"Carmen y yo veníamos arrastrando problemas. (...) Asumo mi equivocación y pido perdón. (...) Soy el único responsable. Me arrepiento de haber administrado mal los tiempos, lo gestioné mal", son sólo algunas de las declaraciones que el diestro Juan Ortega (33 años) entonó este pasado miércoles, día 24, durante su esperada y cotizada entrevista en el espacio Herrera en COPE, con Carlos Herrera (66).
La decisión de hablar, de romper su silencio 53 días después de dejar plantada a su por entonces razón de amor, Carmen Otte, la adelantó EL ESPAÑOL con detalles inéditos. El torero del momento decidía dar un paso al frente y colocarse ante un micrófono para dar explicaciones.
Durante semanas, su entorno más próximo se afanó en desmentir que Juan fuera a abordar cuestiones de índole privada, y menos vinculadas a la boda fallida. Se arguyó que ese no era el proceder de Ortega, ni su manera de gestionar su vida: más allá de la plaza de toros, su vida privada le pertenecía. No obstante, algo cambió en las últimas semanas.
De acuerdo con la información que maneja este periódico, a Juan Ortega se le "recomendó" tratar su situación amorosa con la mayor de las naturalidades. Fue, según detallan a este medio, a finales de diciembre cuando al diestro se le plantea que sería recomendable realizar una entrevista.
Una cita con los medios en la que, además de hablar de su nueva temporada taurina, abordara la cuestión de la que todo el mundo opinó en España desde aquel funesto 2 de diciembre de 2023, cuando protagonizó la espantada eclesiástica.
Huelga decir que en estas semanas intensas y agotadoras a nivel mediático tanto a Juan como a Carmen les han ofrecido "elevadísimas cifras" para que hablasen del escándalo nacional. Periódicos, digitales, programas de televisión y radio, todos querían contar con los personajes del momento. Pero hasta la fecha la negativa era un hecho y no se atendía ni a razones.
Valorándolo y sopesando los pros y los contras, cuenta la informante a este medio, con su apoderado, José María Garzón, Juan tomó la determinación. Se le expuso que debía aprovechar "la cercanía" de su nombre con gran parte del público, a raíz del escándalo, y, sobre todo, "llevarse bien" con los medios. 2023 ha sido un año clave para Juan y se le advirtió que debía "actuar con inteligencia", matizan.
En esa línea, se hace constar que Juan puso una única suerte de condición: cuidar muy mucho el medio que se eligiera para hablar, que fuera "afín". La radio resultó perfecta. Y Carlos Herrera, el periodista que mejor podría conducir la charla.
La gran amistad que une a Juan con Herrera fue determinante. El trámite de la negociación, sostienen voces cualificadas, fue rápido. Fue Juan quien telefoneó directamente a Herrera. También tenía claro el diestro sevillano que su único objetivo, además de reconocerse como el único responsable de la no boda, era solicitar, de algún modo, que la presión amainase en torno a Carmen Otte y su familia.
Juan, Carmen y la familia
En su charla con Herrera, Juan ha querido dar su sitio y reconocer el cariño que siente por la familia de Carmen: "Sólo puedo hablar bien de Carmen, es una mujer extraordinaria, diez. Me ha hecho crecer mucho como persona y como torero, al igual que su familia. (...) Me han tratado como un hijo. Si algo me duele es haberle hecho daño a ellos, que no son responsables. Soy el único responsable".
Sobre la decisión que cambió su vida y la de su razón de amor, el matador de toros abunda: "Al final es algo que tienes en la cabeza. No fue fruto de un arrebato o de un calentón. Soy templado y me gusta pensar las cosas. Estaba solo en mi habitación. La primera persona a la que llamé fue a Carmen, luego a mis padres y luego al cura. A partir de ahí, consecuente con mi decisión".
Se ha escrito mucho sobre una reconciliación amorosa, y lo cierto y verdad es que Juan no se muestra categórico: "Esa pregunta no te la puedo responder, sé que a Carmen la quiero mucho, pero por nada en el mundo me perdonaría volver a hacerle daño".
Por su parte, Carmen Otte, como informó EL ESPAÑOL, volvió a su puesto de trabajo, en el hospital de Sevilla, la segunda semana de enero. Confiaron entonces a este periódico que Carmen no solicitó la baja laboral: "Ha gastado días que le pertenecían" para descansar, coincidiendo con la Navidad.
La joven, a nivel anímico, "poco a poco va saliendo a flote". Su familia y sus amigos han jugado el papel clave en su recuperación y el informante con quien se contacta deja claro que a día de hoy no hay rencor en Otte, ni malos sentimientos hacia Juan. Ellos, como reconoce ahora el torero, hablan con frecuencia.