No es su primer libro, pero sí uno de los más especiales. Al menos es lo que ha dejado entrever en sus redes sociales. Este miércoles, 24 de enero, Máximo Huerta (52 años) presenta su nuevo proyecto: París despertaba tarde.
Tras varios viajes a la capital francesa, meses de trabajo y algún momento agridulce con el que lidiar, el periodista celebra el lanzamiento de su nueva novela. La presentación tendrá lugar en Buñol, a las 18:30 horas. La invitación, tal y como indicaba Máximo hace unos días, se ha extendido a todo público. "Hemos preparado un evento muy especial. Estáis invitados. Será el mismo día en el que sale el libro y el Palacio de la Música está abierto a todos. ¿Os venís?", preguntaba el escritor.
La librería de Doña Leo, el local que abrió hace un año, también se ha engalanado para tan importante acontecimiento. Desde este pasado lunes, 22 de enero, su fachada tiene un toque parisino y hace referencia al título de la novela.
Antes de la presentación oficial del libro, como no podía ser de otra forma, Máximo Huerta volvió a recorrer las calles de París, la ciudad en la que transcurre la historia de Alice Humbert y Ërno Hessel, sus protagonistas. Esta escapada, sin embargo, no fue casual. Mientras escribía la novela fueron varias las veces que el exministro se desplazó a la capital gala, pero esta última travesía se produjo por un motivo muy especial.
Y es que antes de que llegara a las librerías de España, París despertaba tarde ocupaba un privilegiado lugar en Melodies Graphiques, una prestigiosa boutique francesa dedicada a la compraventa de papelería y elementos vintage. "Pellizcadme. Mi novela ya está en el escaparate de la tienda real del nº10 de rue Pont Luis Philippe", expresaba Máximo Huerta, situado frente al local, el pasado lunes, 22 de enero.
Fue en septiembre, tras terminarse el verano, cuando el periodista contaba cómo había sido el proceso. Entonces no desvelaba demasiados detalles, pero Máximo Huerta ya advertía que se trataba de un proyecto muy especial.
"Estoy deseando que conozcáis la historia y a todos ellos. El lugar. La trama. El golpe de suerte. Mientras tanto, voy ultimando capítulos, cerrando pellizcos, diálogos y repintando finales. Está siendo un juego delicioso en el que llevo años metido. Una ficción que nace de las entrañas y de una idea que surgió hace tiempo. Recuerdo perfectamente el día. Me he dejado llevar por esa luz, poco a poco, hasta llegar aquí. Hoy. El próximo año tendremos nueva novela, dos años después de Adiós, pequeño. ¿El título? Ya está. ¿La portada? También. Pero hoy sólo puedo compartir con vosotros la ilusión de este precioso recorrido literario. Ay", expresaba Máximo.
La emoción se ha mantenido intacta, pero en este largo proceso no todo han sido alegrías. En el último año Máximo Huerta ha seguido al lado de su madre, quien atraviesa un delicado estado de salud. Este fue el motivo, de hecho, que lo llevó a mudarse de Madrid a Buñol.
Meses antes del lanzamiento de París despertaba tarde, el que fuera ministro de Cultura también vivió el amargo trance de una ruptura sentimental. Tal y como desveló en exclusiva EL ESPAÑOL el pasado octubre, el escritor puso fin a su relación con Juan Castillo después de cinco años de amor.
Pese a cualquier circunstancia, Máximo no se ha paralizado y ha seguido trabajando en su gran y ansiado proyecto. Al lanzamiento de la novela le seguirá un proceso de promoción, entrevistas, artículos y encuentros con lectores que mantienen al escritor igual de ilusionado.
Sólo hay un pero en la historia. En pleno proceso de promoción no podrá estar a su lado su gran compañera. Se trata de su mascota, Doña Leo. "Amiga mía, qué pena que no te puedas venir de gira para ayudarme con las entrevistas y entretenernos en las esperas de trenes y aviones. La soledad del escritor en la promoción se compensa en las firmas de libros", escribía Máximo Huerta, apenado, el pasado 7 de enero.
Y continuaba: "Doña Leo se queda en casa. Pero ha estado en todo el proceso de escritura a los pies, escuchando, esperando una caricia o el paseo. Y entendiendo perfectamente mis zozobras con las escenas más complicadas. Estuve a punto de dedicarle la nueva novela a ella, pero muchos no entienden el amor a los animales. Rarezas, dicen. Y tampoco lo iba a poder leer, eso es cierto".
A quién dedicaba el texto era una de las pocas incógnitas que el periodista no había resuelto. Pero según pudo conocer este periódico tras recibir un ejemplar de la novela horas antes de su publicación, la lista de agradecimientos es larga. Comienza por el equipo de trabajo de la editorial, continúa con su grupo de amigos, los vecinos de Buñol, su madre, primas, sobrinas y familia. El periodista tampoco se olvida de París ni de su expareja. "A Juan, por el amor", escribe casi al final de la página de dedicatorias.
Aunque ya no son pareja, Máximo Huerta, tal y como ha podido confirmar este medio, ha querido darle un espacio a Juan Castillo por haber sido un capítulo importante en su vida.