Yolanda Alzola Agirre (54 años), natural de Guernica y Luno, en Vizcaya, no puede decir que su pasión por la televisión y la comunicación le viniera desde la cuna. De hecho, ese despertar tardó bastante, pues en un principio su vocación pasó por las Bellas Artes y la pintura.
Pero sus abuelos y un bisabuelo fueron carpinteros y esto derivó en una mezcolanza que, años más tarde, la llevó a convertirse en uno de los rostros más conocidos de la televisión. No en vano, durante más de 20 años su naturalidad y espontaneidad le granjearon el cariño del público.
Desde bien pequeña, Yolanda vio, con total normalidad, cómo su familia pasaba las horas "en el caserío creando o arreglando muebles, estancia...", como recordó hace un tiempo en Noticias de Gipuzkoa. Y en esas pasaron los años y Alzola fue perfeccionando su pasión por el bricolaje, la jardinería y la decoración.
No obstante, un buen día la vida de Yolanda cambió para siempre. Estaba ella tranquilamente hojeando un periódico cuando vio un anuncio que fue una revelación en su vida. Buscaban a personas para presentarse a un casting. Estamos en la época de los noventa y Yolanda estaba cursando su carrera en la Universidad del País Vasco.
"Sin muchas más pretensiones, fui en tren a Donostia a hacerlo, y de paso visité a una de mis grandes amigas", relató hace un tiempo al citado medio. Aquel casting, sí, dio un giro de 180 grados a la existencia de Alzola. Algo muy poderoso vieron en ella y la cámara la quería: la conexión fue inmediata.
Tanto que en cuestión de meses su nombre ya figuraba en la presentación de un programa en ETB-1, el primer canal de Euskal Telebista, Baietz barrez lehertu. El primer espacio que capitaneó versó sobre videojuegos. Fue su despunte, pero, eso sí, ella jamás descuidó sus estudios universitarios. Acabó la carrera de Bellas Artes y, ya con un nombre formado en la industria de la pequeña pantalla, se fue a Madrid.
Hizo el petate para realizar diversas campañas publicitarias. A través de una agencia, Alzola trabajó como la que más. "Recuerdo que a Mar Saura (48) le daban los anuncios más glamurosos, y a mí los spots más caseros, más sencillos", apunta Yolanda. En especial, en la memoria colectiva aún está aquel spot que grabó con Eusonia y que significó toda una revolución.
Después de un tiempo, llegó a su vida un hombre clave para ella, Txetxu Ugalde. Junto al periodista deportivo, Alzola condujo uno de los programas que la convirtieron en todo un referente: Lo que faltaba. Ambos, Yolanda y Txetxu, pese a sus caracteres tan diferentes, crearon un tándem hipnótico para el espectador. Siete fueron las temporadas que duró aquel formato.
Ese espacio supuso su salto a las televisiones estatales. Fue Antena 3 el grupo que la fichó para sustituir a Ana Rosa Quintana (68) en la versión veraniega de su por entonces programa, Sabor a ti. Pocos recordarán que Yolanda trabajó, mano a mano, con Pedro Piqueras (68) en las mañana de la cadena ubicada en San Sebastián de los Reyes. Ambos alumbraron A plena luz.
Pero a Alzola las luces no la deslumbraron. Regresó, en lo mejor de su proyección, a su casa, a su raíz. Volvió a ponerse al frente de Lo que faltaba, junto a su querido Ugalde, hasta que en marzo de 2004 se canceló dicho programa. Fue en ese momento cuando la vida le tiene reservado otro gran momento: se enroló en el equipo de Bricomanía. Fueron 16 años siendo parte del alma de ese formato que -también- hizo historia.
Telecinco, Antena 3, Nova... son algunas de las cadenas en las que Yolanda brilló con luz propia con la variante de Bricomanía: Decogarden. Fue un éxito aplastante, incontestable, que la llevó a visitar "la mayoría de los hogares de Gipuzkoa", como ha recordado ella en más de una ocasión.
En su momento de máximo apogeo profesional, con Decogarden y su colaboración en la extinta revista AR, Alzola habló así de la conciliación familiar en una entrevista para Hirukide, la Federación de Asociaciones de Familias Numerosas de Euskadi: "Tengo a una persona de confianza que me ayuda en casa y luego tengo a mi madre que me ayuda también un montón".
Y añadió: "Los abuelos hoy en día son imprescindibles. Y luego gracias a que mi trabajo tampoco me requiere que este los cinco días trabajando; yo generalmente trabajo tres días a la semana, eso sí esos días son muy intensos de grabaciones y bastante lejos de casa. Y tengo a un marido que de verdad está concienciado de que tenemos tres hijos, porque si no, nada".
Pero 2020 llegó y no fue un año fácil para Alzola a nivel profesional. Sin que sus espectadores pudieran figurárselo, en octubre de ese pandémico año la cadena Nova -donde se emitió en último lugar su programa- anunció la finalización de su emisión, así como del programa Bricomanía, a raíz de recortes presupuestarios motivados por la crisis sanitaria derivada de la pandemia de Covid-19.
Mención aparte se merece su faceta como actriz. Yolanda ha trabajado en tres largometrajes. El primero, en 1996, titulado Calor y celos. En 2000 forma parte del equipo artístico de la cinta Carretera y manta y, por último, en 2005 encabeza el plantel de la película Reinas. En la actualidad, colabora en el espacio Nos echamos a la calle, el magazine de tarde de ETB-2.
También sigue en activo con su canal de YouTube, Decogarden. "Si os gusta la decoración, estáis en el lugar correcto. Todo el contenido del programa Decogarden, presentado por Yolanda Alzola, esta aquí. En este canal encontraréis muchísimo contenido que seguro que os encanta", reza la biografía del espacio.
En el plano más personal y familiar, Yolanda está casada y tiene tres hijos. Fue después de su etapa en Lo que faltaba cuando Alzola se quedó embarazada de su primer hijo. Sostiene, en diversas entrevistas, que sus vástagos son su vida y su mayor "debilidad": el programa que mejor ha hecho.