Los hermanos Herrero formaron en 1978 uno de los dúos más exitosos de la época y gracias al que consiguieron revolucionar, sobre todo, al público adolescente: Pecos. Javier (63 años) y Pedro (62) se convirtieron en ídolos cuyos fans hacían colas kilométricas por verles de cerca, compraban todos sus discos e incluso se peleaban para conseguir un recuerdo del dúo.
Conocidos como el rubio (Javi), por su melena dorada y voz dulce, y el moreno (Pedro), por sus característicos rizos, pusieron banda sonora a la adolescencia de muchos españoles. Hablame de ti, Guitarra y Esperanzas se convirtieron en éxitos que todavía hoy se recuerdan.
El mismo año de su comienzo en el mundo de la música, lanzaron su primer disco, Concierto para adolescentes que conseguiría vender más de 300.000 ejemplares. Supieron aprovechar el tirón que en aquel momento tenían y en menos de tres años ya habían publicado cuatro álbumes de estudio. El tercero de ellos, Siempre Pecos, conseguiría vender más de 700.000 copias, unas cifras al alcance de muy pocos.
Además de éxito, su carrera profesional también estuvo marcada por la tragedia. En uno de sus conciertos, y debido a la locura de sus seguidores, se produjo una avalancha en la que falleció una adolescente llamada Marta por asfixia. En ese momento, se convirtieron en la diana de las críticas e incluso se plantearon su futuro.
Fue en 1981, cuando los hermanos Herrero se vieron obligados a parar. Javi tuvo que trasladarse a Zaragoza a hacer el servicio militar obligatorio. Cuando lo terminó, le tocó el turno a su hermano que tuvo que irse a Melilla. En ese tiempo tuvieron que reducir sus compromisos laborales, aunque pudieron viajar a cantar a Viña del Mar. A su regreso, ya nada era lo mismo y la industria musical se había llenado de jóvenes promesas y nuevos ídolos musicales. No volvieron a conseguir el éxito de sus inicios.
El rubio de Los Pecos siempre tuvo claro que su camino era la música y quiso seguir intentándolo hasta el final, a pesar de que el éxito cosechado se había desvanecido con el paso de los años. Decidieron separar sus caminos en lo profesional, aunque el tiempo volvería a unirles en 1993 hasta 2012.
Durante estos 20 años, los hermanos continuaron lanzando música nueva, adaptando las canciones antiguas a los nuevos tiempos y dando conciertos por toda España donde acudían aquellas fieles seguidoras de sus comienzos. Finalmente, fue Pedro quien decidió parar y alejarse de lo que durante casi 40 años le había dado de comer. Pero Javi quiso continuar su camino en solitario e intentarlo de todas las maneras posibles.
Sólo un año después de su separación, comenzaría su andadura televisiva en Tu Cara me Suena. El rubio de Pecos, que ya era canoso, quedó en última posición en el concurso de imitación después de ponerse en la piel de Alejandro Sanz o Julio Iglesias.
Como cantante en solitario, el conocido artísticamente como Javier de Pecos, continúa con la misma ilusión de sus comienzos. Hace unos meses, lanzaba un tema dedicado al alzhéimer y que interpreta junto a David Summers. Nunca ha parado de actuar, ya fuese ante miles de personas o en recintos más pequeños en conciertos íntimos.
Actualmente, Javi reside junto a su mujer en Madrid. Concretamente, en la casa que los hermanos Herrero compraron a su madre con los primeros ingresos de su exitosa carrera musical y que tuvo que abandonar por no contar con ascensor. Blanca y Javi se conocieron en el año 2000 y juntos han creado un matrimonio estable en el tiempo. "Me ha aportado una gran estabilidad en esta vida de tanto éxito que te puede volver tonto", reconoció en una reciente entrevista para Semana.
No tienen hijos, aunque estuvieron intentándolo durante muchos años. "Mi mujer y yo estuvimos 13 años intentando adoptar un niño y, finalmente, no pudo ser. Era una adopción internacional, en Colombia, porque en España entonces era imposible. Cuando nos iba a tocar, cambiaron las leyes y nosotros, con nuestra edad, ya no cumplíamos las condiciones. Nos dolió mucho", se sincera.
En cuanto a su relación actual con su hermano, los caminos se separaron tanto en lo profesional como en lo personal, tal y como el mismo ha reconocido. "Él está haciendo sus cosas y yo las mías. Iniciamos un camino juntos y en muchos casos no sabíamos actuar el uno sin el otro. Formamos un equipo muy bonito y unido. Ahora vivimos en el mismo pueblo y coincidimos de vez en cuando y algún domingo vamos a comer paella donde mi madre. Él tiene sus hijos", explica a la citada publicación.