Desde el fallecimiento de Fernando Fernández-Tapias, el pasado 25 de octubre, han sido contadas las ocasiones en las que hemos visto a su viuda, Nuria González. Abatida tras haber perdido al hombre de su vida, la socialité ha preferido mantener un perfil bajo y su agenda social -antes repleta de compromisos junto a íntimas amigas como Isabel Preysler, Nieves Álvarez o Terelu Campos- se ha reducido al mínimo en los últimos cinco meses, en los que ha estado volcada en sus hijos, Iván y Alma, fruto de su matrimonio con el popular naviero.
Sin embargo, y a pesar de que todavía no está lista para retomar la normalidad por completo, Nuria no ha querido perderse una de sus tradiciones favoritas de la Semana Santa de Sevilla, a la que asiste todos los años. Este pasado domingo ha reaparecido por sorpresa en la corrida del Domingo de Resurección en La Maestranza, con un cartel de lujo protagonizado por Morante de la Puebla, Sebastián Castella y Roca Rey.
Y lo ha hecho con una gran sonrisa y arropada por sus dos hijos -su gran apoyo tras la muerte de Fefé-, su hermana, Yolanda González, y unos amigos con los que derrochó confidencias y cercanía a su llegada a la plaza de toros antes de posar amablemente para los objetivos de los fotógrafos.
"Ha parado de llover y ojalá podamos disfrutar", ha afirmado, dejando en el aire cómo se encuentra y cómo sobrelleva la ausencia del empresario con el que vivió una sólida historia de amor durante casi 25 años.