Han pasado tres meses desde que Máximo Huerta (52 años) tuviera que cancelar in extremis los compromisos profesionales que tenía agendados debido a la difícil situación en la que todavía se encuentra su madre.
Según confesó el escritor a EL ESPAÑOL, el motivo -o más bien la persona- que había detrás de esta decisión era su progenitora, Clara, quien se enfrenta a un delicado estado de salud. Así, el presentador demostró que lo más importante es que su progenitora esté bien. Que ella está por encima de todo.
Cabe recordar que fue en 2020 cuando empezó a sufrir diversos baches de salud: desde ser diagnosticada de un tumor a una dura caída por las escaleras de la que aún no se ha recuperado.
Desde entonces, el también presentador ha intentado hacer frente a los cuidados de su madre sin descuidar sus proyectos. Fue el pasado 24 de enero cuando lanzó París despertaba tarde, su nueva novela. Ha sido tal la acogida y el recibimiento del libro que Máximo ya ha desvelado su agenda y los días en los que se recorrerá las ciudades españolas para firmar su obra.
Con una publicación en las redes sociales, en la que aparece su fiel compañera, su perra, Doña Leo, en su casa de Buñol, ha anunciado el listado provisional de su gira, mientras se encuentra "entre mimos y cuidados a mi madre en casa", ha subrayado.
Asimismo, ha dejado claro que, pese a que "me encanta" ir de gira, "saludar, firmar libros, coger trenes y saludar a libreros", uno de sus planes favoritos es estar en el "sofá, en chándal de hogar, con zapatillas, mi perra a mi lado, la agenda abierta, el teléfono dispuesto y la leña iluminando todo". "Es que ese placer de deshacer maleta y hundirse en el sofá es puro placer", ha agregado.
Aunque le gustaría ir a cada ciudad de España, por el momento es algo inviable, aunque recalca que normalmente los jueves, viernes y sábados se desplazará a La librería de Doña Leo, tienda de la que él es dueño.
Huerta es hijo único y se ha volcado en su madre para darle mayor alegría el tiempo que el destino lo permita. "Me fui a vivir a Buñol para cuidarla y sobre todo para no tener una pena de futuro. Quiero morirme tranquilo y que ella haga el viaje feliz", comentó Máximo, que ahora, como cuidador, también sufre las consecuencias de las enfermedades de su madre.
"Envejecer es una auténtica putada para el que envejece y para el que lo ve alrededor", reflexionó hace un tiempo. "Envejecer es acostumbrarse a perder. Pierdes amigos, pierdes vista, pierdes la talla... Perder es sólo para valientes. Yo no sé si soy tan valiente como me creo. No por mí, por los demás. Me cuesta ser lo suficientemente fuerte para cuidar", reflexionó en su última visita a El Hormiguero.