han dicho adiós en los últimos meses como Pepe Domingo Castaño, José María Carrascal, Antonio Gala, Carlos Pumares o Francisco Ibáñez.